Ese es el lema con el que pretendo tomarme algunos aspectos de mi vida a partir de este mes de Octubre.
Al final he optado por la opción de renovarme porque la de morir me parecía un poco drástica, pero sí se podría decir que he matado muchas cosas.
Este pasado mes, por ejemplo, he matado un poco la tranquilidad y el relax y, como está de moda decir ahora, he salido bastante de mi zona de confort. Lo primero que he hecho ha sido dejar el trabajo. Bueno, realmente lo dejé el pasado mes de Mayo, pero aún quedaban unos cuántos flecos pendientes de cortarse y finalmente este mes de Octubre puedo decir que ya no me queda nada que me una a aquel trabajo excepto un vago recuerdo de lo que fue y, por supuesto, todas las personas que quedaron allí y a quienes tengo pensado visitar de vez en cuando pero esta vez menos a menudo. Sé que esta decisión incomoda a mucha gente externa a mí y que me va a deparar muchas broncas y gestos de desaprobación de otros; pero realmente no merecía la pena seguir en aquel empleo.
La segunda decisión fue empezar a hacer limpieza y organización de las dos casas aprovechando la renovación de una de ellas. Estamos tirando, vendiendo, regalando y donando infinidad de cacharros que ya no nos hacen falta o no nos gustan. Tengo serias dudas sobre si lo más complejo es vender (es complicado que alguien quiera pagar por algo que tú quieres desechar) o tirar (soy de esas personas que guarda hasta los tickets del Metro. Por suerte no voy en él a menudo...). Igualmente he pasado el proyecto a la opción tecnológica. Revisé todos los emails que tenía, borré los que no usaba o usaba poco y me quedé con tres propios y el de mi madre, el cual me toca siempre revisar a mí (menos mal que no tenemos secretos). De entre esos tres había uno en concreto que utilizaba, creo recordar, desde aproximadamente los doce años. Si alguno de vosotros aún conserva el correo que se hizo por aquella época, sabrá que esos emails son un cúmulo de cadenas tontas a reenviar, mensajes de amigos que pasaron de escribirse cartas a utilizar este medio mucho más moderno -y rápido- para nosotros, correos inservibles, registros obsoletos de webs olvidadas, etc. Pues bien, he tenido la paciencia de borrar todos los correos sin utilidad y colocar el resto en carpetas de manera que, cuando entras al correo, sólo tenga los mensajes diarios. Y esto lo he logrado hacer con los tres correos propios y, ya digo, también el de mi madre.
Durante este tiempo también me he comenzado a replantear a quién quiero en mi vida y quien está pasando por ella de una manera algo más interesada o superficial. He dejado de escribir algunos mensajes a gente a quien siempre tenía que escribir yo para empezar una conversación, a gente que no me aportaba nada, con quien nunca hablaba o que apenas me contestaba y esta vez unimos a esas direcciones de correo electrónico, los mensajes privados de Facebook. Contestar a algunos mensajes cada día -hablo en su mayoría de personas desconocidas y extranjeras que contactan conmigo por una u otra razón y cuya conversación diaria termina en pedirme una foto o una conversación de besugos que no lleva a nada-. Que conste que a quienes sois amigos míos de siempre y a quienes os escribía diaria o casi diariamente os voy a seguir dando la murga al menos durante un tiempo más.
También he decidido pasar un poco menos de tiempo en Facebook. De nuevo y como he contado que me pasaba en las experiencias mencionadas anteriormente, muchas veces el tiempo y el esfuerzo que depositaba haciendo algunas cosas no me llevaba a nada y quizá el tiempo que ganaba podía aprovecharlo de otras maneras.
Con las webs que utilizo para ganar dinero me pasaba algo similar. Sé, y soy una de las pocas personas conscientes de ello, que con estos medios para obtener ganancias uno no llega a rico y, aunque hay páginas que te ofrecen una cantidad que puedes considerar más o menos generosa (va en la manera de mirar que tenga cada uno), hay otras que simplemente te hacen perder el tiempo mientras ellos se enriquecen a tu costa. Hay páginas que utilizo desde que empecé a hurgar en este mundillo, pero tengo por costumbre buscar novedades (lo dicho, renovarse o morir) y abandonar otras que a mi juicio no eran lo que estaba buscando. Por ello he hecho también una pequeña limpieza eliminando las webs que me hacían perder mucho tiempo a cambio de pocos beneficios y he comenzado a mirar otras nuevas, a probar diferentes métodos de pago y a cambiar incluso la forma de cobro, probaremos suerte a ver que nos deparan las novedades.
Todos estos cambios y, en ocasiones, ahorros de tiempo están siendo invertidos en proyectos que tenía abandonados desde hacía ya demasiado tiempo. Un par de años, tres incluso... Estoy recuperando costumbres que creía perdidas, contactos que creía olvidados y... Quiero comenzar también con un proyectillo a ver qué sale.
Pero sobre todo, no quiero abandonar la costumbre de seguir escribiendo en este blog, que pronto cumplirá su décimo segundo aniversario. No quiero dejarlo porque aunque prácticamente nadie lo lea, creo que escribir aquí aparte de ser una buena costumbre, me permite también desahogarme, cosa que de vez en cuando viene bastante bien.
Al final he optado por la opción de renovarme porque la de morir me parecía un poco drástica, pero sí se podría decir que he matado muchas cosas.
Este pasado mes, por ejemplo, he matado un poco la tranquilidad y el relax y, como está de moda decir ahora, he salido bastante de mi zona de confort. Lo primero que he hecho ha sido dejar el trabajo. Bueno, realmente lo dejé el pasado mes de Mayo, pero aún quedaban unos cuántos flecos pendientes de cortarse y finalmente este mes de Octubre puedo decir que ya no me queda nada que me una a aquel trabajo excepto un vago recuerdo de lo que fue y, por supuesto, todas las personas que quedaron allí y a quienes tengo pensado visitar de vez en cuando pero esta vez menos a menudo. Sé que esta decisión incomoda a mucha gente externa a mí y que me va a deparar muchas broncas y gestos de desaprobación de otros; pero realmente no merecía la pena seguir en aquel empleo.
La segunda decisión fue empezar a hacer limpieza y organización de las dos casas aprovechando la renovación de una de ellas. Estamos tirando, vendiendo, regalando y donando infinidad de cacharros que ya no nos hacen falta o no nos gustan. Tengo serias dudas sobre si lo más complejo es vender (es complicado que alguien quiera pagar por algo que tú quieres desechar) o tirar (soy de esas personas que guarda hasta los tickets del Metro. Por suerte no voy en él a menudo...). Igualmente he pasado el proyecto a la opción tecnológica. Revisé todos los emails que tenía, borré los que no usaba o usaba poco y me quedé con tres propios y el de mi madre, el cual me toca siempre revisar a mí (menos mal que no tenemos secretos). De entre esos tres había uno en concreto que utilizaba, creo recordar, desde aproximadamente los doce años. Si alguno de vosotros aún conserva el correo que se hizo por aquella época, sabrá que esos emails son un cúmulo de cadenas tontas a reenviar, mensajes de amigos que pasaron de escribirse cartas a utilizar este medio mucho más moderno -y rápido- para nosotros, correos inservibles, registros obsoletos de webs olvidadas, etc. Pues bien, he tenido la paciencia de borrar todos los correos sin utilidad y colocar el resto en carpetas de manera que, cuando entras al correo, sólo tenga los mensajes diarios. Y esto lo he logrado hacer con los tres correos propios y, ya digo, también el de mi madre.
Durante este tiempo también me he comenzado a replantear a quién quiero en mi vida y quien está pasando por ella de una manera algo más interesada o superficial. He dejado de escribir algunos mensajes a gente a quien siempre tenía que escribir yo para empezar una conversación, a gente que no me aportaba nada, con quien nunca hablaba o que apenas me contestaba y esta vez unimos a esas direcciones de correo electrónico, los mensajes privados de Facebook. Contestar a algunos mensajes cada día -hablo en su mayoría de personas desconocidas y extranjeras que contactan conmigo por una u otra razón y cuya conversación diaria termina en pedirme una foto o una conversación de besugos que no lleva a nada-. Que conste que a quienes sois amigos míos de siempre y a quienes os escribía diaria o casi diariamente os voy a seguir dando la murga al menos durante un tiempo más.
También he decidido pasar un poco menos de tiempo en Facebook. De nuevo y como he contado que me pasaba en las experiencias mencionadas anteriormente, muchas veces el tiempo y el esfuerzo que depositaba haciendo algunas cosas no me llevaba a nada y quizá el tiempo que ganaba podía aprovecharlo de otras maneras.
Con las webs que utilizo para ganar dinero me pasaba algo similar. Sé, y soy una de las pocas personas conscientes de ello, que con estos medios para obtener ganancias uno no llega a rico y, aunque hay páginas que te ofrecen una cantidad que puedes considerar más o menos generosa (va en la manera de mirar que tenga cada uno), hay otras que simplemente te hacen perder el tiempo mientras ellos se enriquecen a tu costa. Hay páginas que utilizo desde que empecé a hurgar en este mundillo, pero tengo por costumbre buscar novedades (lo dicho, renovarse o morir) y abandonar otras que a mi juicio no eran lo que estaba buscando. Por ello he hecho también una pequeña limpieza eliminando las webs que me hacían perder mucho tiempo a cambio de pocos beneficios y he comenzado a mirar otras nuevas, a probar diferentes métodos de pago y a cambiar incluso la forma de cobro, probaremos suerte a ver que nos deparan las novedades.
Todos estos cambios y, en ocasiones, ahorros de tiempo están siendo invertidos en proyectos que tenía abandonados desde hacía ya demasiado tiempo. Un par de años, tres incluso... Estoy recuperando costumbres que creía perdidas, contactos que creía olvidados y... Quiero comenzar también con un proyectillo a ver qué sale.
Pero sobre todo, no quiero abandonar la costumbre de seguir escribiendo en este blog, que pronto cumplirá su décimo segundo aniversario. No quiero dejarlo porque aunque prácticamente nadie lo lea, creo que escribir aquí aparte de ser una buena costumbre, me permite también desahogarme, cosa que de vez en cuando viene bastante bien.
En este caso, es renovarse y vivir :) (un poco más libre, cogiendo un poco más las riendas de ti tiempo y tu vida)
ResponderEliminarO intentar renovarse para poder vivir...
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