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sábado, 27 de septiembre de 2014

Muestra de Puleva Max

Hace tan sólo unos días y a sabiendas de que este año iba a tener mucho más tiempo libre que el anterior, mi cabeza comenzó a elaborar distintos planes que poder llevar a cabo. Lo primero que hice fue 'dejar' aquel 'pasatiempo/curro' no remunerado que me robaba un par de días en semana y también los fines de semana. Me gustaba, pero sabía que iba a ser por un tiempo limitado y ese tiempo llegó a su fin... Estoy próxima también a abandonar otra de las obligaciones que me robaban el tiempo de los otros tres días de diario que tenía libres y la parte sobrante del fin de semana. Para que sea menos lioso, he pasado de estar ocupada de Lunes a Domingo, a tener que ir al gimnasio tan sólo cuando a mí me apetezca. ¿Qué le vamos a hacer? Las cosas han salido así y si para cumplir un sueño te tienes que meter en la boca del lobo, quizá el sueño no merezca tanto la pena. Yo me entiendo... Aún así, tampoco me puedo adelantar a los acontecimientos, porque aunque tenga superlativas ganas de mandar todo a la mierda todo (y a algunas personas en concreto más aún), por ahora no dije que no a parte de las obligaciones y sigo teniendo la semana ocupada. Así que he empezado con las pruebas...

Si alguien lee mi blog de vez en cuando o me conoce, sabrá que soy una persona con algunos problemas de alergias. Tengo tanto alergia por contacto, un simple roce con algo que me dé alergia puede derivar en muchos problemas; como alergias alimenticias, que provocan que si consumo algo que me provoque esta alergia, pueda tener un colapso en el organismo... El caso es que por ello, siempre que compro algo, tengo que mirar al detalle los ingredientes con los que está producido, ya sea una simple crema para la cara, como un bollo para la merienda. Hay que escribir a cada marca, hay que saber si siguen la normativa en cuanto a etiquetación de ingredientes y trazas... Es un trajín. Una vez todo ha pasado esa especie de filtro y he visto que el producto en cuestión es apto, puedo comprarlo, pero evidentemente y a pesar de todos los cuidados, puede ser que la información que me dieron fuese errónea y me vaya mal, puede darse el caso de que sea alérgica a alguno de los ingredientes y no lo supiera con anterioridad, puede ser también que no me guste el producto, etc. En el fondo, es algo que nos pasa a todos, pero yo suelo tener menos variedad en la que poder elegir. 

Pongamos como ejemplo (y es un ejemplo verídico) que me quiero comprar un jabón desmaquillante. Te vas a las grandes marcas (cuanto más conocida sea la marca, más garantías tienes de que todo saldrá bien) y después de hacer tu criba personal, tienes dos opciones: el jabón A, de color azul y el jabón B, de color verde. Ambos tienen un precio bastante elevado, no olvidemos que son marcas conocidas; pero además entre esas dos opciones, sólo puedes escoger entre dos productos de 500ml., lo que viene a ser medio kilo de jabón que nunca sabes si te irá bien... Y aunque no soy muy partidaria de ellas, pensé... ¿Y por qué no pedir muestras? Es cierto que es bastante molesto que al pedir cualquier tipo de muestra o información sobre algo, entres en un jodido fichero desde el cual te pueden dar la mandanga para meterte sus productos hasta en la sopa del mediodía (véanse las compañías de teléfono que todos conocemos, que no son famosas precisamente por su buen hacer y que no tienen otra hora para llamar que no sea la hora de siesta, en fin...). El caso es que se me ocurrió la idea de pedir muestras, siempre que hubiera, de los productos que mi familia o yo solemos consumir. Que ahora que lo pienso, en realidad son casi todos, porque hay un amplio abanico de edades que van desde los 10 meses a los casi 90 años... 

Y así fue como conseguí mi primera muestra, un litro de leche Puleva Max. Pedí las muestras el día 2 de Septiembre (¡empezando Septiembre a tope! xD) y el pasado día 17, ya estaba la carta en nuestro buzón. Ya os dije, es una marca conocida y suelen ser las que más ejemplo deben dar ante el consumidor. A pesar de ello, conozco algunas grandes marcas (una archiconocida de galletas, otra de bollería, etc., que ni siquiera se dignan a responder los emails). Puleva Max es una leche pensada para niños de más de 3 años, pero dado que tanto a mi abuela, como a mi madre y a mí la leche nos sienta fatal, casi siempre estamos probando marcas hasta encontrar la que nos vaya bien. ¡Creo probaremos Puleva Max las tres!



Mi peque es aún demasiado joven para probarla, pero oye, si está bien, las mayores no dudaremos en probar la Puleva mañanas ligeras, que es más digestiva porque han reducido el contenido en lactosa.  

Lo que tampoco conocía de esta marca era que tenía tantas variedades de leche: para bebés, para niños algo más grandes, con calcio, ecológica, con nueces... Estoy un poco anticuada en el mundo de las leches. De las de beber, porque de las otras recibo a diario...

Y en el caso concreto de Puleva Max, fue elegido producto del año 2013.                                                  




Lo dicho, que aquí tengo mi carta, mi cupón de descuento y... La leche que me van a dar... O bueno, que me han dado ya. Si queréis información sobre sus productos, cotillear un poco la web o preguntarles algo en concreto, aquí os dejo el enlace: Puleva Y toda esta propaganda, por una muestra de un litro de leche, imaginad si me hicieran socia. Guiño, guiño. (Creo que no cuela...)


domingo, 14 de septiembre de 2014

Vacaciones en Tenerife (Vídeo)

Y como prometí en la entrada anterior, aquí está el vídeo resumen de mis vacaciones. Está hecho con pedazos de vídeos más largos (a modo "Frankenstein") pero que prefiero guardar para mí y mi familia. Os dejo también descripción que podéis leer en Youtube y que aclara algunas cosas sobre él. Está editado con el GoPro Studio.

PD: En cuanto pueda subo la crónica del viaje y por supuesto, ¡las fotos!



Un pequeño vídeo de mis vacaciones en Tenerife. :)

Las imágenes en las que sale la Volkswagen NO son mías, así que no soy yo, ni mi novio, ni mi padre, ni nadie que conozca; simplemente me hizo gracia que en la plantilla saliesen imágenes de una de las furgonetas de mis sueños (aunque donde esté la T1...). 

Las imágenes de la playa, piscina, etc., sí son mías. Hay algunas que no son de muy buena calidad porque están grabadas desde el coche (se aprecia hasta la basurilla de la ventanilla del coche de alquiler) o con mucho viento, que hacía que la cámara temblase demasiado. Tampoco esperaba crear un vídeo con las imágenes, así que no estuve nada preocupada de su calidad al grabarlas. 

Pero bueno, aún con todo, espero que os guste este vídeo. A mí siempre me quedará el recuerdo de esos días. :)


Extras:
7 de Agosto de 2014 - 14 de Agosto de 2014

0:11 - 0:12 Punta del Jurado, Los Abrigos
0:12 - 0:13 Punta del Médano, Los Abrigos
0:18 - 0:23 Piscinas (Hotel)
0:28 - 0:31 Parque nacional del Teide (Paisaje lunar)
0:31 - 0:34 Volcán Teide
0:34 - 0:36 Kitesurf, El Médano
0:36 - 0:40 Punta del Jurado, Los Abrigos
0:40 - 0:41 Montaña Roja, La Tejita
0:48 - 0:51 Punta de la Carrera, Los Abrigos
0:51 - 0:57 Playa en Punta de la Carrera, Los Abrigos
0:58 - 0:59 Piscinas (Hotel)
1:00 - 1:05 Hard Rock Café, Pirámide de Arona, Avenida de Las Américas 

sábado, 6 de septiembre de 2014

Mi GoPro

Debo remontarme al año 2006 para recordar aquella primera vez que me dio por grabar un vídeo y, ya de paso, subirlo a internet. La comunidad de Youtube estaba aflorando poco a poco y cada vez éramos más los que nos decidíamos a hacernos una cuenta y probar a subir algún vídeo. El primer vídeo que subí a mi cuenta, con fecha 26 de Diciembre de 2006 fue un vídeo de 29 segundos "tocando" -ejem...- el solo de la canción Holiday, de Green Day.

Pentax Optio S4 de 2003
Por aquel entonces yo ni siquiera tenía cámara propia, pero al comprobar que podía subir vídeos y que éstos eran vistos por gente (aunque no por mucha) sin necesidad de mostrarme, comencé a pedir prestada la cámara a mi padre, una Pentax Optio S4 del año 2003, y cada vez que podía, grababa vídeos en los que enseñaba cómo aprendía a tocar la guitarra. Era lo más interesante que hacía en esos momentos, tocar la guitarra, y la música mezclada con la experiencia de ir probando una cámara digital por primera vez en mi vida, hicieron el resto.

Detalle del golpe de la cámara Pentax
Evidentemente en aquella época, yo no entendía nada en cuanto a calidad de grabación y/o sonido, no sabía trastear con los ajustes y, por supuesto, no iba a hacerlo dado que la cámara era de mi padre y en ocasiones la usaba incluso para su trabajo, así que si quería grabar algo, simplemente la colocaba y le daba al play. Aún así, me servía para lo que pretendía y, si grababa una imagen de baja calidad, no le daba importancia porque de hecho, lo prefería así. Con el tiempo, a mi padre se le cayó la cámara, quedó algo abierta y perdió un tornillo (lo podéis apreciar en la foto de la derecha), pero confieso que sigo usándola y que además aquel golpe tan sólo afectó a la estética de la cámara. De hecho, ¿quién no va por ahí con un tornillo de menos? Mientras tanto, yo seguía grabando vídeos para Youtube y a su vez, la comunidad de vídeos seguía creciendo y era vista por muchísima más gente alrededor del mundo, así que mi mente iba inspirándose en otras ideas sobre qué tipo de vídeos podía continuar grabando. Pronto me di cuenta de que esa cámara para lo que necesitaba, se me estaba quedando pequeña. Tan sólo podía grabar 60 segundos de vídeo y obviamente cualquier canción que trataba de aprender duraba más... 
Los tornillos dejaron de apretar correctamente la carcasa y a pesar de que su funcionamiento seguía siendo normal, unos compañeros de mi padre decidieron regalarle una cámara mejor y terminó dejando olvidada la S4, cosa que yo lógicamente aproveché...

Sony Cyber-SHOT DSC-W30

Entonces decidí pasarme al mundo de las webcam. Me habían regalado una webcam malucha hacía unos días y aunque venía con un defecto de fábrica en la imagen (en el lado izquierdo había una zona donde se veía borroso de forma permanente) al menos podía grabar más de los 60 segundos que tenía de límite con la cámara digital. Mientras tanto, mi padre también había dejado en una caja y cogiendo polvo la nueva cámara regalo de sus amigos, para ya directamente comprarse un pepinaco propio de cualquier profesional en la materia, así que... Digamos que abrí la caja y descubrí mi nueva Sony Cyber-SHOT DSC-W30. Era mejor cámara, podía superar los 60 minutos de grabación de vídeo y además era más nueva, de 2006. Por aquel entonces ya me empezaba a gustar mirar otro tipo de cámaras con las que pudiese grabar sólo vídeo de mejor calidad o una cámara con la que pudiera hacer vídeos de calidad considerable y quizá algunas fotos. 

Poco a poco y a partir de su salida (creo que fue alrededor de 2009) me fui fijando en la GoPro, aunque en esos momentos era una meta inalcanzable. Con la tontería, había conseguido ganar algo de dinero gracias a mis vídeos en Youtube y contaba con algunos suscriptores; pero pagar casi 300 euros por esa cámara no entraba en mis planes. Era una cámara de vídeo, pero con la que también podías hacer fotos; sus medidas eran casi de risa (si me la pongo en la mano, puedo cerrar el puño y no verás ninguna cámara); teóricamente soportaba los golpes con relativa facilidad; era muy versátil y además, te permitía grabar debajo del agua. ¿Los contras? Para mí uno de ellos es que no tiene visor (no sabes dónde estás apuntando ni qué estás grabando), lo cual ahora tiene una relativa solución que consiste en descargar en tu móvil o tablet una aplicación llamada GoPro desde la cual puedes ver lo que enfocas. Quizá es un poco incómodo hacerlo así, pero es la mejor y única solución que he encontrado. De todas formas, la GoPro tiene un enfoque tan amplio que prácticamente te tienes que esforzar porque no salga lo que pretendías. La otra contra, el ojo de pez, que aunque proporciona como digo un campo de visión amplísimo, no a todo el mundo le convence. Pero lo dicho, en su día era bastante cara y en la actualidad cuesta (según la web de GoPro) 199.99$ -dólares americanos- la más barata, 299.99$ la intermedia y 339.99$ la más cara. Los precios en España a primeros de Septiembre de 2014 son los que veis en la imagen...


Precios GoPro Septiembre 2014



Funda sumergible GoPro con soporte de pegar y
cámara GoPro Hero3 White Edition
Un buen día a mediados de Mayo de este año (que no se diga que no tengo paciencia), encontré una oferta en unos grandes almacenes en los que ofrecían la GoPro3 White Edition al 'módico' precio de 178 euros. Teniendo en cuenta que ya quería esa cámara desde hacía bastante tiempo y que me ahorraría 71 euros... ¡Caí! Pero con todo el equipo además. Aún tenía ahorrado el dinero que recibí por mi cumpleaños un mes y medio antes y me la compré. Había escuchado muy buenas críticas sobre ella, a pesar de que es la de menor categoría de las tres, como la hermana pequeña. También había algunos detractores de estas videocámaras que contaban que algunas ediciones estaban fallando, se apagaban solas, se gastaba la batería sin saber por qué, se quedaban pilladas sin razón alguna... Pero a decir verdad, por ahora la mía no ha tenido ningún problema, ya digo, comprada en Mayo de 2014. Por si alguien no las conoce, evidentemente la más barata, la White edition (edición blanca) es la más 'flojilla'; luego de calidad intermedia tenemos la Silver edition (edición plata) y la mejor y evidentemente más cara, la Black edition (edición negra). Es una cámara pequeñísima, incluso a mí me sorprendió su tamaño al sacarla de la caja y aún sabiendo de antemano que iba a ser muy pequeña. Viene con algunos complementos, aunque no muchos. No recuerdo exactamente cuáles porque yo me compré algunos más, pero creo que era un par de soportes o tres para pegar en una superficie y poder colocar encima la cámara de manera que esté estable y puedas grabar y la funda para poder sumergirla.

GoPro Hero3 White Edition con carcasa sumergible
Sobre las funciones y características de la cámara no voy a hablar demasiado por dos razones principales. La primera es porque no necesito una calidad bárbara en mis vídeos. Grabo mis vacaciones, algunas fiestas con mis amigos y mi familia, festivales, conciertos, partidos de fútbol, ratos en la piscina... Vamos, que no pasa de ser un uso personal, por lo que si no alcanza a grabar en perfectísima calidad, no me importa. Aún así, tengo que decir que la calidad es excelente y más aún siendo la primera cámara de vídeo que tengo en la vida. La segunda razón es que, como dije a principio, yo nunca he entendido mucho en cuanto a ajustes y características de grabación, ni tampoco de fotografía. A mí me da un poco igual si graba en ojo de pez, si sólo te permite la grabación en un par de formatos poco conocidos o si tiene buen balance de colores. Lo que me preocupa es que no falle ante todo, que se vea bien o mal en cuanto a mi opinión personal y que se puedan editar los vídeos de una manera sencilla. Y creo que esta cámara supera con creces estas características. La he probado poco aún, de hecho la compré para grabar alguna carrera y algunas fiestas y conciertos que iba a tener por la época en la que la conseguí, pero al final donde más pude grabar y disfrutarla fue en mis vacaciones.

1.Chesty azul (arnés) 2.Bobber 3.Bastón extensible 
4.Accesorios varios 5.Correa mano/pierna/casco
6.Soporte para barra 
7.Accesorios varios 8. Tapa de carcasa
También me apetecía bastante comprar un arnés para poder llevar la cámara mientras hacía deporte y no tener que cargar con ella en la mano. Llega un momento en el que tu mano se cansa, si vas en bici es bastante incómodo, inestable... Y bueno, para eso mismo se hicieron los complementos de las cámaras y especialmente de esta, para poder grabar todo desde una buena perspectiva, pero sin tener que estar pendiente de qué grabar o dónde y cómo sujetar tu cámara. Entré a la web oficial de GoPro pero, entre que no me pagan por el patrocinio y que me parecieron unos precios un tanto elevados, quizá queda feo decirlo, me fui a comprar a la competencia, donde la diferencia de precios es clara y la oferta es prácticamente la misma, pero sin la marca. Compré el famoso arnés por 11.32 euros, cuando en la web está a la venta a 45 euros. Además, al ser azul me costó aún más barato y me pega bastante con la ropa de deporte que llevo. Compré un Bobber. Un Bobber es el segundo accesorio que veis en la imagen. Es una especie de 'flotador' que gracias a su material -plástico- hace que si se te cae la cámara mientras estás en el agua, ésta flote. Igualmente gracias a su color amarillo, te será más fácil encontrarla en la superficie del agua. Esta accesorio no lo encontré en la web oficial, pero no me costó muy caro, unos 6 euros. El bastón extensible lo quería también mi padre, así que dado que se adapta a cualquier tipo de cámara y que a mí me vendría muy bien, lo compré. Me costó 7.31 euros, el que hay en la web cuesta 79 euros. La diferencia como veis es abismal... La foto cuatro y la foto siete son solamente accesorios que me venían de forma gratuita, unos con la compra de la cámara original y otros con la compra de los diferentes accesorios. Cuando compras el arnés, te regalan el enganche para poner la cámara, igual que cuando compras el bastón o la correa, te vienen los adaptadores. En realidad cuestan entre unos cuántos céntimos y un par de euros o tres. Por supuesto es el precio de la página de la competencia, en la marca original rondan 25 euros... La foto número cinco es una correa que vale tanto para ponerla en la muñeca (para quien tenga una muñeca de verdad y no como la mía, claro), en la pierna o en el casco. Lleva velcro, así que es adaptable a varias superficies o partes del cuerpo. Su precio fueron 8.23 euros y en la web, 20 euros. Foto seis, soporte para barra. Se puede adaptar a cualquier tubo o barra y evidentemente, a un manillar, sillín y similar. Hay dos en la web, uno de 25 euros y otro de 35 euros. A mí me costó 4.55 euros. El accesorio de la foto número ocho venía de extra al comprar la cámara, junto con la carcasa. Por cierto, gran detalle que te venga la carcasa de buceo con la cámara, ya que comprarla de forma independiente te sale por 60 dólares americanos...

Lo mejor de todo ha sido poder disfrutar de la GoPro y grabar algunos vídeos que, editados, me servirán siempre para recordar mis vacaciones en Tenerife, las primeras y las mejores desde hacía ya muuuuuucho tiempo. En la próxima entrada os dejo el vídeo y así podéis juzgar un poco esta cámara. 

jueves, 7 de agosto de 2014

¿Qué llevar en una maleta?

Aaaaaarrrggggg, ¡me voy de vacaciones! Sí, suena relajante y de hecho, espero que sea relajante pero; hace tantos años que no me iba de vacaciones, que prácticamente se me ha olvidado lo que significaba hacerlo. Si no recuerdo mal, la última vez que viajé, obtuve un descuento en la reserva por ser menor de edad y ahora estoy más cerca de la treintena de lo que realmente me gustaría... Así que he pasado de prepararme la maleta con la ayuda de mi madre (bueno, qué digo maleta, si hasta hace unos días yo ni siquiera tenía una maleta con la que poder viajar...) a prepararla yo sola pero sin experiencia previa, así que... ¡No sé qué llevarme!

Ha habido de todo, desde años en los que en pleno Agosto me he ido de vacaciones y hemos acabado con la reserva de mantas COMPLETA de un hotel (gracias a mí, que era pequeña, nos tocó manta, hubo algunos que se quedaron sin... Galicia, ese gran hábitat extraño en el que, en Agosto, puedes tener que dormir con pijama de invierno, tres personas en una cama, mantas de invierno y con frío...) hasta hoteles en los que decidimos no llevarnos champú porque siempre había y... Resultó que no, que en este no había. Tuvimos la suerte de estar en todo el meollo del pueblo, pero si no, nos tendríamos que haber acostumbrado al menos por unos días a la vida hippie. Y hablando de vida hippie, mi padre en una ocasión y también en vacaciones, estuvo 10 días sin poder afeitarse porque se le había olvidado la maquinilla. Tampoco es que fuera el protagonista de Náufrago, pero yo, que era pequeña, nunca le había visto con barba antes y le encontraba tan extraño...

Como digo, las cosas han cambiado un montón desde la última vez que yo salí de viaje. Además, siempre he hecho viajes dentro de lo se considera mi país, España, por lo tanto nunca tuve que preocuparme por el pasaporte, los adaptadores para los enchufes, las divisas (cuando yo viajaba no había euros tampoco) o el idioma. Y siendo los viajes dentro del territorio, normalmente lo que hacíamos era coger el coche y salir zumbando. Nada de aviones en los que necesitas saber cuánto peso máximo debes llevar en cada maleta; tomar medidas de forma exquisita; aprender diferenciar el equipaje de mano y el que va a facturar y saber qué meter en cada uno; conocer las prohibiciones en cuanto a líquidos, objetos punzantes y... ¿¡Pinzas de depilar!? ¡¡Quieto todo el mundo, tengo unas pinzas de depilar y SÉ cómo usarlas!! Te quito un pelito por aquí... La última (y primera) vez que subí en un avión, debía rondar los ocho años. Mi madre dice que menos. Fui a las Baleares. No me acuerdo de mucho. Gracias a mi amiga Vicky de Salir de la Guarida, ahora lo tengo todo un poquito más claro. Y bueno, en aquel entonces tampoco tenía que preocuparme por los aparatos electrónicos y los consiguientes cargadores. Tuve mi primer móvil con 10 años (una adelantada a mi época en ese aspecto), así que me llevaba el móvil y el cargador. Punto. No me tenía que preocupar por el ordenador (tenía uno que, aparte de ser de sobremesa, era compartido), cámaras de fotos, cámaras de vídeo, tabletas y un largo etcétera.

Entonces... ¿Ahora qué podría llevar en una maleta?

Supongo que, para personas como yo, en este link Muy Molón, tienes la respuesta a esa misma pregunta. Y no sólo eso, sino que además tienes un descargable en el que ir apuntando y tachando las cosas que vas a meter en tu maleta.



Voy a seguir prácticamente al pie de la letra el descargable, sumando algunas cosas que no están incluidas pero que necesito (mis placas de información alérgica, gafas de sol, un gorro, los accesorios de las cámaras, el mp3 y pilas -que mi mp3 va a pilas-) y descartaré de la lista lo que no tengo idea de llevarme (champú, gel, cuchillas, chanclas, secador, espejo -hay en el hotel- y guantes, paraguas, algo para el cuello, cinturón, pasaporte, etc. -que son cosas que no creo que necesite-).

¿Lo mejor de todo? Que aunque soy como soy y me dé bastante miedo el avión, en el momento en el que me estéis leyendo probablemente esté subiendo a uno a puntito de comenzar mis primeras vacaciones en años. Y quizá dentro de unos años pueda ir incluso con mi niña y sin ninguna preocupación por el qué pasará. Pero eso dentro de muchos años, jejjejejeje.


¡Os cuento a la vuelta!

domingo, 27 de julio de 2014

Grinbuzz

¿Sabías que España es uno de los países más solidarios del mundo? Quizá desconocías este dato pero, a pesar de no ser un país demasiado grande y, por tanto, no tener tanta población dispuesta a ayudar como pueden tener otros; a pesar también de ser uno de los países a los que más a afectado la crisis y pese a ser uno de los países donde trabajamos más horas y descansamos menos (y por menos parné), en ocasiones también sacamos tiempo y dinero para aquellos que necesitan ayuda.

A mí me gustaría poder hacer más de lo que hago. Muchísimo más. La falta de tiempo, evidentemente en mi caso de dinero y las dificultades que tengo para ir a determinados sitios o hacer determinadas cosas, me impiden ayudar hasta ese nivel con el que saciaría mis ganas de hacer algo por alguien sin pedir nada a cambio.

Siempre he pensado que por ejemplo, si no fuera una persona tan miedosa y las alergias no me acompañaran cada día de mi vida, ahora mismo probablemente estaría en... ¿África? O en algún lugar remoto de Filipinas, en una aldea en Perú... En cualquier sitio donde pudiese hacer algo más de lo que hago escribiendo frente a este ordenador. No sé hacer muchas cosas, pero siempre se puede echar una mano enseñando lo básico en alguna escuela, dando cariño, apadrinando niños, repartiendo comida, ayudando a construir una potabilizadora... Qué sé yo, ¡cualquier cosa! Por ahora y mientras mis alergias sigan de manifiesto (y dados los años que hace que estamos juntas, veo complicado que ya me vayan a abandonar), este tipo de proyectos tendrán que esperar. Bueno, la esperanza es lo último que se pierde...

De todas maneras, esta no es la única forma de tenemos de solidarizarnos con otras personas. Hay otras opciones: donar parte de tu sueldo a una ONG, donar dinero de vez en cuando, comprar en tiendas que tengan las ONG's y que donan parte o la totalidad del dinero que recauden a una causa benéfica... He incluso podemos ayudar de una forma aún más 'barata': podemos ser voluntarios. No nos costará dinero, sólo necesitamos algo de tiempo.

Evidentemente no estoy tratando de obligar a nadie a que haga ninguna de estas cosas. Cada uno sabe su situación y es libre de ayudar al prójimo o no hacerlo, ya sea por una causa totalmente justificada o porque no le salga de los... Cuando una persona gana el dinero de una forma honrada, puede utilizarlo como le venga en gana, tanto para dar de comer a sus hijos, como para algo tan distinto como bañarse en billetes en homenaje al tío Gilito. Además, es cierto que muchas veces hay personas que tratan de hacer un sucio negocio con la desgracia de los demás y que hacen de intermediarios del dinero a su antojo. Del bolsillo del donante, al mío y el receptor... Que espere, total, ya lleva muchos años esperando una solución, por esperar un ratito más, no pasará nada.

Hoy os muestro otra forma más de poder ayudar a otras personas. No se necesita dinero. Apenas necesitamos tiempo. Tan sólo es preciso que tengamos una conexión a internet.

Grinbuzz es una revolución en la forma de ayudar a los demás que consiste en juntar en el mismo espacio a personas que quieran anunciarse o darse a conocer y personas que quieran ayudar pero no dispongan de una boyante economía o les sobre el tiempo. Os lo trataré de explicar de una forma más sencilla... Cada persona que quiera darse a conocer, graba un vídeo que se alojará en esta web por un módico precio. Nosotros nos conectamos a Grinbuzz y vemos esos vídeos, que quizá te interesen o no, pero que no te comprometen a nada. Grinbuzz te va 'dando' un determinado número de huellas por cada vídeo y esas huellas ayudarán a apadrinar a niños con necesidades.

Por si aún así no lo entendéis, sólo tenéis que pinchar en el siguiente enlace desde el que os invito a apadrinar junto a mí:
http://grinbuzz.com/user_landing?user_id=13937


No hay que pagar, es gratis. Tan sólo necesitáis un nombre de usuario y un email, creo recordar que eso es todo. Es mucha menos información de la que ponéis cuando os metéis en un juego online u os registráis en cualquier web o foro de internet. Si me permitís un consejo personal para las personas que como yo, seáis olvidadizas, podéis poner la web en vuestra barra de favoritos para que sea un lugar de visita obligada cada día. Aquí os muestro una captura de mi Mac.



Cada noche, entro a mirar el correo, mi Facebook, el blog... Y de paso, dejo mis huellas diarias en Grinbuzz. No tenéis que poner atención a los vídeos si no queréis, podéis darle al play y hacer otras cosas mientras se visualizan. Además, hay un límite de huellas para obtener cada día que deben rondar las 42 y por cada vídeo suelen darte más de una. Qué puede llevarte, ¿cinco minutos al día? ¿Diez...? El 80% de los beneficios se dona al apadrinamiento de niños y niñas desfavorecidos.

¿Qué pierdes por intentarlo?


He hecho otro par más de capturas. En esta primera se puede ver que, una vez hayas completado el número de huellas máximo que se pueden obtener al día, Grinbuzz te lo advertirá por medio de un mensaje como este.














En la segunda podéis ver mi panel de control. Ahí se ven las huellas que has dejado en total, los amigos a los que se han unido a la web a través de ti, los niños que has ayudado a apadrinar y las huellas que dejaron tus amigos. He borrado los datos porque no es importante lo que haya hecho yo, sino lo que puedes llegar a hacer tú.




Pinchad en estos enlaces si necesitáis cualquier tipo de información sobre la web.

Grinbuzz
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Campañas
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Blog de Grinbuzz


¡GRACIAS! :)

miércoles, 16 de julio de 2014

Pobre de mí (por ser mujer, supongo)

Finalizadas las fiestas de San Fermín hace tan sólo unas horas al compás del conocido 'Pobre de mí', os traigo esta entrada con mi opinión sobre estas (y otras similares) fiestas que se celebran a lo largo y ancho de este nuestro mundo. Me centro más que nada en estas porque son las que más han dado que hablar, o al menos que yo haya escuchado, sobre el libertinaje con el que algunos actúan y del que componen sus días mientras que el cuerpo aguante (lo que viene a significar, lo que duren las celebraciones). 

A pesar de ser unas fiestas muy célebres y que se celebran en mi propio país (en Pamplona, para más señas), confieso que he tenido que buscar en internet cuándo se habían acabado porque, aunque me había parecido oír en el telediario que era hoy, no estaba del todo segura. 

En alguna ocasión con anterioridad, he reconocido que no me gustan las exposiciones y/o fiestas en las que intervengan animales: el circo, los zoológicos, las corridas de toros, etc. Es verdad que hay determinadas celebraciones en las que los animales no tendrían por qué sufrir como son los recortes (el toro 'sólo' corre, cosa que haría igual en un campo), los encierros (misma situación), pero esos mismos toros son sacrificados más tarde en las corridas, por lo tanto y al estar ligado, es algo que igualmente me desagrada. Aún así, es una fiesta que respeto en cierto sentido, puesto que hay muchas costumbres que son dignas de celebrar. El chupinazo tiene que ser 'acojonante'. Toda la gente que se junta a celebrar, la costumbre de ir todos vestidos con ropa blanca y el pañuelito rojo (¡que no falte!), el 'Pobre de mí' que mencionaba anteriormente... Algo que reúne a tanta gente tiene que ser digno de ver, disfrutar y como digo, festejar. 

Dejando atrás mi opinión sobre la parte taurina y ya que ésta es a veces compartida y otras veces no, quiero hablaros de algo que me avergüenza casi en un nivel prácticamente idéntico: el libertinaje. No confundir con la libertad, que es otra cosa bien distinta...

¿Alguien aún no se ha enterado de los tocamientos en estas fiestas que se producen mayoritariamente hacia las mujeres? Los tocamientos a las mujeres en los Sanfermines son lo que Saluo a los británicos o el 'balconing' al verano, siempre toca y valga la redundancia... 

Lo más fácil y por desgracia muchas veces lo más común es echarnos la culpa a las mujeres. Siempre es más sencillo decir a una mujer no enseñes, no provoques, no hagas; que decirte al hombre no toques, no abuses. ¿Por qué? Bueno, también dicen que el hombre tiene instintos primitivos, que no se puede contener, blah, blah, blah... No tengo a los hombres por una raza inferior más cercana a los monos, animales irracionales, y que tengan que satisfacer sus instintos sea como sea y a costa de lo que sea. Lo mismo estoy equivocada al creer que están dotados de razón, sentido común, respeto... Entonces, ¿por qué algunos (por suerte no son todos) van como lobos hambrientos a tocar? ¿Tan desesperados están? ¿Tan poco respeto tienen hacia ellos mismos y hacia las mujeres? 

Teniendo en mente como mujer que soy que nunca he ido enseñando nada por ahí (al menos conscientemente), que no me suelo poner escotes porque no lucen, no hago top-less, no uso faldas... Para mí las mujeres que usan cualquier parte de esta indumentaria nombrada deberían ser tan respetadas como yo, que no la uso. Es es tan sólo ropa, es un aspecto físico, es algo que NUNCA puede ser una justificación para propasarse en el grado que sea. Y también soy de la opinión de que una mujer es libre de enseñar lo que quiera sin tener que ser sobada. Y creo mucho más aún que eso NUNCA puede ser una justificación para propasarse en el grado que sea. Ahora bien, para mí enseñar el pecho en una playa es algo más lógico, por eso de las marcas del bikini, que enseñarlo en medio de la calle, por mucha fiesta que haya. Pero también lo más natural en este caso es que te pongan una multa por exhibicionismo, no que te sobe hasta el apuntador. 


Pasemos a un ejemplo que aún me produce más vergüenza ajena. Mismas fiestas, misma situación. Una chica llevada en volandas por otro chico y con más brazos a modo de tentáculos que el mismo pulpo. Cuento al menos ocho manos si no más en posición de ataque aparte de alguna que otra mano perdida (o dos) que, ya que no llega tan arriba, se dedica a bajarle los pantalones. El caso es tocar cacha, sea por donde sea. ¿Quién le mandaría a esta chica ponerse esa camiseta normal de manga corta y unos pantalones cortos? Es que vamos provocando... La otra sí, la otra foto admito que es para encender la mecha, ya va enseñando el hombro. 




¡Y aquí el amigo! Pues oye, voy a aprovechar que ya se ha pasado el bullicio y que la cosa está más tranquila y como yo hoy no me he llevado cacho aún... Aprovecharé ahora que ha separado los brazos del cuerpo en un descuido y le bajo la camiseta. Y los demás riendo la gracia (excepto si os fijáis, la otra mujer aunque por la foto, no se podría juzgar si en ese momento se había enterado de algo). 



Esta foto no se puede ni comentar. ¿Podría considerarse al menos un intento de violación? El intento está claro, también se ve que la están forzando y ya que violar es tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad (según la RAE) yo lo consideraría.



Y bueno, estas son mis fotos preferidas. ¡Hombres enseñando el pecho! Pero... Esperad un momento... ¿Por qué no hay ninguna mujer cual loba ninfómana haciéndole ningún tipo de tocamientos? ¿¡Y por qué tampoco hay ningún hombre!? Ah, esto ya no gusta tanto a la hora de tocar, supongo. Enseña el pecho, es 'lo normal', ¿no? Nadie que le baje los pantalones... Pobre hombre, qué mal se debe sentir de no tener a nadie que le 'quiera' como a nosotras.



Por último algunos no dejan ni lugar a la imaginación. Veo lógico que tampoco ninguna mujer se vaya a sobarle. En serio, como mujer, lo último que se me ocurriría al ver a un hombre enseñando todo el cimbrel sería ir a toquetear. Si es en una fiesta, me avergüenza, eso es mejor dejarlo para la intimidad. Y si es en plena calle, me cruzo de acera, ¿por qué cuando es una mujer todo vale?

martes, 24 de junio de 2014

Mi abuela, la cocinera

Hacía mucho que no me pasaba por aquí y, a pesar de que todo el mundo dice que Blogspot es tan de principios del 2.000, yo sigo teniendo 'mono' de escribir nuevamente cuando hace tiempo que no me paso. Soy tan mainstream...

En fin, han pasado bastantes cosas desde la última vez que estuve aquí: dos pérdidas importantes (no por defunción, pero pérdidas igualmente); gente nueva en reemplazo; familiares que vuelven a tu vida después de años de distanciamiento, unos cuántos regalos (merecidos, aunque esté mal decirlo); el reconocimiento por fin de mi trabajo y mi paciencia; el comienzo de vacaciones de dos de mis ocupaciones principales hasta ahora e incluso tres visitas al cine; que dicho así no es mucho, pero teniendo en cuenta que en los diez años anteriores no había pisado el cine ni una sola vez, es bastante halagüeño.

Con respecto a la salud, la cosa no mejora demasiado. Hace tiempo que la familia tiene achaques varios, yo misma el verano pasado me lo pasé prácticamente entero enferma, llena de picores y con el estómago fatal debido a ellos. Mi abuelo sigue en las mismas, apenas se puede mover y, si lo hace, no puede respirar. No es capaz de atravesar el pasillo de casa sin sofocarse. Si llega el caso de tener que hacerlo, hay que colocarle una silla en el medio de éste para que pueda descansar en ella un rato antes de retomar la marcha. Hablamos de un pasillo que de ningún modo alcanza los 10 metros... La abuela... Con parches de morfina para el dolor. Lleva más de un mes durmiendo en una silla del salón.  Parece que poco a poco mejora, pero a pasitos muy cortos. Mi tío está sometiéndose a pruebas para volver a ser operado y su hermano, mi padre, tiene constantes citas con el médico. Hace meses que tiene que estar haciéndose pruebas.

El panorama es un poco desolador, pero ya que parece que mi abuela va mejorando y tiene ilusión por volver a cocinar esas recetas que le salen tan ricas, yo me he propuesto ayudarla. 

Desde pequeña, antes de que tuviese conciencia de las cosas que me rodeaban y antes aún de llegar a ser ni tan siquiera una pequeña judía en el cuerpo de mi madre, mi familia ha hablado de la maña que se daba mi abuela en la cocina. Supongo que aprendió y se ilusionó con la cocina como lo hacen la mayoría, viendo a su madre, o quizás a su abuela, cocinar (en aquellos tiempos siempre eran mujeres las inspiradoras en la cocina, ahora por suerte también nuestros padres nos pueden trasmitir el amor por los fogones). Mi madre alguna vez me ha contado que, cuando era novia de mi padre, la invitaban a comer a casa. Entonces, mi abuela hacía unos platos tan elaborados, cuidadosos, bonitos (y ricos) que les daba pena comérselos. Ya no sólo era ese cuidado en hacer dibujos con unas zanahorias crudas (trabajo de chinos), sino que a la hora de saborearlo, estaba delicioso. Si me diesen a elegir entre todas las recetas que he probado de mi abuela paterna, no tendría dudas sobre cuáles escoger: el arroz (el amarillo, como le llamábamos de críos), las croquetas (siempre de jamón) y el bizcocho de limón. Hoy en día sé hacer dos de las tres recetas, de lo cuál estoy orgullosa. ¡E incluso tienen cierto parecido a las recetas originales! Con el arroz no me atrevo, no le daría ese toque de abuela.

He contado muchas veces de dónde provengo. Soy puramente española, de lo cuál me enorgullezco. Fuera de los problemas que tenga el país, las cosas que no soporto de él y todo eso que ya es hora de cambiar, es un buen país. Rico en dialectos y/o lenguas diferentes y lleno de costumbres; que cómo no, siempre utilizamos para separarnos en vez de para enriquecernos; con variedad de acentos; con cambios climáticos y estéticos casi extremos... Si vives es Galicia, ver el sol puede ser hasta preocupante. En cambio si vives en Sevilla y un día alcanzas los grados negativos, sientes que el Apocalípsis podría estar cercano. Según la leyenda familiar, tengo familiares lejanos en Francia, por parte materna y alemanes, por parte paterna. Yo nací en Madrid. El otro tercio de mí es manchego, en su mayoría, de Toledo. La parte que queda, aunque suene sorprendente si me conoces, es andaluza. De hecho y hasta donde tengo conocimiento, media Andalucía debe ser prima mía. Aún recuerdo a la perfección cómo me enteré de tan curioso descubrimiento.

   Un día cuando comía sola mientras mis padres trabajan, un teléfono fijo salvaje comenzó a sonar...

               - ¿Sí?
               - ¡Hola!

              Ese 'hola' sonaba a familia paterna sin la más mínima duda.

               - ¡Hola!
               - Qué eres, ¿la hija del 'Fulano'?

Vamos a llamar a mi padre Fulano por eso de la privacidad. Porque en los pueblos siempre eres 'el' no sé quién o 'la' no sé cuántas. El artículo siempre tiene que ir delante del nombre y da gracias si al menos va delante del nombre y no del apodo. En los pueblos es muy típico que si preguntas por Antonio o Pepe, no tengan ni idea de quién estás hablando, pero en cambio si le dices 'el conejero' o 'el cebolleta', te hablan hasta de aquella vez que se hizo pis encima cuando estaba en el parvulario. Y sí, yo tengo unos cuántos motes en los pueblos de mi familia a cuál más extraño, por eso de seguir con la tradición... Por otra parte, si eres el padre o la madre del susodicho y además eres de pueblo, siempre será 'tu' Paco o 'tu' María, ya que es de tu posesión, que para eso estuviste 12 horas de parto. Seguimos con la anécdota, que me pierdo...

     - Sí, soy yo, pero ahora mismo él no está... 
     - Yo soy la Sole, una prima de tu padre. Bueno, no pasa nada si él no está, así hablo un ratito contigo, si llamaba más que nada por saber un poco de vosotros, a ver qué tal os iba.
     - Ah, bueno, bien, con el trabajo, los estudios y eso, ya sabe.
     - ¿Cuántos años tienes tú ya, bonita? Ya estarás hecha una mocita. 
     - Sí, bueno, ya tengo 19 (en ese momento tenía 19 creo recordar). 
     - Uy, 19, qué mayor eres ya. Yo tengo uno un poquito más mayor que tú, ya  tiene 23. Luego tengo otro de 18 también, una de 15, otro de diez, uno de ocho, otra de cinco, uno de tres...

Lo que yo decía, veinte primos así, de una tacada. En el Ejido, provincia de Almería para más señas. Si conocéis a una tal Sole de el Ejido que tenga unos cuántos hijos, es mi tía y sus hijos, mis primos, por supuesto. Creo recordar que tenía también una prima por Andalucía que tenía 17 años y estaba embarazada... De su cuarto hijo. Lo que os digo, primos y más primos por todos lados.

En fin, volviendo a mis abuelos y en concreto a mi abuela, nacieron y se criaron en un pequeño pueblo de Jaén que ahora mismo debe rondar los 3.000 habitantes. He estado allí y es precioso. En aquel lugar todo el mundo se apellida como yo. Y si no como yo, como mi padre. Y si no es como mi padre, como alguno de mis abuelos. Son tales las casualidades que comparto exactos apellidos con mi  bisabuelo paterno. Por suerte mis padres no son muy partidarios de seguir con determinadas tradiciones familiares, porque si no probablemente también compartiríamos nombre. En la familia paterna todos se llaman Antonio y Antonia o Jose y Josefa. Gracias a Dios me llamo Álex...

Siguiendo con el tema y recuperando la propuesta que me había hecho de ayudar a mi abuela con su vuelta a la cocina, comencé a buscar para ella una receta que quería y que nunca había probado a hacer puesto que no conocía los ingredientes: la torta de azúcar. Muy típica de su pueblo, aunque también de muchos pueblos no sólo de Jaén, sino de Andalucía entera. Buscando y buscando, se me ocurrió otra idea más allá. ¿Y si buscaba las recetas de los platos típicos de su pueblo? Ella no las tenía, pero sintiendo como siente ese amor hacia su pueblo sumado a la ilusión que aún conserva por aprender y practicar en la cocina, estaba segura de que le haría mucha ilusión tenerlas.

No sólo encontré las recetas que ella quería, sino que también pude encontrar las recetas de nuestro pueblo en concreto, cosa que creí bastante complicada al planteármelo en un principio... Pero lo mejor de todo podría ser lo que me encontré sin haber buscado y... Que podría ser un eslabón perdido de la familia. La persona que había escrito esas recetas era del mismo pueblo que mis abuelos, tenía uno de los nombres típicos fijos de la familia y compartía uno de los apellidos con mi abuelo... ¡Y el otro con mi abuela! Aún me queda saber si tienen algo en común o simplemente es una mera casualidad. Mucha, eso sí, pero sólo una curiosidad.

Mañana quiero dedicar la tarde a pasar todas las recetas a limpio y después a la impresora para que mi abuela pueda cocinarnos algo.

Por cierto, sobre ese eslabón quizá perdido, guardadme el secreto, mi abuela aún no sabe nada... :)


sábado, 31 de mayo de 2014

Hoy no me puedo levantar (El musical. Parte I)

Nunca fui muy fan de los musicales. O bueno, o quizá sí pero nunca lo he sabido. Supongo que es complicado saberlo cuando siempre viviste en un lugar en el que ni siquiera tenías un cine cerca. 

Todos conocéis mis miedos, no me gustan los lugares lejanos, no me gustan los lugares desconocidos, no me atraen los lugares con mucha gente y un musical es el cóctel perfecto compuesto de un toque (o más bien chorretón) de cada cosa de esas mismas que temo. Aún así, siempre me gustó tanto el grupo Mecano que en 2005 me decidí a ir a ver el musical de Madrid en tributo al grupo. 

No quería ir los primeros días, ya que no tenía muchas referencias sobre lo que era un musical, así que si éste era malo, iba a ser más fácil que me decepcionase y que mi desconocimiento en musicales sumado a una mala obra provocasen un rechazo general a este tipo de obras. Entre unas cosas y otras, el tiempo fue pasando hasta llegar el día en el que se celebraba la última función en Madrid y yo no había podido ir a verlo aún. Millones de personas habían podido disfrutar de un musical tildado de exitoso, que duró varios años en cartel y que provocó tanto una gira española a lo largo de diferentes comunidades, como una gira por el país de México. Dijeron que este musical no se pondría nunca más en cartel, que era un cese definitivo, y yo me quedé resignada pero con una espirita clavada por no haber podido disfrutarlo cuando tuve la oportunidad. 

Hace tan sólo unos meses mientras miraba -pero no veía- la tele, salió un anuncio que captó mi atención al instante. Por supuesto, eso era, ¡volvía a Madrid el musical! No me lo podía creer, esta vez no se me podía escapar, aunque de nuevo iba a volver a esperar a la crítica. Era un musical diferente, con actores distintos pero según decían, mejorado. Este año sí. 

Justo a medidos de Mayo mientras volvía del gimnasio, un amigo y sin recordar muy bien cómo salió el tema, me comentó que precisamente al día siguiente en un teatro de Madrid había una función en tributo a Mecano que también estaba siendo un éxito de crítica. ¡Justo al día siguiente! En menos de 24 horas. Lo mejor de todo es que yo tenía obligaciones deportivas hasta una hora antes de que comenzase la función y evidentemente me tenía que duchar antes de ir y no me iba a dar tiempo. Aunque... Tenía un as en la manga: el de mandarlo todo a tomar por saco. No, el musical no, el deporte, por supuesto. No, no me habéis entendido mal, estaba dispuesta a enviar a tomar vientos todo, pero ya no por ver el musical o no, sino porque es algo que hago de forma altruista, que me da muchos más disgustos que alegrías y donde, a mi modo de ver (y no sólo el mío) se me está tratando de manera bastante injusta. El caso es que dependiendo del trato que me dieran esa tarde, les dejaría tirados y me iría o haría una contrarreloj para poder estar allí a tiempo (cosa esta última que no me apetecía para nada). 

Aquel día fue el día fue en el que peor me pude sentir. A punto estuve de terminar a lágrima viva, pero como soy ese tipo de personas que se enfadan cada cinco años, me serené, cogí mis bártulos y me vine a duchar a casa. Ni siquiera esperé a la hora de salida, simplemente me fui. Parece que lo estaban viendo venir, oye. 

Debo confesar que una vez allí, el musical me sorprendió y para bien. Al llevar menos elenco tanto de actores como de bailarines por eso de ser un tributo, sumado al precio de las entradas (notablemente más bajo que las del musical de Gran Vía y donde además iba invitada) me indujo a pensar en algo con menos calidad. Craso error...

Es evidente que ahora que puedo compararlo con el musical original (del que hablaré en la siguiente entrada) carece de muchas cosas que el otro tiene, aunque más que nada las diferencias se dan en cuanto a attrezzo, puesta en escena, duración, diálogos y número de personas en el escenario. Pero la verdad es que lo complementan bastante bien a la hora de meterte en el papel y animar. No había momento en el que no te pidieran que cantaras, bailaras, por supuesto dieses palmas y disfrutases de la función. Incluso saltaban del escenario para compartir la música con el público, una gozada. Un poco más y si nos dicen de subir al escenario lo mismo hasta algunos nos animamos. 

¿Lo "malo"? Pues eso, un attrezzo mucho más limitado, micros de mano (que supongo que irán a cargo del teatro en cuestión, pero que a ellos les debe incapacitar un poco a la hora de expresarse y bailar), algo menos de historia, menos gente encima del escenario y... Bueno, eso, que queda menos espectacular, pero volvemos a lo mismo, en relación al precio nunca hubiera esperado algo de tanta calidad. 

No podía haber habido una manera mejor de abrir boca para el musical original y tampoco de terminar tan nefasta tarde...

jueves, 15 de mayo de 2014

Día agridulce

Dejando a un lado esta enorme jaqueca que me está derrotando (esto entraría dentro de la parte agria del día): hoy ha sido un día agridulce.

Quizá me he dado cuenta de sopetón de algo que ya sabía pero que no me había parado a pensar con detenimiento. O al menos no he querido pensarlo con detenimiento. Dentro de unas semanas, mi vida va a dar uno de esos vuelcos con los que acostumbra a sorprenderme cada cierto tiempo y todo cambiará.

Dejaré de trabajar. Aunque fuera algo que hacía sin ánimo de lucro, me gustaba hacerlo. Me gustaba estar con los niños, conocerles... Me gustaba enseñar y sobre todo aprender. Sabía que una vez acabara este mes dejaría de hacerlo, aunque tenía la esperanza de poder seguir con niños más pequeños y por tanto, poder seguir abriéndome al mundo y hacer cosas nuevas... Por ahora no es factible. Tan sólo me quedan unos días con ellos que intentaré disfrutar al máximo, pero una vez llegado Junio, fiesta incluida, esta parte de mi nueva vida desaparecerá. Me da mucha rabia estar en ese punto en el que iba dejándome conocer y también conociendo, pero tener que cortarlo todo de un tirón.

Por otro lado, mis entrenamientos también terminan. Bueno, en realidad los entrenamientos no, yo seguiré entrenando y ejercitándome, pero esta vez por mi cuenta. El verano es sinónimo de fin de temporada y por tanto de vacaciones, pero las noticias no son demasiado halagüeñas y las previsiones son una escisión ya sospechada y hoy anunciada. Si puedo continuar, continuaré, aunque no de igual manera ni con las mismas compañeras. Quieras que no, se les coge cariño y a pesar de que yo nunca lo demuestre, se lo había cogido. No se puede decir que esté dentro del grupo, ya sea por mi parte (no me voy a 'quitar méritos') pero tampoco considero que se me estén dando facilidades para esa unión. Al año que viene desaparecerán compañeras a las que nunca hablo, pero a quienes aprecio y entre esto, aquello y un poco de lo de más allá, puede que yo sea también una de las que claudiquen.

En el gimnasio continuaré, al menos esa es mi visión de futuro. Mi monitor pasa por momentos bajos y yo voy a estar ahí para dar por saco, como siempre vengo acostumbrando. No me gusta la situación que está viviendo, pero esta es también la forma que la vida tiene para decirte: 'Eh, no te creas que eres único, hay gente que pasa por cosas similares o incluso peores'. Yo a veces la contesto que también hay muchos que pasan por situaciones mucho mejores constantemente, pero cuando la vida se pone cabezona, no razona. Es lo que hay.

Mezclemos tantas partes agrias con alguna un poco dulce, para contrarrestar al menos... Mañana, si puedo, compraré por fin la cámara que quiero desde hace tanto tiempo. No voy a adelantar acontecimientos porque no sé si habrá y de haber, si el precio me convendrá, pero la verdad es que la tengo ganitas. Ya que ahora el tiempo que pasaba con los niños me quedará libre, quiero aprovechar para hacer cosas nuevas. Quiero grabar, quiero hacer fotos, quiero dibujar, hacer manualidades, coser, volver a tocar la guitarra... Bueno, quiero hacer muchas cosas, pero eso ya se verá mañana. Ahora... Me toca dormir, descansar en la medida en la que la que esta bestial jaqueca me deje y... Madrugar. Es la parte que peor llevo.

¡Días de 48 horas por favor!

jueves, 1 de mayo de 2014

Mi ropa de verano

A poco que alguien me conozca sabrá que no soy para nada seguidora de modas. Tampoco podría encasillarme en un sólo estilo a la hora de vestir: skate, hipster, punk, heavy, emo y mil tribus urbanas más que ramifican y crean otras individuales dentro del mismo estilo... En fin, que como dije una vez en mi entrada Yo siempre he admirado..., me gustan algunas cosas de cada estilo sin que sean determinantes a la hora de describirme. Me gustan las gafas de pasta pero no podría decirse que soy hipster. Me gustan las rastas pero no podría considerarse que soy rastafari. Me gustan las T1 pero tampoco soy hippie. Creo que se entiende...

Si una cosa me gusta (y entra dentro de mi presupuesto) me la compro. Me da igual que esté de moda, que no lo esté, que sea de hombre, que ya no se lleve, que a nadie le guste... Si me gusta, me la voy a comprar y me la voy a poner. De hecho, para que algo acabe en mi armario, debe cumplir tan sólo cuatro normas básicas:

   1. Que se ajuste a mi presupuesto. Puedo pagar 90 euros por un pantalón, pero no me apetece hacerlo porque pienso que difícilmente los valga.
   2. Que me guste. Esta es de cajón...
   3. Que sea cómodo. Comodidad ante todo, si voy a ir estupenda pero me tengo que bajar la falda cada dos minutos para que no se vea nada o subir el escote del vestido palabra de honor, no me lo voy a poner. 
   4. Que me haga sentir cómoda el estilo. Con unos mocasines o un polo, probablemente no me sentiría nada cómoda. 

Curiosamente la mayoría de la ropa que tengo no sigue estos 'requisitos' puesto que es regalada y entre eso y que yo cuido un montón las cosas, me dura tanto tiempo que a veces me dan ganas de hacer un montón con ella y quemarla. 

(Que conste que es una forma de hablar, nunca lo haría y en tal caso, la donaría, porque como digo, es ropa que está muy bien cuidada y alguien más la podría aprovechar).

El caso es que a veces tienes 20 camisetas, que son una barbaridad, pero están bien y no las vas a tirar... De las 20, dos son nuevas y te gustan, otras 12 son de hace un montón de años pero te valen y están bien (típicas excusas para no tirarlas) y sobre las restantes piensas: '¿Pero qué demonios...(bebí yo para comprarme esto, sí)?' Y sigues dejando las 20 en el montón de las camisetas, que no caben en el armario, que éste se viene abajo, pero... Sabes que deberías hacer limpieza y tirar un montón de cosas que no te vas a poner, pero me da la impresión de que tirar esa ropa es una frivolidad, como que me sobra el dinero y tiro cosas útiles y nunca lo hago. Así que mi armario es una mezcla de estilos en el que pocas veces encuentro algo que combine, me quede bien, me valga o me guste, a pesar de tener mil cosas dentro. Y esto se aplica a cualquier prenda, no sólo a camisetas... Pantalones largos, cortos, calcetines, chaquetas, sudaderas... 

Este año voy a aprovechar el cambio de estación; porque como sabréis, en España hay dos estaciones, verano e invierno; y voy a comprar cosas que tengo encaprichadas y que además me hacen falta (menos una, que pese a su funcionalidad en verano es sólo puro capricho, para qué nos vamos a engañar). Si me está leyendo alguien muy rico y que me deba un favor, pongamos Cristiano Ronaldo, Bill Gates o Amancio Ortega (¡vamos! No lo neguéis, sé que soléis leer mi blog a menudo... xD) y le apetece regalarme alguna cosa, no diré que no. 

Primera prenda a añadir en mi armario, ¡unos calcetines! Parece algo tonto, pero con tanto gimnasio, tanto entrenamiento y tanta historia, ando algo corta de calcetines. Evidentemente hay que lavarlos todos los días después de cada entrenamiento y he tenido que tirar un montón porque se han roto del roce con las zapatillas y de los continuos lavados. Tengo el capricho de comprarme unos de estos típicos de skate, los old school. Me gustan iguales a los de la foto, de la misma altura y del mismo color, azules y rojos. Los he visto en una tienda catalana por 8 eurazos (un par de calcetines 8 euros...) y en una tienda americana donde ya he comprado antes por 6.50 euros. Que sigan bajando...

Este es el capricho del que os hablaba, un gorro Panamá. Lógicamente los de la marca no bajan de los 65 euros (más 15 euros de gastos de envío, por supuesto), pero una falsificación es bastante más barata y me comentan que para calmar el ansia de desencapricharme y cubrirte del sol, sirve igual. Quizá es una leyenda urbana... :P 

Me gusta el de la derecha y, para que os hagáis una idea sobre mi seguimiento de las modas, lo quiero desde hace tres veranos y aún hoy me ha sido imposible conseguirlo. 

Soy de cabeza pequeña (pero muy bien amueblada, que no se diga), a ver si este año tengo más suerte.

También quiero unos pantalones chinos, o similar, cortos y que sean de un color diferente. Verdes claros, azules claros, morados, rojos... 

Una vez cumplidos los 12 años, arriba-abajo, dejé de ponerme pantalones cortos por vergüenza, o qué sé yo. Hace un par de años quise volver a ponerme unos en verano, pero no tenía, así que decidí que para el verano siguiente (este que pasó) me compraría unos y me los pondría. Desgraciadamente tuve una enfermedad en la piel y de nuevo tuve que quedarme sin comprar y lucir unos pantalones cortos. Este año ya medio por capricho, medio por venganza contra mi cuerpo, quiero mis pantalones cortos. 

Por favor, que sean tímidamente largos. Para enseñar el culo prefiero ir por la calle en ropa interior o bikini. Contra gustos no hay nada escrito, pero los míos, que sean como los de la foto.


Oh, por favor, quiero un chaleco negro de cuero... Bueno, quien dice cuero, dice polipiel, vosotros me entendéis. Me encantan las chupas de cuero. De hecho tengo tres, dos negras y otra color camel. Dos de ellas me costaron la sorprendente cifra de 15 euros, cuando a veces no encuentras ni una camiseta de manga corta por ese precio. 

Hace tres veranos (y a la vez que quería unos pantalones cortos) estuve buscando comprar un chaleco vaquero, pero por aquel entonces estaban de moda y en algunos sitios no bajaban de los 50 euros. Ni de broma pago 50 euros por una cazadora sin mangas, por mucha marca que tenga y mucha moda y tendencia que cree. Además la mayoría eran bastante feos, ya sabéis ropa de mujer en la que a dos centímetros le meten brillantina, lazos, tachuelas y una cremallera. Así, algo sencillo... 

El año pasado por fin pude comprarlo fuera de temporada por 10 euros.



Y quiero otros chinos, pero esta vez largos. Estoy totalmente falta de pantalones. Quiero unos, a poder ser que no sean azules. Me gustaría tener unos negros (sí, ya sé que es un color que se pone muy feo con los lavados, pero quiero unos negros) y otros color mostaza. Así podría tirar todos los pantalones que tengo, que están los pobres para el arrastre y tener tres, para quita y pon. Mis Levi's de siempre y este par.

Por cierto, eso de que sólo sean para hombres y por tanto, sólo estén en la sección de hombres... Sí, ya sé que ponerse pantalones de hombre siendo mujer es cuando menos que un delito, debo ser una una forajida, deténganme, pero quiero probar estos pantalones, nunca tuve unos del estilo.

PD: Sí, se me ha ido la olla. A veces me pasa.
Sobre el tiempo que hace que quiero este tipo de pantalones ya perdí la cuenta. Los llamados tartan, escoceses, punks o como quiera que cada uno los conozca siempre estuvieron en mi mente, pero nunca logré conseguir unos.

Hace un par de años o tres se volvieron a poner de moda y los comenzaron a traer en las típicas tiendas de ropa de chicas jóvenes que casi todos conocemos. Fui allí a verlos, pero lo cierto es que se alejaban bastante de la típica estética y se acercaban más a unos pantalones normales pero rojos y de cuadros. El hecho es que, entre eso y que el precio estaba en concordancia a que estaban de moda en aquellos momentos, me volví a quedar con las ganas de estos pantalones.

Tiempo antes mi abuela había intentando coserme unos ella misma al saber que me gustaban, pero la mujer ya no veía mucho y no consiguió sacar bien el patrón de los primeros pantalones que le dejé de muestra, así que tuve que llevar otros y al final salió un pantalón mezcla de los dos de guía... Cierto es que bonitos quedaron y además me los he estado poniendo hasta hace poco, pero volvemos a lo mismo, eran unos pantalones de cuadros rojos.

Continuo queriéndolos, pero no a cualquier precio, eso de que unos pantalones cuesten 75 euros no está hecho para mí.







A lo mejor soy una chica rarísima, no lo niego, pero que haya tenido que estar con unos mismos vaqueros desde que tenía 16 años (al menos me salieron buenos...) porque no había manera de encontrar otros del estilo, manda huevos, como diría uno que yo me sé. De verdad que no pido tanto, sólo quiero que sean normales y NO AJUSTADOS. Creo que los fabricantes/diseñadores en materia femenina no conocen ninguno de esos dos términos: normales y no ajustados.

De tener algún rotillo y no ser más caros de 30 euros, me dignaría a hacer un monumento, aunque sea a cartón piedra, del diseñador que los creó. Los del centro de la foto, por ejemplo, me convencerían bastante.

Y bueno, para terminar, necesitaría unas zapatillas. Siempre he llevado las típicas Pama, Naik, Adadis, Ball Star y similares, o simplemente unas zapatillas de marca blanca que se pueden comprar en cualquier establecimiento.

Ahora me apetece tirar unos cuántos pares que tengo más viejos y comprarme unas que sean un poco más caras, pero que si puede ser, sean más bonitas y me duren algo más.

Estas Vans rojas llevan mi nombre...