Pocas cosas más puedo decir sobre mi piel en este blog aparte de lo ya mencionado, tremendo desastre de piel con todo tipo de enfermedades, picores, irritaciones, granitos, habones, alergias y un sinfín de cosas más que no paro de nombrar cada vez que vengo a hablaros sobre un nuevo producto que he tenido la oportunidad de probar en ella.
Haces unos meses, mi alergia al agua se descontroló un poco más (si es que eso era posible) y comenzó a aparecer en zonas de mi cuerpo que nunca la habían sufrido, como por ejemplo, el rostro. Mis ojos comenzaron a irritarse e hincharse cuando tocaban mínimamente el agua, el picor que me producía en las partes que van de la mandíbula al cuello era casi insufrible y los habones parecían provocados por una mutación entre un mosquito y... ¡Un rinoceronte! En resumen, el mero hecho de lavarme la cara para desmaquillarme o simplemente para quitar la suciedad y/o grasa del día a día era un suplicio. Os diré la verdad, en aquella época me empezó a dar un poco de miedo el más leve contacto con el agua y sufría cada vez que me daba cuenta de que tenía que lavarme la cara. De hecho lo retrasaba todo lo posible y terminaba dejándolo para el final de la noche, justo cuando el agua está mejor, pero también cuando debía irme a dormir y cuando de nuevo, sentía ese mismo miedo a que en vez de que la alergia fuese a menos, fuese a más mientras dormía...
Y como creo que todo alérgico hace, a pesar de sospechar desde un principio del elemento líquido, comencé a descartar cosas. Lo primero que taché de la lista fue el jabón limpiador que usaba en aquellos momentos, el cual por cierto, era de la misma marca, Garnier. Fui a la farmacia, compré otro diferente, con otros componentes y de otra marca, me lavé con él y de nuevo la alergia apareció. También descarté el haber tocado algo o la alergia ambiental ya que siempre me pasaba al continuación del contacto con el agua. Rematé la investigación cuando un día en la ducha me cayó un poco de agua en la zona del ojo izquierdo y, ¡sorpresa!, cuando salí de la ducha tenía esa misma zona hinchada.
Es verdad que hace tiempo que no me pasa, pero ya dudo sobre si fue un episodio relativamente temporal y volveré a padecerlo o simplemente he mejorado porque he tomado más precauciones. Sea como sea, voy a seguir mis nuevas pautas a la hora de desmaquillarme y eso incluye un producto que ya usaba con anterioridad, pero que ahora es un poco más imprescindible: el agua micelar.
Siendo como soy y como ya me conozco, cuando pruebo este tipo de cosas suelo ir a por los productos sin alérgenos, testados y que sean más baratos, así en caso de compra y reacción, no me habré gastado una pasta en algo que no podré volver a usar. Sabiendo esto, las primeras aguas micelares que compré fueron marcas blancas y me fueron bastante bien. Las uso sobre todo para quitarme la suciedad del día a día en los días que no me maquillo y para antes de aplicarme el maquillaje cuando me maquillo. A partir de estos meses locos de alergia, comencé a aplicármela también para desmaquillarme, como diríamos de forma algo campechana, para quitarme lo más gordo y luego poder limpiar bien con el jabón y el agua y así tener menos tiempo de contacto con el agua. Aparte, así la limpieza del rostro sería mucho más intensiva, lo cual mi piel agradece. El método consiste en mojar un disco desmaquillante de algodón en agua micelar, quitar todo el maquillaje, mojar otro poco un segundo disco para quitar lo que me hubiese dejado (y ahora es cuando parece que me maquillase como una puerta pero no...) y luego dar un poco de jabón con agua. En mi caso solía darme después una crema hidratante fresquita que me ayudaba a rebajar un poco los picores, o un serum que descubrí hace poco y que ha resultado ser casi milagroso.
Y justo cuando se me va a acabar el agua micelar, llegan l@s chic@s de Trnd y me permiten probar el agua micelar SkinActive de Ganier. ¿Y qué podría decir aparte de que, como veis, llegaba en el momento adecuado? Pues que como siempre hago y recomiendo, seáis alérgicos reconocidos o no, untéis un poco de producto en el interior del codo o detrás de la oreja y lo dejéis el máximo tiempo posible (hasta 48 horas) para ver si os provoca algún tipo de relación. Si veis que no, ¡adelante con ello!
En mi caso, recibí el agua micelar PureActive (el producto azul), que es un agua todo en uno ya que desmaquilla, limpia y matifica rostro, labios y ojos. Está testado tanto dermatológicamente como oftalmológicamente (lo cual es de agradecer), no contiene perfumes ni parabenos y está indicada para pieles mixtas a grasas y sensibles. La verdad es que si tuviese que etiquetar mi piel de alguna manera, sería justo esa la etiqueta que le pondría a la piel de mi cara: de mixta a grasa por la mala alimentación que llevo dada mi alergia también alimenticia y sensible, ya sabéis el por qué...
Por si después de todo el rollo que os acabo de meter, aún no sabéis bien qué es el agua micelar, en una explicación de andar por casa os contaré que es un tipo de agua cuyas micelas actúan como un imán para conseguir atrapar suciedad, impurezas, maquillaje y sebo. No hace falta aclarado.
Y para las personas que por suerte no tengáis mi tipo de piel, también podéis encontrar la versión rosa (clásica) y la amarilla. La primera, la rosa, desmaquilla, limpia y tonifica y está recomendada para todo tipo de pieles. La versión amarilla, elimina maquillaje waterproof y consigue dejar un acabado no graso., ya que se recomienda su uso en personas con la piel tirante a seca.
Antes de irme, quiero dejaros mi opinión personal sobre el agua de esta marca, porque a pesar de ser una opinión, pues eso, MUY personal por mis circunstancias, nunca está de más para tenerla en cuenta.
La impresión después de la prueba de alergia en mi caso fue muy positiva. Para mí, evidentemente, eso era lo más importante, comprobar que no me produjese ningún tipo de relación. A pesar de no llevar perfumes, el poco olor que tiene es agradable y la textura es buena, dejando una especie de frescor en mi cara después de aplicarla. Ya con otra de las que probé anteriormente de marca blanca, sentí en alguna ocasión que me dejaban tacto algo... Pegajoso, que no me agradaba demasiado. Con el agua micelar de Garnier no lo noto. También cumple con su función, que es arrastrar la suciedad de la cara ya sea con maquillaje o sin él, eliminando simplemente las impurezas del día a día o el sebo en caso de tenerlo en exceso. Y en cuanto a su trabajo eliminando el maquillaje, quizá no sea tan literal y simple como mojar un par de algodones y mantenerlos unos segundos sobre los ojos (o quizá también depende del tipo de maquillaje y la cantidad) pero sí es efectivo eliminando bien los productos cosméticos que llevamos. Por ahora y siguiendo con las pautas que llevo en mi rutina, no descarto volver a comprar este mismo agua micelar una vez se me gaste el que me han enviado desde Trnd.
Si os apetece escribir, preguntar o saber más sobre este tema, podéis usar los hashtags #EsUnaPasada y #AguaMicelarGarnier.
Por supuesto también podéis aprovechar para visitar la página web oficial de la marca: Garnier
¡Muchas gracias por leerme! :)
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