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martes, 30 de agosto de 2022

¿Qué lees? «Una habitación propia», de Virginia Wolf


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Sinopsis: «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas: y esto, como veis, deja sin resolver el gran problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela».


Una habitación propia by Virginia Woolf
My rating: 4 of 5 stars

Voy a proceder a pedir perdón precediendo a mi reseña sobre este libro de Virginia Woolf porque hay taaaaantas cosas que decir, que analizar y sobre las que hablar, que me parece que la reseña se va a convertir, para desgracia de alguna persona que decida leerme, más en un comentario de texto que en una reseña como tal.

Nada más comienzas a leer Una habitación propia te das cuenta de que es un libro muy denso, en el que las ideas de Virginia surgen con tanto descontrol que hace fácil que puedas perderte en la lectura. Como ella misma admite, tiene la costumbre de dar vueltas y revueltas a sus cogitaciones. A pesar de ello, creo que es el único ‘pero’ que podría ponerle a este ensayo y es que en contraposición a esta densidad en la lectura, la autora va regando por aquí y por allá su prosa con pequeñas joyas como frases que merece la pena leer, releer y guardar (costumbre que además he adoptado desde hace un tiempo) y metáforas asombrosas especialmente para aquellos que como yo, nos explicamos como un libro cerrado. Un consejo: tened vuestros marcadores preparados (del tipo que sean: post-it, lápiz, cuaderno…) antes de comenzar a leer.

Definitivamente, Virginia Woolf era una adelantada a su época. Si no fuera porque habla de la sociedad en la que vive en ese momento y pone ejemplos de cómo es ésta, podríamos leerla pensando que habla con ideas y emociones que podemos tener la gran mayoría en la actualidad (en el siglo XXI al menos). Realmente no sé si es consciente de todos los temas que está tratando dentro de un mismo ensayo que surgió de una idea simple como es la de las mujeres y su relación con la literatura. Solo con esa idea y en un libro de algo más de 150 páginas es capaz de hablar de temas que incluso ahora están de rabiosa actualidad como son por supuesto: el feminismo, el patriarcado, la existencia o no de lo que podría ser un tercer sexo o quizá una mezcla de los ambos que se conocen hasta el momento con diferentes porcentajes de implicación según la personalidad que tienes o quieres obtener (¡qué idea tan compleja para esa época!) o la salud mental, entre otros. Woolf se plantea, para que se entienda un poco más en extensión esta idea, si no podría existir algo así como un sexo andrógino al menos en cuanto a pensamientos e ideas (¿quizá lo que ahora se llamaría no-binario?) en el que haciendo uso de sus metáforas, fuéramos un poco hombre en cada mujer o un poco de mujer en cada hombre, un sexo en porcentaje, me explico. Si pudiéramos escoger ser algo así como 100% hombre, un 90% hombre y el 10% restante mujer o incluso un 50% mujer o un 50% hombre. Si en aquella época a una mujer ya se la trataba de loca simplemente por tener el deseo de querer escribir, prefiero no pensar en lo que podría decirse de Virginia si expusiese este tipo de ideas tan progresistas en la sociedad del patriarcado que reinaba en su generación y cómo podrían entenderse. Una mujer alentando el feminismo, ¡habráse visto!

Creo que Una habitación propia es un libro que tendría que leer todo el mundo, no especialmente o específicamente las mujeres. A pesar de tener, evidentemente, muchas opiniones subjetivas, también leemos lo que era la sociedad de manera objetiva en la que se vivía en aquellos años. Un tiempo en el que se planteaban si la mujer realmente tenía o carecía de alma (!!) o se cuestionaba (más bien ni se imaginaba) que la mujer pudiera hacer una cosa diferente a cuidar de los niños, el marido, la demás familia, limpiar, lavar, bordar… Y poco más, porque faltándole algo tan básico como el alma, qué podríamos decir de algo así como una opinión propia, algo de libertad o incluso el talento.

Estoy completamente segura de que si Virgina Woolf pudiese viajar en una máquina del tiempo a los años 20 del siglo actual, SPOILER BIOGRÁFICO (view spoiler)Sí, afortunadamente la vida ha cambiado (¡qué menos, han pasado casi 100 años!). Ya no se plantea si las mujeres tenemos o no alma… O eso espero. Aunque en muchos sectores sí se sigue viendo mal algo tan natural como que una mujer beba alcohol. Mejor no recordemos el ‘sola y borracha quiero llegar a casa’, porque no sé si el emisor no supo transmitir la idea o quizá fue fallo del receptor si no de ambos, pero el fondo viene a ser el mismo que en aquella época, a las mujeres mejor agüita. Otro ejemplo más es el de Chloe y Olivia. Como bien dice Virginia, no os ruboricéis, estas cosas ocurren a veces. A veces a las mujeres les gustan las mujeres… No nos ruborizamos, en la actualidad podemos hacer cosas peores aún…

En resumen, y en realidad lo que nos ha traído hasta aquí es: ¿Qué necesitaría una mujer para poder escribir? Según Virginia W., una habitación propia y 500 libras al año sería un buen comienzo. ¿Pero qué mujer de la época podía tener una habitación propia? Impensable. ¿Y esas 500 libras? Siempre pertenecerían al marido, fuera quien fuese quien las trajese a casa. Y cito: "La libertad intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos". Y así, supongo, comenzó el alegato que podemos leer en estas páginas.


Como siempre, me guardo las mejores frases que he leído en el libro:

“¿Por qué los hombres bebían vino y las mujeres agua? ¿Por qué era un sexo tan próspero y el otro tan pobre?”

“¿Tenéis alguna noción de cuántos libros se escriben al año sobre las mujeres? ¿Tenéis alguna noción de cuántos están escritos por hombres?”

Sobre las mujeres se preguntan: “¿Tienen alma o no la tienen?”

“El pegar a su mujer era un derecho reconocido del hombre y lo practicaban sin avergonzarse tanto las clases altas como las bajas…”

Mr. Oscar Browning dijo, según parece, que: “la impresión que le quedaba en la mente tras corregir cualquier clase de exámenes era que, dejando de lado las notas que pudiera poner, la mujer más dotada era intelectualmente inferior al hombre menos dotado”.

Mr. Greg: “La esencia de la mujer es que el hombre la mantiene y ella le sirve”.

“Señor, una mujer que compone es como un perro que anda sobre sus patas traseras. No lo hace bien, pero ya sorprende que pueda hacerlo en absoluto”. Cecyl Gray, A Survey of Contemporary Music, pag. 246

“My lines decried, and my employment through
And useless folly or presumptuous fault”.

Lady Winchilsea

(Mis versos desacreditado y en mi ocupación considerada una locura inútil o una presunción culpable).

“A Chloe le gusta Olivia…” No os sobresaltéis. No os ruboricéis. Admitamos en la intimidad de nuestra propia sociedad que estas cosas ocurren a veces. A veces a las mujeres les gustan las mujeres.

Mr. John Langdon Davies advierte a las mujeres que "cuando los niños dejen por completo de ser deseables, las mujeres dejarán del todo de ser necesarias".

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Goodreads 4.19
La Casa del Libro 5
Amazon 4.6

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