¿Conocéis la leyenda del Hilo rojo del destino?
El hilo rojo del destino (chino 红线 y japonés Kanji 赤い糸) es una creencia de Asia Oriental según la cual se cree que los dioses atan un cordón alrededor del tobillo de dos personas haciendo que estas estén predestinadas a encontrarse y ser amantes, independientemente de la hora, lugar o circunstancias. A menudo en la cultura japonesa se ha pensado que este mismo hilo era atado alrededor del dedo meñique de las manos, pero el significado se mantenía de igual manera. Este hilo se puede estirar o enredar, pero NUNCA se romperá, del tal manera que si yo estoy unida a una persona que se encuentra en Australia, nuestro hilo estará muy estirado y quizá enredado, pero a pesar de la distancia, nunca podremos romperlo. Según la leyenda china, la deidad a cargo del hilo rojo es Yuè Xia Lǎo (月下老 abreviado como Yuèlǎo 月老, dios lunar del matrimonio).
Existen diversas creencias y leyendas sobre este hilo, pero las más populares son tres:
La primera habla sobre un anciano que vive en la luna y que sale cada noche a buscar entre las almas, aquellas que cree que están destinadas a encontrarse en la tierra. Cuando las encuentra, las une con un hilo rojo para que no puedan perderse.
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La segunda historia trata sobre un niño quien, de regreso a casa una noche, ve a un anciano de pie bajo la luz de la luna (Yuè Xia lǎo). El hombre le cuenta a ese niño que está apegado a su esposa por un hilo rojo y en ese momento, se la muestra. Al ser un niño pequeño y no estar interesado en temas de amor, éste lanza una piedra a la chica y ella huye. Años después, los padres de este joven le organizan un matrimonio concertado y en la noche de bodas, cuando tiene la oportunidad de ver y conocer por fin a su mujer, ella tapa su cara con un velo. Al descubrir su rostro, el joven se sorprende de ver que esa chica es una de las más bellas de su pueblo, pero luce un adorno tapando su ceja. Cuando él le pregunta por qué lo lleva, ella le responde que cuando era pequeña, un niño le tiró una piedra que le provocó una herida que derivó en una cicatriz. Al escuchar la historia, el chico se dio cuenta de que ella era la misma chica con la que Yuè Xia lǎo le dijo que se casaría.
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Aquí os copio la leyenda más popular, la misma que se cuenta en los hogares japoneses:
Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer a su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comentó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba la campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse en pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: "aquí termina tu hilo", pero al escuchar esto, el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza. Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que se desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al tempo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente... Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.
Me parecía una bonita historia para dejaros en un día como hoy, en el que todos nos unimos aunque no sea a través de hilos rojos, pero sí a través de hilos de sangre, que al fin y al cabo, son rojos.
El hilo rojo del destino (chino 红线 y japonés Kanji 赤い糸) es una creencia de Asia Oriental según la cual se cree que los dioses atan un cordón alrededor del tobillo de dos personas haciendo que estas estén predestinadas a encontrarse y ser amantes, independientemente de la hora, lugar o circunstancias. A menudo en la cultura japonesa se ha pensado que este mismo hilo era atado alrededor del dedo meñique de las manos, pero el significado se mantenía de igual manera. Este hilo se puede estirar o enredar, pero NUNCA se romperá, del tal manera que si yo estoy unida a una persona que se encuentra en Australia, nuestro hilo estará muy estirado y quizá enredado, pero a pesar de la distancia, nunca podremos romperlo. Según la leyenda china, la deidad a cargo del hilo rojo es Yuè Xia Lǎo (月下老 abreviado como Yuèlǎo 月老, dios lunar del matrimonio).
El texto literal dice: "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo lugar y circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."
Existen diversas creencias y leyendas sobre este hilo, pero las más populares son tres:
La primera habla sobre un anciano que vive en la luna y que sale cada noche a buscar entre las almas, aquellas que cree que están destinadas a encontrarse en la tierra. Cuando las encuentra, las une con un hilo rojo para que no puedan perderse.
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La segunda historia trata sobre un niño quien, de regreso a casa una noche, ve a un anciano de pie bajo la luz de la luna (Yuè Xia lǎo). El hombre le cuenta a ese niño que está apegado a su esposa por un hilo rojo y en ese momento, se la muestra. Al ser un niño pequeño y no estar interesado en temas de amor, éste lanza una piedra a la chica y ella huye. Años después, los padres de este joven le organizan un matrimonio concertado y en la noche de bodas, cuando tiene la oportunidad de ver y conocer por fin a su mujer, ella tapa su cara con un velo. Al descubrir su rostro, el joven se sorprende de ver que esa chica es una de las más bellas de su pueblo, pero luce un adorno tapando su ceja. Cuando él le pregunta por qué lo lleva, ella le responde que cuando era pequeña, un niño le tiró una piedra que le provocó una herida que derivó en una cicatriz. Al escuchar la historia, el chico se dio cuenta de que ella era la misma chica con la que Yuè Xia lǎo le dijo que se casaría.
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Aquí os copio la leyenda más popular, la misma que se cuenta en los hogares japoneses:
Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer a su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comentó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba la campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse en pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: "aquí termina tu hilo", pero al escuchar esto, el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza. Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que se desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al tempo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente... Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.
Me parecía una bonita historia para dejaros en un día como hoy, en el que todos nos unimos aunque no sea a través de hilos rojos, pero sí a través de hilos de sangre, que al fin y al cabo, son rojos.
Normalmente en la adolescencia "jugamos" o "aprendemos" el juego de las relaciones humanas, tenemos novios o novias y cambiamos varias veces hasta que empezamos a entender cómo funcionan ciertas cosas (los que quieren algo más que ciertas cosas, claro, los que se quedan sólamente con una parte del asunto porque pasan de lo demás se convierten en "eternos buscones" y los que por lo que sea son tan inseguros o tan tímidos que nunca llegan a entrar en ese juego se quedan un poco cojos y luego les cuesta más). Normalmente las parejas duran hasta que uno de los dos en un momento dado amplía su círculo de amistades y descubre personas que le llenan más que su pareja actual o que le hacen ver las cosas que no veían de esa persona y de repente descubren que están ahí por "costumbre" o que necesitan otras cosas; de manera más elegante y suave o más dañina o brusca terminan rompiendo y formando nuevas parejas (a veces hasta descubren que han perdido más de lo que han ganado y vuelven a lo "malo conocido"). Luego está el otro extremo, de gente que ya puede odiar a su pareja que van a hacer todo lo posible por mantenerla a su lado, incluso aunque tengan sus aventuras por otro lado. Ese es el reverso enfermo de las relaciones. En fin, que es todo muy complicado, y por ello es fácil pensar que todo esto de la media naranja o del lazo rojo son paparruchas, una visión romántica de un asunto que por lo demás es de todo menos idílico (salvo flechazo mutuo, ganarse el sitio al lado de otra persona es duro, difícil y lleva tiempo, aunque hoy en día se "arrejuntan" y se "aseparan" cada semana, pero quiero creer que se trata de otro tipo de relaciones, que ir de flor en flor puede ayudarte a encontrar pareja pero por mera estadística, por ensayo y error más que otra cosa, y que por mucho que algún buen momento te lleves, no justifica las cicatrices que te deja).
ResponderEliminarAlgo nuevo que he aprendido! Es muy interesante
ResponderEliminarPero imaginad que existe... ¿Y si fuese así? Lo mejor sería poder ver el hilo, pero claro, eso sería demasiado fácil. No sé... Y quizá haya una excepción que confirme la regla y exista alguna persona a la que no pudieron poner el hilo o a quien se le rompiera, por ejemplo yo, jajajajaja. xDDD
ResponderEliminarO quizá tienes más de un hilo rojo y se enreda y se hacen nudos y por eso no llegas a encontrar el otro extremo...
ResponderEliminar¿Más de un hilo? Eso es poligamia que lo llaman. :P
ResponderEliminarPff, hay cosas peores. Hay quien se hace trenzas...
ResponderEliminarO rastas, ¡serán perroflautas...!
ResponderEliminar¡y ni las lavan! xD
ResponderEliminarSí que se lavan, que yo tuve...
ResponderEliminarPero tu eres una chica limpia y aseada y nada perroflauta :P
ResponderEliminarHmmmm, chica limpia y aseada, pero algo perroflauta. Mucho según dicen...
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