A pesar de ello, no he dejado de sorprenderme con cada página que pasaba y me descubría algo nuevo sobre su vida. Una vida fuera de los excesos que podría haber aprovechado de haberlo querido, lejos de las riquezas que podría haber amasado y centrada en su familia, primero su marido y luego sus hijas y su suegro. Y su trabajo. Ella era feliz con lo que tenía y con los nuevos descubrimientos que iba haciendo, a pesar de que pasado cierto tiempo comenzaba a darse cuenta de que quizá esos mismos descubrimientos la estuviesen afectando en su salud de una manera negativa. De hecho, en uno de los extractos del libro, y cito textualmente, aseguran que : “Las quemaduras, voluntarias o no, les parecían un riesgo profesional aceptable”.
Me he quedado con las ganas de conocer un poco más a la Marie persona que escribía cartas continuas a su familia y sus amigos, la Marie profesora a la que todo el mundo quería, la Marie madre que transmitió a sus hijas la importancia de cultivar tanto el cuerpo como la mente, la que fue feliz por un tiempo
(view spoiler)[descubriendo de nuevo el amor después de la trágica pérdida de su marido (hide spoiler)] y la que anteponía el conocimiento y la salud ajenos antes de los propios.
Escribo por aquí algunos extractos del libro…
«Si en su primera infancia había creído que Dios podía salvar a los suyos y había pasado tardes enteras en la Capilla de Nuestra Señora de Varsovia ofreciendo su vida a cambio de la de su adorada madre, ahora nada quedaba en su alma de la fe de antaño».
«En la época, la idea de que las mujeres eran incapaces de estudiar o ejercer profesiones intelectualmente elevadas estaba ampliamente extendida y aceptada. La respaldaba una vasta lista de filósofos y pensadores que, como Arthur Schopenhauer o Pierre-Joseph Proudhon, creían que la mujer era inferior tanto física como mentalmente».
«Ella también quería hacer historia. Cambiar el mundo».
«A mediados del siglo XIX, el filósofo alemán Arthur Schopenhauer había escrito sobre ellas en su ensayo Sobre las mujeres: “Lo que hace a las mujeres especialmente aptas para cuidarnos y educarnos en la primera infancia es que ellas siguen siendo por siempre pueriles, fútiles y limitadas de inteligencia. Durante toda su vida son como niños grandes, una especie de intermedio entre el niño y el hombre».
«El filósofo y político francés Jules Simon había escrito: “Una mujer que se convierte en trabajadora ya no es una mujer”.»
Ex nihilo nihil fit "Nada surge de la nada”.
«La concesión de este galardón (Nobel) no estuvo exenta de polémica. Marie había estado a punto de ser apartada de la carrera por el premio, borrada de la historia de la ciencia, solo por su condición de mujer. Tanto Pierre como el miembro de la Academia Gösta Mittag-Leffer (partidario del movimiento feminista) se opusieron tajantemente a la decisión del comité de ignorar la candidatura de Marie».
«La posibilidad de que aquel nuevo elemento pudiera salvar vidas les producía tanto entusiasmo que no se preocuparon por tomar medidas de precaución. Es más, las quemaduras, voluntarias o no, les parecían un riesgo profesional aceptable».
(view spoiler)[Una de las ruedas traseras impacto contra Pierre y le aplastó el cráneo, matándolo en el acto.
Durante los últimos meses, Marie había intimado con un hombre de su círculo de amistades. Se trataba ni más ni menos que de Paul Langevin… (hide spoiler)]«Sería la primera persona, no solamente la primera mujer, en recibir dos veces un premio Nobel».
Albert Einstein también le mostró su apoyo incondicional en una carta en la que le decía:
“Me siento en la obligación de decirle lo mucho que admiro su intelecto, su propósito y su honestidad, y me considero afortunado por haberla podido conocer en persona en Bruselas. Todos aquellos que no forman parte de esa hueste de reptiles están muy felices, tanto ahora como antes, de que personajes como usted y Langevin formen parte de nuestra comunidad, ya que son personas con las que supone un privilegio poder estar en contacto. Si la chusma sigue hablando de usted, simplemente no lea los diarios y déjelos para los reptiles para quienes han sido fabricados”.
«El 29 de diciembre, una Marie al límite de sus fuerzas físicas y mentales era trasladada en camilla a una casa de reposo».
«El 2 de septiembre, con el ejército alemán casi a las puertas de París, Marie decidió que había llegado el momento de poner a salvo el radio. De modo que corrió al laboratorio de la calle Cuvier, guardó su precioso grano de radio en una maleta forrada con veinte kilos de plomo y tomó un atestado tren a Burdeos. Al llegar a Burdeos pasó la noche en un hotel, con el grano de radio a su lado, y a la mañana siguiente lo depositó en la caja fuerte de un banco».
«A finales de octubre, la primera de las unidades móviles, que posteriormente serían bautizadas por los soldados franceses como petites Curies, estaba lista para partir. Era una furgoneta Renault gris con una cruz roja pintada, equipada con un aparato de rayos X en su parte frontal y una dinamo que, accionada por el motor del coche, producía la corriente eléctrica necesaria. También contaba con una camilla para el paciente, placas fotográficas y unas gruesas cortinas que aislaban de la luz solar».
«A sus casi cincuenta años, incluso aprendió a conducir para poder llevar ella misma si ambulancia hasta el frente. Junto a ella, por suerte, tenía a la ayudante más fiel y talentosa que pudiera imaginar (Irène, su hija mayor)».
«El 29 de mayo de 1932, Marie visitó Polonia por última vez».
«Por su parte, Irène (hija mayor de Marie) y Frédéric (marido de esta), descubrían la radioactividad artificial. El descubrimiento, ofrecía la posibilidad de transmutar a voluntad un metal el otro».
«Marie sufría anemia perniciosa».
«En 1935, Irène y Frédéric recibirán el premio Nobel de Física. Años más tarde, Hélène Joliot, la hija de ambos se convertiría en una reputada física nuclear y, por aquellas ironías del destino, terminaría casándose con Michael Langevin, nieto de Paul Langevin».
«La inscripción del panteón donde está enterrada Marie junto con otras figuras ilustres del país (y su marido Pierre) reza: «La patria, en reconocimiento a los grandes hombres» incluye a una mujer».
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