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viernes, 25 de octubre de 2019

¿Qué lees? Casi Sin Querer, Defreds



Mis estrellas
Sinopsis: El amor algunas veces es tan complicado como impredecible. Pero al final lo que más valoramos son los detalles más simples, los más bonitos, los que llegan sin avisar. Y a la hora de escribir sobre sentimientos, no hay nada más limpio que hacerlo desde el corazón. Y eso hace @Defreds en este libro.

Hace un tiempo, una de las webs que utilizo para ganar dinero ofrecía libros a cambio de los puntos conseguidos entre otros premios diferentes y, siempre que tenía la oportunidad, aunque no supiera cómo iba a ser el libro o si me iba a gustar, pedía uno. Poco a poco así me fui haciendo con una pequeña biblioteca que he empezado a devorar hace unos meses.

Casi Sin Querer fue uno de los escogidos y, después de su lectura, he decidido que no estaría mal si dejase una reseña por aquí tanto para la gente que tenga intención de leerlo y/o necesite una opinión previa, como para basarme en ella a la hora de escoger mi próxima víctima (o bueno, libro...).

Antes de nada debo decir que, aunque tenía más o menos una idea relativa de lo que podía llegar a encontrarme en un libro considerado de prosa poética y, vaya por delante, admiro a toda persona que sea capaz de escribir; este libro no ha conseguido que empatizara con la gran mayoría de sus escritos. Sí, debo admitir que tiene frases muy buenas e incluso relatos muy leíbles; pero mientras lo leía, he sentido que los temas eran bastante repetitivos haciendo que así me saliera un poco de las historias que trataba de contarme. Echando una mirada a los comentarios sobre el libro una vez finalizado (no me gusta ni ver a fondo de lo que tratan los libros antes de leerlos, ni tampoco leer reseñas que pueden llegar a hacer que lo prejuzgue y luego sean esas opiniones lo único que pueda ver), he notado que no soy la única que piensa esto y que incluso mirándolo objetivamente y de forma literal, tanto los temas como incluso las palabras tienden a repetirse a lo largo de los textos una y otra vez.

Para ponernos un poco en antecedentes... Aunque me lo esperaba de antemano, considero que los argumentos caían con demasiada costumbre en las historias contadas en primera persona de la mano de un chico (supongo que de manera real o ficticia se puede considerar un libro autobiográfico) que conoce a chica y se enamoran o también del chico que conoció a chica y fue abandonado. Y me reitero, a pesar de que hay escritos tratando otros temas diferentes (aunque muy pocos fuera de ese amor del que hablo), echo de menos un poco más de variedad de un amor duradero de dos ancianos que son felices caminando de la mano (y seguiría siendo igualmente amor entre dos personas), de un chico conoce a chico o chica conoce a chica y quizá incluso un amor por lo abstracto o que evoque otros sentimientos.

Por lo que he leído, Defreds (Jose Ángel Gómez Iglesias) es un escritor poco mayor que yo que saltó a la fama publicando sus primeros relatos en la aplicación social Twitter, dando así el primer paso para la obtención de gran número de seguidores en Twitter quienes después serían (o seríamos) los lectores de sus libros. Entiendo pues que, con esos mismos relatos es con los se ha conseguido poder editar este libro, pero... Como lectora debo manifestar que los relatos cortos pueden ser un arma de doble filo. Es cierto que tienen sus pros, como por ejemplo el que no sean historias ligadas, sino narraciones independientes que hacen que la lectura del libro sea mucho más amena, aunque esto también implica que hay que cuidar los detalles y que si lees un relato poco extenso en que se nombran las cervezas Hola, ¿Cómo Estás? y que el siguiente se llame Y Que Te invite a Una Cerveza, te suena algo, pues eso, repetitivo. De igual manera me ha pasado con, por ejemplo, Como Si Fuera Posible No Pensar, en el que tenemos un poco de playa y también en el siguiente relato Olvidar, en el que esta vez va de casa a la playa. En Me Acuerdo De Ti, llueve y en la siguiente prosa Vuelve Mañana parece que también va a llover. Quizá eran días contiguos o quizá pilló en una zona de clima especialmente lluvioso. Y me repito (yo también y luego le echo la culpa al pobre chaval de repetirse), quizá son cosas que no tengan tanta importancia o que puedan pasar desapercibidas para otra gente, pero a mí me han llegado a cargar a la hora de leer el libro.

Si os gusta el ejemplo, ya sabéis, Casi Sin Querer, Defreds.
Como digo, veo exceso de repetición de palabras o puede ser que sea falta de sinónimos, en demasiadas ocasiones en un libro tan corto (174 páginas totales). Arriba abajo y hablando de manera completamente literal (dejando a un lado los poemas en los que este solo se atisba), casi la mitad de ellos hablan sobre besos. En más de 60 de las 134 prosas podrás ver que se besan, se dan besos, se quieren besar o acciones igualmente similares. Que sí, que me esperaba que el amor pululara a lo largo del libro y que el beso suele ser el mejor preliminar, pero es excesivo.

Sucede algo muy similar con los polvos, follar, los orgasmos y hacer el amor. De nuevo abusando de la literalidad, el autor se pasa más de un tercio del libro haciendo ejercicio. Y oye... De ser su vida algo parecida a las historias del libro, ¡eso que se lleva pal' cuerpo! Pero siendo realistas, de nuevo me parece que se vuelve a caer en la redundancia. Hay otras cosas...

Igual de comunes son palabras como cervezas, pelo (en todas sus variantes, melena y flequillo incluidos, con un total de 26 nominaciones), los sofás y las pelis vistas en estos, los mordiscos comúnmente acompañados de besos, la playa (de esto siendo yo madrileña no podría culparle), los portales, la lluvia, las duchas y los baños, los Domingos (siempre con despertador) y... ¡Pereza! El grupo, por supuesto, por eso la mayúscula, aunque mi pereza en concreto también tiende a ser mayúscula... Podrás leer en Shhhhh que sonará Pereza y lo harán Todo para de nuevo en Me Gusta (en la foto de más arriba), con tan solo un texto para separarlos, volver a nombrar el Todo de Pereza, misma canción y mismo grupo... Y en el siguiente poema, Rubia otra vez tenemos al oído la voz de Leiva (cantante de Pereza).

A pesar de parecer la peor crítica del mundo sobre el libro (soy una tiquismiquis y me fijo en demasía en los detalles, qué le vamos a hacer), también tengo que decir que no le niego la oportunidad a leer algo diferente del autor en un futuro que seguramente me convenza mucho más.

Os dejo por aquí las valoraciones del libro en tres webs diferentes, por si os animáis a echarle un ojo después de todo.

Goodreads 3.59
La Casa del Libro 2
Amazon 4.1

martes, 15 de octubre de 2019

* Y todo por un: "¡Quíteme allá esa farola!"

Mientras que para mí el día 12 de Octubre tiene como significado principal y casi único el cumpleaños de mi primo (ese que tiene la mala costumbre de adelantarme siempre en edad), para otras muchas personas es un festivo importante puesto que todos los años se celebra el Día de la Hispanidad.

Me abstendré que opinar subjetivamente lo que conlleva este día en el cual desde 1982 en España, se suele celebrar un desfile militar al que asiste la familia real junto con el presidente del Gobierno y otros altos representantes de los poderes del Estado. He de aclarar que no estoy demasiado puesta en el tema, pero como digo, todos los años por la mañana en este mismo día se suele emitir un desfile en el que los militares hacen gala de sus prácticas y su trabajo y podemos ver cosas como la banda de música de la Armada, a la Patrulla Águila, cómo no a los clásicos legionarios (¡y a su cabra!), al ejército del aire... Y evidentemente entre tanta persona, desfile y protocolo, nunca falta tampoco la anécdota del día: que si tal político se ha olvidado de hacer la reverencia (o genuflexión, no entiendo tampoco de estas cosas) al rey, que si la cabra qué graciosa es, que si parecía que la reina estaba aburrida, que si llevaba un traje muy acertado de tal o cual diseñador... Este año no podía ser menos y la anécdota ha sido protagonizada por el cabo primero Luis Fernando Pozo, perteneciente a la Brigada Paracaidista (Bripac). Para los que aún no sepan de lo que hablo (gente de fuera de España o directamente de Marte, porque mira que se le ha dado bola al tema...) el resumen es que en el desfile militar de este año, Luis Fernando era el encargado de descender con la bandera de España desde el cielo hasta el suelo (como escribió Mecano) y debido a una ráfaga de viento, palabras del propio paracaidista, el brigada impactó contra una farola y quedó enredado en ella durante unos minutos.

Aunque es cierto que verlo impacta un poco, más por el golpe que por otra cosa, en principio el hombre -físicamente al menos- está bien y el golpe parece no haber llegado a más que el tirón que algún amigo paraca me ha comentado que pegan las cuerdas cuando abres el paracaídas o cuando tienes la mala suerte de que este se enganche con algo.


Ya digo, la anécdota no habría pasado de ser algo que contar durante algunos días en los cuales se habría olvidado hasta esperar a ver qué sucede en un próximo año (y quizá en ese momento volver a recordar lo del año anterior como mucho); pero al final y como casi siempre pasa, se le ha dado tanto bombo que se ha terminado discutiendo a través de internet sobre quién es más facha, progre, podemita (votante o partidario de Podemos) o franquista (fiel al dictador Franco) entre otros muchos adjetivos que no he parado de leer por este medio. Y se podría añadir además que ambos grupos contrarios han podido estar medianamente encabezados por dos personas a quienes la mayoría de nosotros conocemos como son: Anabel Alonso, presentadora, actriz y humorista que digamos, iría por el lado de los progres, rojos y personas consideradas más "de la izquierda" y Félix Álvarez -Felisuco-, también presentador de televisión, actor y humorista (pero aquí se terminan las similitudes), empresario y político español (Ciudadanos), ya sabéis, más encaminado a la derecha, los fachas... Aunque parezca la presentación de dos boxeadores antes del combate, me temo que no lo es. 

Todo comenzó con la, según algunos, discutible broma que Anabel escribió en uno de sus tweets de la red social:

Llamadme insensible, pero la verdad es que el chascarillo (¿¡por qué esta palabra está en desuso con lo maja que es!?) apenas llega a frase hecha y en vista de que el paracaidista no ha sufrido ningún daño, no lo veo tan insultante. Que sí, cierto es que probablemente el hombre haya tenido días mejores, pero lo que le pasó fue simplemente una situación cómica como nos ha pasado a todos alguna vez cuando hemos pegado un tropezón (caída incluida probablemente), nos hemos dado contra alguna farola (pero en nuestro caso encima sin paracaídas y por ir mirando al móvil, lo cual es incluso peor) o hemos saludado a alguien con toda la efusividad del mundo creyendo que era un amigo y en realidad era un desconocido. La única diferencia es que probablemente a este hombre le han visto más personas y ha sido grabado. Aún así lo dicho, quien no se haya sentido ridículo en alguna situación (diría que hay incluso expertos en la materia) que tire la primera piedra...

Bajo mi humilde punto de vista, además lo decía el otro día en otra entrada del blog (¿Puedo Opinar?), en un país al que todavía considero bastante capacitista, machista, conservador y un largo etcétera; en el que no es que hagamos humor negro sino que nos pasamos tres pueblos; en el que no nos reímos con alguien sino de alguien; en el que hacer "bromas" sobre discapacidades está bien visto y defendido por algunos (echemos la vista atrás y miremos el caso del, de nuevo humorista, David Suárez)... ¿Nos ofendemos por un tropezón mal dado? ¿O realmente nos ofendemos según quien sea el que pegue ese tropezón y por quien lo defienda o lo critique, según el caso?

Pero como nunca queremos meternos en estos temas y terminamos enfangándonos, su tweet tuvo contestación por parte de Felisuco a lo que añadió:

Por supuesto tanto uno como otro tweet tuvieron sus defensores y su detractores, que en realidad si los analizamos, siguen basando todo en la política y en la famosa izquierda y derecha (¡las dos Españas!), que es en lo que parece que se basa todo hoy en día el país. La parte de los comentarios prefiero tanto ahorrármela como ahorrároslo, porque creo que la mejor definición es la que he hecho anteriormente, un facha por aquí, un progre por allá, un "que te meto" soltado medio de refilón... Todo desde la comodidad y por supuesto, la privacidad de nuestras casas. 


Concluimos el tema con lo que muchos han dejado entrever que es un zasca de Anabel a Felisuco internado dejar constancia de que como este último siendo un humorista dejaba mucho que desear, tuvo que cambiar de profesión para darse a conocer como político, que es la faceta en la que podemos encontrarle en la actualidad.

¿Y cuál sería finalmente el análisis? Para mí es muy básico. Consiste en que hoy en día el pueblo está tan quemado con sus políticos y con la situación general, que también nos hemos terminado quemando entre nosotros y que de incluso un paracaidista aterrizando en una farola podemos sacar a relucir estas dos facetas ideológicas tan nuestras y así lo seguiremos haciendo, porque dudo que nunca con las palabras podamos llegar a un buen entendimiento. ¿Será que vemos demasiado sencillo poder arreglar algo así tan solo con palabras o que no nos atrevemos a llevar a cabo una utopía?

Sea como sea, el día siguiente en el marco de las protestas en Cataluña siempre podemos acabarlo pegándonos por, esta vez, un quíteme usted esa bandera...


* Del "quítame allá esas pajas", que suele aplicar para algo de poca importancia o que se efectúa rápidamente, en un periquete, en un pispás.

martes, 8 de octubre de 2019

Una semana: 168 horas (Parte I: Objetiva)

Hace un tiempo y realmente buscando algo que no tenía mucho que ver con el tema que voy a tratar, encontré una web muy curiosa que hablaba sobre cómo organizábamos nuestro tiempo para descubrir de cuántas horas reales de tiempo libre disponíamos a disfrutar durante la semana y así poder usarlas para ganar dinero, lo cual era la razón principal que se trataba en la web y cito: https://www.emprendiendohistorias.com/ganar-dinero-extra-en-tiempo-libre/

Para ahorraros la visita, en la web podemos leer 10 ideas sobre maneras rápidas de ganar un dinero extra en nuestro tiempo libre. Me abstendré de juzgar si son maneras rápidas y reales de ganar un dinero extra porque no he comprobado nunca nueve de las diez propuestas (y ya digo, si os interesa, ahí os he dejado el link), pero... Allí fue donde vi este gráfico circular bastante explicativo y claro que llamo mucho mi atención y que a mi parecer, hace aguas. Y me explico:

"Es que no tengo suficiente tiempo..." Es una de mis frases favoritas para describir por qué no hago la mayoría de cosas (aunque también está la de "no tengo ganas de nah'"), incluyendo por supuesto mis hobbies.

Como podemos leer, una semana tiene 168 horas. De esas 168 horas, deberíamos dormir unas 56 horas, lo cual estaría bastante bien ya que son unas ocho horas de media al día; pero también creo que son bastante irreales. De hecho, la mayoría de gente adulta que conozco suele dormir siete horas al día o incluso menos precisamente por cosas como esa falta de tiempo que tenemos cada día, el insomnio, el mismo trabajo, intentar ver un capítulo de su serie favorita, el tener que encargarse de la casa, los hijos, querer pasar un momentito más con la pareja, etc. ¡Que levante la mano (que deje un comentario mejor...) toda persona que la mayoría de los días consiga dormir esas ocho maravillosas horas diarias!

Aún así aceptaremos pulpo como animal de compañía... ¡Seguimos! Usamos unas 40 horas a la semana trabajando. Eh... Espera un momento. ¿40 horas? Esas 40 horas equivalen a trabajar unas ocho horas al día durante cinco días, lo cual es lo supuestamente legal*, aunque suele ser raro, ya que un trabajo a tiempo completo suele ser de unas ocho horas al día, pero muchas veces durante seis o incluso siete días (que sí, que esto es España, que yo echando cuentas trabajaba por un euro la hora...) por lo que ya nos estaríamos comiendo entre ocho y 16 horas a la semana que ya habría que descontar de nuestro supuesto tiempo libre. Eso, si no son más.

* La misma Wikipedia nos cuenta que «...la jornada laboral aparece regulada en el Estatuto de los trabajadores donde se establece que la jornada legal de trabajo máxima no podrá ser superior a las 40 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual así como el límite diario no podrá ser superior a ocho horas de trabajo efectivo.» Y yo repito, en caso de que se cumpliera siempre esa supuesta legalidad... Y continuamos con la Wikipedia. «Por convenio colectivo se puede modificar este límite diario, siempre que se respete el tiempo de descanso entre jornadas (y yo de paso añado: "Ja-ja").»

Pues yo veo camareros, cajeros o limpiadores, por poner ejemplos del día a día, que no cumplen esos supuestos criterios. Bueno, la prima de mi madre sin ir más lejos, no los cumple (trabajadora en una residencia). Y eso ahora que supuestamente fichando lo íbamos a tener todo mejor atado... Mi madre y yo no cumplíamos esas horas pero tampoco el sueldo mínimo. Bueno, ¡qué sueldo, si yo tenía un trabajo para el que no había ni contrato! Junta las palabras "trabajo" y "España" y... Encima todo esto sin sumar el tiempo que tenemos que emplear en la carretera hasta llegar al curro o el tiempo que se nos exige en algunos casos llegar antes (a ver, que yo trabajaba una supuesta hora y me decían que debía estar media hora antes, más los 20 minutos que tardaba en salir -con suerte-, compensar lo que se dice compensar...), aunque bueno, esto se añade en otro apartado para las horas de la semana.


***Hago un inciso para decir que seguramente el dueño de la web querrá matarme en estos momentos, jajajajaja.***

Y como digo, ya sin cuadrarme bien todo, vamos a seguir echando mano de las cuentas para calcular en qué se sigue yendo el tiempo restante, que según la teoría está en unas 74 horas, aunque yo me voy a basar más en un trabajo de ocho horas diarias por seis días a la semana (que el Domingo es pecado) y tengo justo 64 horas restantes. Son 168 totales - 56 de sueño = 112 horas - 48 de trabajo = 64 horas. Y esto contando que trabajas de manera remunerada fuera de casa, porque si lo haces en casa, además de gratis, eliminamos esas 64 horas de "ocio" y cerramos el chiringuito aquí, ya que es un trabajo para todo el día... De esas 64 horas quita al menos una del tiempo que empleas para llegar al trabajo (media hora para ir y media para volver, yo curraba en el pueblo de al lado y tardaba 15-20 minutos, así que no me parece muy exagerado). Oh-oh, nos quedan ya 58 horas en esa semana tan larga con la que empezábamos. ¿Y ya no hacemos nada más al cabo del día que dormir, trabajar y nos quedan 35 horas semanales (lo que vendrían a ser cinco horas al día) para ducha, trayectos, compras, limpieza, cuidado de los peques/pareja, preparar la comida...? Pocas me parecen... A mí desde luego solo me salen las cuentas si lo que intentamos es eso, hacer ver que quedan muchas horas libres para nuestro ocio y tiempo libre. Las supuestas 37 horas libres del gráfico. De verdad que no conozco a nadie que tenga más horas libres que horas para obligaciones (37 libres, 35 para todo lo demás de nuestro día a día). No. ¿Cuántas horas tardáis en limpiar en casa? ¿Tardas más porque te toca hacerlo todo sola/o? ¿El día que te toca salir a comprar echas la tarde (o la mañana)? Cuando unes lavadora con tender la ropa, planchar y colocar, ¿cuánto tiempo usas? ¿Eres de los que todos los días limpia el polvo, hace la cama y limpia los baños como algo obligatorio? Y claro, la comida también... La ducha y el aseo personal prefiero no preguntar si son obligatorios en tu día a día y asumirlo. ¿Ducha de diez minutos? ¿Te das crema y esperas que se seque antes de vestirte? ¿Te lavas el pelo? ¿Te lo tienes que secar para no llevarlo mojado a trabajar o para tenerlo seco antes de acostarte? Yo tengo el pelo por el trasero y tardo bastante en secarlo... ¿Quizá tardas más en tu trayecto al trabajo o puede que curres más de lo que deberías? ¿Estudias? ¿Vas (o llevas a alguien) a alguna clase extra escolar, médico o cualquier tipo de cita? Date con un canto en los dientes si te queda una hora al día para hacer alguna cosa que te guste porque eso en algunos casos es un privilegio. Sólo faltaba añadir que, como leí hace poco en internet (y por si tiene más delito, no fue en un único lugar), la media de sueldo de los jóvenes en Madrid era de entre 2300-2500€ al mes claro, que con algunos sueldos está bien especificar. Si es que nos quejamos de gusto... Presentadme a alguien que se crea esto.

martes, 1 de octubre de 2019

¿Puedo opinar?

La primera vez que vi este vídeo en internet, pensé que era eso mismo, una crítica cómica sobre el camino que está tomando poco a poco la sociedad a la hora obrar con lo que se conoce como inclusión o quizá tan solo con el respeto a las opiniones del prójimo.

La segunda vez me pareció más o menos lo mismo, aunque comencé a verlo no tanto como una comedia sino con ápices de veracidad en algunos casos.

Hoy, la tercera vez que lo visualizo y después de alguna experiencia un tanto surrealista, creo que cada vez estamos más avocados a que esta crítica que ya digo, es comedia, se asemeje demasiado a una realidad literal de lo que puede pasar en un futuro.


Se suele decir que hay tantas opiniones como culos y si bien es cierto, al igual que el que todos tengamos un culo no implica por derecho que sea un culo agradable a la vista... Sucede igual con las opiniones, todos tenemos una; pero esto no quiere decir que tenga que ser la mejor y mucho menos respetuosa.

Quizá ahora está más de moda decir que los millennials (o generación Y, personas nacidas entre los años 1981 y 1993, aunque esto puede variar según donde te informes) somos esa generación de cristal que se ofende y sufre por todo porque hemos crecido en una época en la que las guerras ya quedan por suerte atrás en la historia ("tenías que haber vivido una guerra, verás como así espabilabas..."), la mili había dejado de ser obligatoria ("tenía que volver la mili obligatoria, que parece que estáis todos amuermaos'") y nuestros padres intentaban darnos todo lo que ellos no tuvieron, lo que a ojos de los demás era sinónimo de sobre protegernos.

Supongo que tanto todas esas razones, como el empezar a ver con otros ojos que de verdad otras personas pueden sufrir con nuestros actos, nos han llevado a actuar de diferente manera a como lo hacían nuestros padres y por supuesto, nuestros abuelos. Aún no hemos alcanzado la quimera de vivir en un mundo en el que todos nos respetemos y den igual nuestras preferencias sexuales, religión, color de piel, etc. pero creo que en muchos casos estamos empezando a confundir conceptos.

Ahora nos es relativamente fácil encontrar dos extremos que, como extremos, se están saliendo de la fina línea que separa según qué cosas. Me explico... Siempre ha existido la persona criticona a la que le da igual conocerte o no, a la que le da igual mentir con tal de sacar a la luz un tema que ha medio escuchado pero nunca contrastado, a quien le da igual ofenderte porque... ¡Está siendo sincera! (También tenemos la versión de "es mi opinión y por tanto no voy a informarme sobre dicho tema, voy a seguir diciéndolo aunque ofenda", pero más o menos viene a ser lo mismo.) Y no es que la sinceridad esté sobrevalorada, es que es simplemente un disfraz para poder decir lo mismo que decía antes pero que quien se sienta mal no sea esa persona, sino tú por ser demasiado frágil y sensible. Y bueno, internet, que no se nos olvide que además de ser la generación de cristal, también somos la promoción del inicio de la digitalización y todo lo que esto implica. Hemos empezado a crecer en un mundo sin ordenadores, pero hemos terminado con un móvil como extensión de nuestros brazos. ¿Qué quiere decir esto? Que podemos seguir haciendo lo mismo desde internet y ahora además desde el anonimato, con lo que el descontrol es ahora siempre un plato más en nuestro menú diario. Por tanto, si te digo algo, por muy fuerte y ofensivo que sea, la culpa es tuya por ser demasiado sensible y nunca mía, porque yo... Estoy siendo sincera y por todos es sabido que la sinceridad es una virtud.

El otro extremo a tratar es precisamente el del vídeo, las personas que se ofenden por cada palabra que digas tratando de describir a otras personas e incluso a ti mismo. Creo ser una persona respetuosa, de mente bastante avanzada y liberal y que repele el humor negro en general. De hecho siempre me han dicho que soy negativa, que me tomo demasiado en serio todo y que debería mirarlo todo con algo más de sentido del humor, por lo que a veces intento llevarlo a cabo. Pero eh, cuidado, esto tampoco parece estar dentro de lo considerado como apto puesto que puedo estar ofendiendo también a muchas personas. No se puede hacer humor con nada porque en cuanto esa persona, alguien de su familia, un primo o el tío de la madre de la hermana de su cuñado conoce a una persona que pudo sufrir algo parecido a lo que tú te estás refiriendo de manera "no seria". Por supuesto cuando hablo de un tono de humor no hablo de hacer burla o reírse de nadie y siempre estaría bien emplearlo en un círculo en el que las personas que te vayan a escuchar sean personas cercanas, pero lo dicho, cuando rozamos la fina línea de tomarlo con humor y pasamos a esa ofensa... ¿Qué nos queda?

Aún con esto, siempre habrá invidentes que te digan eso de "tengo más hambre que el perro de un ciego" o calvos que te confesarán que "no tienen un pelo de tontos". 

¿Y vosotros? ¿Creéis que nos movemos en los extremos o quizá que de vez en cuando podemos tomarnos algunos problemas con un poco de humor sin que haya nadie que pueda sentirse mal por ello?