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lunes, 22 de agosto de 2016

Mármol de vainilla y fresa

¡Ya tocaba una entrada de comida! Aunque a decir verdad, no sé por qué las hago si luego siempre me da hambre y no tengo eso de lo que hablo para poder saciarla. Ays...

En fin, que un día me dio por innovar y busqué una nueva receta para hacer algo que nunca me había propuesto hacer: un mármol. El mármol para el que no lo sepa, aparte de ser una piedra muy apreciada por su alto valor económico pero que no se come, también es una especie de bizcocho -marble cake en inglés- con betas que se logra mezclando ingredientes con diferente contraste de color.
Aquí está mi masa recién hecha y lista para meter en el horno

Normalmente los mármoles son de chocolate y vainilla o algo similar, por lo que la diferencia entre colores es bastante notable, pero en mi caso al no poder comer apenas nada que contenga chocolate, decidí hacer algunos cambios. 
Buena pinta tiene, otra cosa es el sabor...
Tomé una receta original de un bizcocho marmolado que no me pareció muy complicada y cambié las partes de chocolate por partes de fresa. Donde ponía echar chocolate derretido, natillas de chocolate o chocolate en polvo, yo echaba yogurt de fresa y ya que estábamos experimentando, que estábamos también en época y que yo acepto trazas, metí algunas fresas naturales trituradas. No muchas, por si acaso, las suficientes para darle color a la cosa y que el mármol fuese más eso, mármol.

El resultado fue algo así como un bizcocho de color radiactivo (no, es broma, tenía buena pinta a pesar de que no haya mucha diferencia entre colores) y que al parecer gustó a todo el mundo, incluida a mí. Repartimos entre familia y amigos y aunque para potenciar el color podía haber echado un poco de colorante rojo, tampoco quería ponerme a echarle colorantes después de lo natural que me había quedado echando las fresas trituradas.

En foto no se aprecia tanto, pero al natural se diferenciaban mejor los colores, amarillento para la parte de vainilla (esa parte la dejé como en la receta original) y rosita para la de las fresas.

Y el sabor... Era como de fresa natural y un toque avainillado, lógicamente. Pero predominaba la fresa, lo cual a mí en particular me gustó más aún. 

Como veis, probé y salió bien, no tengáis miedo de probar cosas nuevas en la cocina, a veces no funcionan, pero otras veces podemos llegar a sorprendernos. De hecho, tengo ganas de que vuelva a ser época de fresas para poder probar a hacer otro bizcocho de nuevo. Espero que me salga algo similar al menos, porque vete tú a saber dónde eché la receta...

4 comentarios:

  1. Y lo buenas que están las fresas, que pinta tiene ese mármol...

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  2. Era una de mis frutas favoritas cuando aún podía comerlas. :(
    A ver si ahora que llega el frío y duran más los bizcochos, hago algún otro.

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  3. Yo conseguí que a mi ex que no le gustaban empezara a comerlas xD. Lo único bueno que heredó de estar conmigo xD

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  4. Seguro que heredó muchas otras cosas buenas, no te quites méritos. ;)

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