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martes, 1 de octubre de 2019

¿Puedo opinar?

La primera vez que vi este vídeo en internet, pensé que era eso mismo, una crítica cómica sobre el camino que está tomando poco a poco la sociedad a la hora obrar con lo que se conoce como inclusión o quizá tan solo con el respeto a las opiniones del prójimo.

La segunda vez me pareció más o menos lo mismo, aunque comencé a verlo no tanto como una comedia sino con ápices de veracidad en algunos casos.

Hoy, la tercera vez que lo visualizo y después de alguna experiencia un tanto surrealista, creo que cada vez estamos más avocados a que esta crítica que ya digo, es comedia, se asemeje demasiado a una realidad literal de lo que puede pasar en un futuro.


Se suele decir que hay tantas opiniones como culos y si bien es cierto, al igual que el que todos tengamos un culo no implica por derecho que sea un culo agradable a la vista... Sucede igual con las opiniones, todos tenemos una; pero esto no quiere decir que tenga que ser la mejor y mucho menos respetuosa.

Quizá ahora está más de moda decir que los millennials (o generación Y, personas nacidas entre los años 1981 y 1993, aunque esto puede variar según donde te informes) somos esa generación de cristal que se ofende y sufre por todo porque hemos crecido en una época en la que las guerras ya quedan por suerte atrás en la historia ("tenías que haber vivido una guerra, verás como así espabilabas..."), la mili había dejado de ser obligatoria ("tenía que volver la mili obligatoria, que parece que estáis todos amuermaos'") y nuestros padres intentaban darnos todo lo que ellos no tuvieron, lo que a ojos de los demás era sinónimo de sobre protegernos.

Supongo que tanto todas esas razones, como el empezar a ver con otros ojos que de verdad otras personas pueden sufrir con nuestros actos, nos han llevado a actuar de diferente manera a como lo hacían nuestros padres y por supuesto, nuestros abuelos. Aún no hemos alcanzado la quimera de vivir en un mundo en el que todos nos respetemos y den igual nuestras preferencias sexuales, religión, color de piel, etc. pero creo que en muchos casos estamos empezando a confundir conceptos.

Ahora nos es relativamente fácil encontrar dos extremos que, como extremos, se están saliendo de la fina línea que separa según qué cosas. Me explico... Siempre ha existido la persona criticona a la que le da igual conocerte o no, a la que le da igual mentir con tal de sacar a la luz un tema que ha medio escuchado pero nunca contrastado, a quien le da igual ofenderte porque... ¡Está siendo sincera! (También tenemos la versión de "es mi opinión y por tanto no voy a informarme sobre dicho tema, voy a seguir diciéndolo aunque ofenda", pero más o menos viene a ser lo mismo.) Y no es que la sinceridad esté sobrevalorada, es que es simplemente un disfraz para poder decir lo mismo que decía antes pero que quien se sienta mal no sea esa persona, sino tú por ser demasiado frágil y sensible. Y bueno, internet, que no se nos olvide que además de ser la generación de cristal, también somos la promoción del inicio de la digitalización y todo lo que esto implica. Hemos empezado a crecer en un mundo sin ordenadores, pero hemos terminado con un móvil como extensión de nuestros brazos. ¿Qué quiere decir esto? Que podemos seguir haciendo lo mismo desde internet y ahora además desde el anonimato, con lo que el descontrol es ahora siempre un plato más en nuestro menú diario. Por tanto, si te digo algo, por muy fuerte y ofensivo que sea, la culpa es tuya por ser demasiado sensible y nunca mía, porque yo... Estoy siendo sincera y por todos es sabido que la sinceridad es una virtud.

El otro extremo a tratar es precisamente el del vídeo, las personas que se ofenden por cada palabra que digas tratando de describir a otras personas e incluso a ti mismo. Creo ser una persona respetuosa, de mente bastante avanzada y liberal y que repele el humor negro en general. De hecho siempre me han dicho que soy negativa, que me tomo demasiado en serio todo y que debería mirarlo todo con algo más de sentido del humor, por lo que a veces intento llevarlo a cabo. Pero eh, cuidado, esto tampoco parece estar dentro de lo considerado como apto puesto que puedo estar ofendiendo también a muchas personas. No se puede hacer humor con nada porque en cuanto esa persona, alguien de su familia, un primo o el tío de la madre de la hermana de su cuñado conoce a una persona que pudo sufrir algo parecido a lo que tú te estás refiriendo de manera "no seria". Por supuesto cuando hablo de un tono de humor no hablo de hacer burla o reírse de nadie y siempre estaría bien emplearlo en un círculo en el que las personas que te vayan a escuchar sean personas cercanas, pero lo dicho, cuando rozamos la fina línea de tomarlo con humor y pasamos a esa ofensa... ¿Qué nos queda?

Aún con esto, siempre habrá invidentes que te digan eso de "tengo más hambre que el perro de un ciego" o calvos que te confesarán que "no tienen un pelo de tontos". 

¿Y vosotros? ¿Creéis que nos movemos en los extremos o quizá que de vez en cuando podemos tomarnos algunos problemas con un poco de humor sin que haya nadie que pueda sentirse mal por ello?

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