Además en aquellos tiempos, la fiesta era famosa por la creencia popular de que provenía de Estados Unidos, que era una fiesta yanki y para algunas personas eso le daba también un toque de negatividad al asunto. En la actualidad todavía hay personas que piensan que es una celebración de origen estadounidense. Especifico lo de estadounidense y no americano, porque según tengo entendido, en lugares como México, la fiesta nada tiene que ver con el típico Halloween que todos conocemos, sino que es algo más como un tributo a los muertos, un festejo con el que tomarse un ápice de humor el tema de la muerte. Pero esto ya en otro capítulo... El caso es que Halloween es una fiesta de origen celta. La explicación para que sea incluso más conocida en Estados Unidos que en sus verdaderos países de origen es que muchos de los inmigrantes irlandeses la transmitieron al país americano. En la actualidad, se celebra cada vez en más países y por supuesto en España también la estamos adoptando poco a poco. Y es que... ¡Qué nos gusta una fiesta!
Este año, ya que tuve la suerte de que Halloween caía en Viernes y yo los Viernes no curro, le propuse a mi madre hacer yo la cena. Mi madre, evidentemente, encantada y yo, para una vez que puedo hacer algo por ella con toooooodas las cosas que ella hace diariamente por mí, pues también. Lógicamente mi idea era preparar una cena que estuviese rica, que nos gustase a las dos; pero que también tuviese algo que ver con el tema de los muertos vivientes y demás parafernalia. Algo sencillo, que a mi madre si se lo haces con una pinta demasiado estrambótica, no le hace mucha gracia...
Como plato principal, tuvimos unas ricas y sabrosas momias. Si queréis rizar el rizo, con un poco de ketchup podéis hacer momias sangrientas; pero en nuestro caso, a mi madre no le gusta el ketchup y yo, aparte de que tampoco me gusta, no puedo comer tomate, así que... Sinceramente no sé si este plato es más sencillo que típico o más típico que sencillo como plato para Halloween, pero andará a la par. Basta con comprar un poco de masa de hojaldre, cortarla en pequeñas tiras y dejar un huequecito haciendo ver que es la cara de la momia, como si llevase un antifaz. Si os gusta el ketchup, echáis un poco por encima y ponéis dos puntitos a modo de ojos. Están buenísimas y si hay niños en casa, seguro que gustan.
Como acompañamiento para las momias tuvimos un poco de vómito de zombie. Paré a un par que parecía que tenían mala cara -peor de la que ya es usual en ellos- y le dije que me dejaran un poco en un par de platos. Quizá he sido algo gráfica en la descripción, pero encima de que los pobres me hicieron el favor...
Naaaaah, es puré de patata. Coges unas cuántas patatas (las que creas convenientes según el hambre que tengas), las lavas y las cueces con la piel. Cuando veas que están hechas (si no eres muy cocinillas, pínchalas con algo y si el tenedor, palillo o lo que sea que has empleado sale fácilmente, tus patatas ya estarán cocidas), las sacas, las pelas sin quemarte, o al menos inténtalo... Y las trituras. El aderezo corre de tu cuenta. Yo suelo echar un poco de sal y ajo y perejil picado. Eso serían en este caso los tropezones. Jajajajajjaa, demasiado escatológico, lo sé... Las cruces las hice también con la masa de hojaldre.
¡EXTRA! Ojos de zombie... Bueno, estos los hice para mi madre, porque aunque sé que no le gustan mucho estas cosas, al menos al no ser comida me dejarían ponerlos para amenizar la celebración. Unas pelotas de ping-pong, un poco de pintura y lana. No le gustaron. Le daban repelús. :P
Vaya cerrada te pegaste, ¿eh? :D Aunque yo no sería capaz de comer esos ojos... :-S Besos!!!
ResponderEliminarMe lo curré y aún me faltaron cosas por hacer, pero mi madre no quiere comer mucho, que dice que si no luego no le sirve para nada el gimnasio. xD
ResponderEliminarPD: No te comas los ojos, que son pelotas de ping-pong. Aunque sé hacer ojos para comer. Cuando quieras... :P