Seguidores

miércoles, 10 de junio de 2020

Mi caja de música

A principios de este año se me ocurrió concederme un pequeño capricho que siempre había querido tener, pero que nunca me había animado a comprar: una caja de música. Mientras esperaba a recibirla pensé que estaría bien crear la canción favorita de mi madre para poder regalársela en su cumpleaños, ya que nunca me deja que le compre nada y quizá podría ser un pequeño detalle. 

No sé si conocéis este tipo de cajas de música o si sabéis algo de las cajas de música en general, pero en este caso es una caja de música (bueno, es el mecanismo, la caja es algo más opcional a pesar de que se llamen genéricamente cajas de música) de 30 notas. Las hay muy parecidas aunque un poco más pequeñas, que son de 20 notas y su mecanismo es muy sencillo. Incorporan una manivela que debes girar a velocidad variable (adaptada siempre a la canción que quieras reproducir) y que despiertan a su vez el movimiento de unos engranajes. Para que la música suene, tienes que meter dentro de la caja una tira de cartón (previamente comprada) que deberás agujerear en unos lugares determinados para que suenen las notas que precisas. Es algo así como una partitura, pero sustituyendo el dibujo de las notas musicales por unos agujeros físicos en el cartón que hacen que las partes metálicas de la caja de música golpeen en esos lugares y así creen el sonido de esas notas. Es algo complicado de explicar, pero creo que más o menos puede llegar a entenderse. 

Para los principiantes, o directamente si no te apetece hacer estas "partituras" hay dos opciones: o compras estos papeles ya troquelados, o compras otro tipo de cajas que no necesitan este papel y que ya tienen la canción que necesites incorporada. Bueno, teniendo en cuenta que la canción que te guste sea medianamente conocida, si no lo es, no te queda otra opción que pedir que alguien te haga este papel/partitura o crearlo tú mism@. Estas cajas de las que hablo podrían considerarse el modelo más sencillo de caja de música y consiste en una misma manivela que al girarse hace que se mueva un cilindro cuyos relieves en forma de muescas producen que unas láminas de metal le golpeen produciendo el sonido de las notas. La ventaja es que ahorras mucho trabajo, ya que no tienes que hacer nada aparte de pagarla. La desventaja es que las canciones tienen una duración determinada que suele ser bastante corta y que solo tiene esa canción. Con el par de modelos del que os hablaba anteriormente puedes crear la canción que desees y con la duración que necesites, equivalente a cómo de largo quieras crear el papel de partitura. 

Mi cajita finalmente llegó y aunque tenía muy buena pinta y estuve creando una canción en los primeros días con el papel de muestra que me llegó con ella, pronto empezó a sonar extraño, como si la música tropezara, como si en alguno de los engranajes hubiera problemas con alguno de los dientes. Se lo comenté a la persona que me la vendió e intentó decirme que estaba todo bien, pero a poco que supieras sobre cajas de música podías darte cuenta de que ese sonido como de carraca no era mínimamente normal, menos aún si se trata de un instrumento musical, no tiene sentido que haya un ruido machacón durante la reproducción de una canción de notas dulces como da una caja de música. Al final, vídeo mediante, aceptaron que sí, que llevaba razón y me devolvieron el dinero, pero no me quedé conforme con tener que tirar un instrumento musical así sin más, así que me animé a desmontarla. A simple vista y aunque sonaba como eso, con algún diente defectuoso o roto, no se veía nada raro. 
Pero sí, en una de las piezas comprobé que uno de sus engranajes tenía efectivamente un diente roto y eso producía ese sonido como de salto que tanto molestaba al girar la manivela. Lo bueno era que por fin sabía qué le pasaba a mi caja de música gracias a haberla desmantelado y lo malo... Era precisamente eso, que ahora que sabía qué era lo que pasaba, también sabía que el remedio no estaba en mi mano. Diría que es prácticamente imposible encontrar un engranaje de las mismas características para poder cambiarlo y de ser así, este sería mucho más caro que la maquinaria entera, con lo cual la mejor solución pasa por comprar otra. Así que, ¡mi gozo en un pozo! Supongo que una vez pase el tema de la pandemia y todo este embolado en el que estamos metidos, y ya que no es algo de primera necesidad, terminaré comprando otra e intentando seguir componiendo la canción que tuve que dejar a medias. En realidad y por las opciones que leo sobre estas cajas, es algo que desgraciadamente sucede con demasiada asiduidad, supongo que debido al continuo roce y a la sensibilidad del material, mero plástico. Aunque también hay cajas de música con engranajes metálicos, en este caso de latón, no me animo a probar con ellas porque aparte de ser mucho más caras, el rendimiento de éstas tampoco ha resultado ser demasiado halagüeño. 

Aquí podéis ver con más detalle "la caries".

No hay comentarios:

Publicar un comentario