Conversaciones entre amigos by Sally Rooney
My rating: 3 of 5 stars
Seguramente mi reseña sobre este libro habría sido diferente de no haber leído antes Gente normal (de la misma autora); pero habiendo leído ambos, no puedo evitar compararlos y me parecen demasiado similares como para valorarlos más positivamente. Marianne-Connell en Gente normal y Nick y Frances aquí, son relaciones paralelas con historias similares. De nuevo nos encontramos con una relación tóxica hombre-mujer (aunque hay algún destello de relación lésbica que queda en nada) basada, en mi opinión, más en el sexo que en los sentimientos y de nuevo recibimos algún guiño hacia algunos problemas mentales que me gustaría que hubieran sido tratados, pero… Se quedó todo otra vez en agua de borrajas. La autora romantiza por segunda ocasión la anorexia (lo pudimos leer en el anterior libro), la poca aceptación del propio cuerpo, la autolesión e incluso la extraña relación con su padre, un hombre alcohólico del que poco se cuenta. Habría sido muy interesante leer sobre cualquiera de estos temas más que solo rozando la superficie, pero de nuevo todo queda en segundo plano para centrarse en ellos y su extraña relación de tira y afloja.
Es un libro entretenido, se puede leer y, yo también me repito, siento que S. Rooney no escribe mal, aunque hay muchas partes en las que sentí que estaban más para rellenar que otra cosa; pero tiende a desesperarme que no suceda nada más que las idas y venidas de dos personas que siento que a veces no pueden expresarse más allá de subir los hombros o apostillar un: “Vale”. El libro se vende como un ménage à quatre entre el "curioso" matrimonio de Nick y Melissa con las "amigas" universitarias Frances y Bobbi que le queda bastante grande, ya que Melissa y Bobbi apenas tienen un papel relevante en la relación de ambos.
Con un final que queda abierto, podría haber una segunda parte sin problema aunque a mi parecer, si la meta de hacer un segundo libro es seguir con la misma historia sin sentido, sería mejor dejarlo donde ha quedado.
Hay unas cuántas frases con las que me he sentido muy identificada (ya digo que es un libro que se lee muy bien) y he ido apuntando en los estatus para recordarlas:
“Todo el mundo está pasando siempre por algo, ¿no? Así es la vida, básicamente. Un mal trago detrás de otro”.
“Al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará.” (Biblia)
Ella no podía entender que yo no lo quisiera. "Tienes que quererlo, me dijo cuado yo tenía dieciséis años. Es tu padre."
"Estaba bien llorar porque nadie podía verme, y yo no se lo iba a contar a nadie."
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