Que levante la mano el que no tenga una diversa colección de cascos/auriculares en su casa. En su día ya comenté por el blog justo aquí mi método para almacenar los auriculares y poder tenerlos a mano a la vez que conseguía que no se enredasen entre ellos. Los que vienen gratis cuando compras un móvil; los que compras porque se te habían perdido los anteriores y al final encuentras los anteriores y los sumas a estos nuevos; los que te dan de regalo en los medios de transporte; los que sólo consigues que funcionen a dúo en contadas ocasiones pero oye, te da pena tirarlos; etc. Al final te haces con una colección de auriculares que a duras penas puedes abandonar en un cajón para cabrearte cada vez que necesites unos porque tardas entre media hora y tres cuartos en desenredarlos. Después de eso ya hasta te da pereza escuchar música… Como método y si conseguís conservar la costumbre de dejarlos en su sitio una vez los hayáis usado y no los necesitéis, debo decir que funciona a la perfección. Ahora bien, ¿qué pasa con los llamados auriculares de diadema? Hablo de esos auriculares que van unidos a una especie de diadema que se coloca en la cabeza y que evidentemente no se pueden guardar con este método. Fácil, hoy voy hablaros de cómo colocaba yo en mi antigua casa -y cómo probablemente colocaré en mi casa del pueblo- los cascos de diadema.
En la actualidad tengo siete auriculares de diadema, aunque tan sólo dos han sido comprados: unos son bluetooth para el gym y otros con cable. De los demás unos me los regalaron comprando otra cosa, dos los gané en dos sorteos (de yogures y de galletas, los de Tuc, ¿recordáis?) y los demás me los regalaron porque nunca viene mal tener unos cascos, especialmente a mí que me encanta escuchar música a toda leche y silenciar las guitarras en la medida de lo posible. En fin, que tenía demasiados cascos y también ocupaban demasiado espacio como para dejarlos en casi cualquier lado. La solución fue simple, seguramente la misma que os estéis planteando vosotros y aunque mi idea original era algo más trabajada, como estaba viviendo en una casa en la que sabía que no estaría demasiado tiempo, simplemente los colgué en la pared. De nuevo y como explico que sucede con los auriculares de oreja, es muy práctico si una vez hayas terminado de escuchar música los dejas en su sitio. No se enredan los cables, no se golpean, no ocupan sitio en cajones, mesas, estanterías o donde sea que tengas pensado ponerlos y además con esta solución en concreto, no hace falta taladrar la pared. La mayoría de los auriculares de este tipo que he visto colgados en las paredes llevan al menos un par de tacos (si no son cuatro) taladrados en la pared para sujetarse. Si estamos hablando de, en mi caso, siete auriculares, a cuatro taladros en la pared cada uno (ponedle dos para tirar por lo bajo) serían catorce agujeros en la pared, lo que equivale a un colador de tamaño medio. o.O En mi opinión unos cascos no pesan tanto como para necesitar un par de tacos, así que compré unos colgadores que me parecieron originales -son de Ikea- y probé a colgarlos con “cuelgafácil”, que apenas dejan marcas, a ver si aguantaban.
Juzgad vosotros mismos:
Los auriculares de Tuc me tocaron después de haber organizado la pared, pero como había dejado sitio y además podía ir en cualquier momento a Ikea a comprar otro colgador, simplemente fui, elegí el color que más me gustaba y lo coloqué. Podéis usar cualquier tipo de percha, no tienen por qué ser de Ikea ni mucho menos, yo elegí estos en concreto porque me parecieron muy originales. Con que os gusten y no sean de taladro (si no queréis taladrar la pared como era mi caso) cualquiera sirve. No se caen, ni se mueven apenas y para llegar a tirarlos tendrías que forzarlos bastante. Luego en cada uno está la forma de colocarlos en la pared. A mí me daba un poco igual porque tarde o temprano iba a tener que quitarlos, así que puse tres, luego otros tres debajo y luego puse un par más ya justo entre los tres, en los huecos. Podéis ponerlos en fila uno debajo de otro si por ejemplo tenéis una viga en la habitación, podéis ponerlos salteados… La solución de almacenaje es bastante mejor que la que tenía antes.
Antes... |
Incluso comencé a hacer un dibujo de un monstruo tocando el violín y que expulsaba corazones en vez de notas musicales cuando tocaba (muy cursi, sí, pero pegaba bastante con el tema). Lo malo es que me mudé antes de poder terminarlo y se quedó a medias. Una pena, me habría gustado enseñaros esta pared terminada. Y bueno, como veis en las fotos, tampoco es un método exclusivo para colgar auriculares, si sois personas con una amplia colección de gorros, gorras, camisetas de fútbol o cualquier otra cosa que no pese mucho, pero que sí ocupe espacio y nos os importa (o incluso queréis) que se vea, siempre podéis probar a colgarlo y ver qué tal os queda.
Si alguien se anima a probarlo, que me cuente el resultado. :)