Quizá voy a sonar un poco egoísta diciendo esto, pero las personas que no tenemos "nada que hacer" (poned especial atención a las comillas) cuando llega el verano y las tiendas comienzan a cerrar para disfrutar de sus merecidas vacaciones en Benidorm con el niño, la suegra, la colchoneta de playa y los castillos de arena, nos aburrimos como ostras. Sí, como ostras, yo tampoco sé exactamente a qué viene la comparación pero la vida de las ostras tampoco debe ser demasiado excitante...
En fin... Comencé a preguntar a mis amigos cuál era su libro favorito e, inexplicablemente (para mí solamente quizá), nadie me lo quería decir. A ver, no hay de qué preocuparse, si vuestro libro favorito es el de Jack el destripador, tampoco voy a pensar que me vais a destripar. Con no quedar con vosotros... xD
Cogí mi libro favorito (eh, mi libro favorito, ¿qué pasa? Yo sí que tengo :P) y lo leí por vigésimo quinta vez, mientras decidía cuál sería el siguiente.
Las cenizas de Ángela, de Frank McCourt.
Así que ya que dicen que el saber no ocupa lugar (¡y un huevo! Que se lo digan a mi padre que pronto me sacará a mí de casa para meter más libros) he decidido darme una vuelta por la biblioteca a ver qué encontraba. Vi uno muy bueno sobre psicología, pero no me convenció mucho. Los que no son de autoayuda son tan intragables que no inspiran ni a los que estudian la materia.Y bueno, ya de paso pensé en pasarme también por el Carrefour, pero fue la búsqueda fue algo infructuosa y es que veréis... Carrefour, en el apartado de libros y música que es por donde más me paso, tiene dos normas básicas. La primera es que nunca hay nadie para atenderte y cuando llaman a la persona a la persona que debería estar ahí para atenderte, siempre está merendando. Da igual que vayas a las dos de la tarde que a las ocho, el señor Rodríguez está merendando. Norma número dos, si vas en Agosto, están en vacaciones y no van a contratar a nadie nuevo para trabajar un mes. Por lo tanto: O encuentras el libro que quieres, o picas y te vas con otro o te vas más cabreado que un chino (y esta comparación sí que no me la explico, los chinos de mi barrio siempre me miran con una sonrisa en la cara...).
A punto estuve de volver a releerme este otro que me gustó mucho:
Sadako y las mil grullas de papel, de Eleanor Coerr.
O:
Mi planta de naranja-lima, de José Mauro de Vasconcelos.
Pero me llevé antes un libro de la biblioteca que me había dicho una amiga que le había gustado (sí, eres tú, pero ni te llamaré guapa, ni te nombraré, pero eres tú xD) y otro del Carrefour (que pagó mi madre, pero esto no se lo digáis a nadie que me da vergüenza admitirlo...).
No tenían el que quería de Bucay, pero ahora mismo me estoy leyendo primero el de la biblioteca para poder devolverlo:
El túnel, de Ernesto Sábato.
Y tengo en mi mesilla esperando a ser leído, ya no sólo porque me atrajo desde el principio, sino por mi poco conocimiento "personal" del escritor (una historia muy larga):
Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, de Albert Espinosa.
Malo fue ver su último libro en los estantes de la tienda. Si me gusta este, seguro que me compro también su último libro:
Si tú me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven, también de Albert Espinosa.
Este fin de semana estuve en casa y cogí prestado el primero de la trilogía de Millennium.
Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. (Parte I de Millennium)
Total, cuando me pongo a devorar no hay quien me pare y de paso, tengo ese "tochaco" para leer mientras busco estos otros tres que también me gustaría leer. El primero, derivado del cuento escrito en mi entrada anterior del blog:
Cuentos para pensar, de Jorge Bucay.
De este otro escuché muy buenas críticas:
Las hijas del frío, de Camilla Láckberg.
Y este último me recordó a mi amigo Dani. :) Sólo había uno en la tienda y me parece que estaba en una posición preferente por los últimos acontecimientos sobre la muerte de Amy Winehouse...
Morir a los 27, de Joseph Gelinek.
En fin... Comencé a preguntar a mis amigos cuál era su libro favorito e, inexplicablemente (para mí solamente quizá), nadie me lo quería decir. A ver, no hay de qué preocuparse, si vuestro libro favorito es el de Jack el destripador, tampoco voy a pensar que me vais a destripar. Con no quedar con vosotros... xD
Cogí mi libro favorito (eh, mi libro favorito, ¿qué pasa? Yo sí que tengo :P) y lo leí por vigésimo quinta vez, mientras decidía cuál sería el siguiente.
Las cenizas de Ángela, de Frank McCourt.
Así que ya que dicen que el saber no ocupa lugar (¡y un huevo! Que se lo digan a mi padre que pronto me sacará a mí de casa para meter más libros) he decidido darme una vuelta por la biblioteca a ver qué encontraba. Vi uno muy bueno sobre psicología, pero no me convenció mucho. Los que no son de autoayuda son tan intragables que no inspiran ni a los que estudian la materia.Y bueno, ya de paso pensé en pasarme también por el Carrefour, pero fue la búsqueda fue algo infructuosa y es que veréis... Carrefour, en el apartado de libros y música que es por donde más me paso, tiene dos normas básicas. La primera es que nunca hay nadie para atenderte y cuando llaman a la persona a la persona que debería estar ahí para atenderte, siempre está merendando. Da igual que vayas a las dos de la tarde que a las ocho, el señor Rodríguez está merendando. Norma número dos, si vas en Agosto, están en vacaciones y no van a contratar a nadie nuevo para trabajar un mes. Por lo tanto: O encuentras el libro que quieres, o picas y te vas con otro o te vas más cabreado que un chino (y esta comparación sí que no me la explico, los chinos de mi barrio siempre me miran con una sonrisa en la cara...).
A punto estuve de volver a releerme este otro que me gustó mucho:
Sadako y las mil grullas de papel, de Eleanor Coerr.
O:
Mi planta de naranja-lima, de José Mauro de Vasconcelos.
Pero me llevé antes un libro de la biblioteca que me había dicho una amiga que le había gustado (sí, eres tú, pero ni te llamaré guapa, ni te nombraré, pero eres tú xD) y otro del Carrefour (que pagó mi madre, pero esto no se lo digáis a nadie que me da vergüenza admitirlo...).
No tenían el que quería de Bucay, pero ahora mismo me estoy leyendo primero el de la biblioteca para poder devolverlo:
El túnel, de Ernesto Sábato.
Y tengo en mi mesilla esperando a ser leído, ya no sólo porque me atrajo desde el principio, sino por mi poco conocimiento "personal" del escritor (una historia muy larga):
Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, de Albert Espinosa.
Malo fue ver su último libro en los estantes de la tienda. Si me gusta este, seguro que me compro también su último libro:
Si tú me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven, también de Albert Espinosa.
Este fin de semana estuve en casa y cogí prestado el primero de la trilogía de Millennium.
Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. (Parte I de Millennium)
Total, cuando me pongo a devorar no hay quien me pare y de paso, tengo ese "tochaco" para leer mientras busco estos otros tres que también me gustaría leer. El primero, derivado del cuento escrito en mi entrada anterior del blog:
Cuentos para pensar, de Jorge Bucay.
De este otro escuché muy buenas críticas:
Las hijas del frío, de Camilla Láckberg.
Y este último me recordó a mi amigo Dani. :) Sólo había uno en la tienda y me parece que estaba en una posición preferente por los últimos acontecimientos sobre la muerte de Amy Winehouse...
Morir a los 27, de Joseph Gelinek.
Ahora se lee mucho mejor, gracias !
ResponderEliminarEl Club Dumas, El juego de Ender, El alquimista, Into de Wild...
Hola!!
ResponderEliminarTe cuento, yo no te digo cuál es mi libro favorito porque me resulta imposible elegir. Como mucho te puedo recomendar y eso es un empezar y no acabar...
De los que has puesto he leido algunos, pero, por ejemplo, antes de leer Las Hijas del Frío, de Camilita Lackberg, mejor léete La princesa del Hielo y Los Gritos del Pasado, que son los 2 primeros de la saga (en ese orden), más que nada porque te enteres mejor que el que mencionas es el mejor de la saga.
Las cenizas de Ángela me encanta!! Es uno de mis favoritos. Si quieres recomendaciones, yo empiezo por recomendarte el Kindle, ese cacharrito tan mono que ocupa menos que un libro pero te sirve para encerrar cienes en él. Y para leer, ya sabes, pregunta ;)
Gracias a ti por comentar, Antonio. :)
ResponderEliminarAhora que me acuerdo, creo que estuve a punto de leer "El alquimista" y de repente desapareció de mi mesilla. o_O Me lo has hecho recordar, ¿qué pasaría con ese libro? :S
Hhhhhmmmm, gracias por la recomendación, Isa, aunque... Creo que tengo el tercero de la saga y los demás no, jajajajaja. Ahora no sé si comenzar con el tercero o alquilar/comprar los demás antes. xD De momento también tengo el primero de la saga de Millennium. Sólo me leí el prólogo, pero no pinta mal :)
Seeehhhh, a mí me gustó tanto "Las ceninzas de Ángela" que me compré todos los libros de Frank McCourt. Son -para mi gusto- un poquillo más flojos, pero me gustaron mucho igualmente. Incluso encargué un cuento para niños que también escribió él que se llama "Ángela y el niño Jesús" y que habla sobre una vez en Navidad cuando Frank robó -digamos que cogió prestado- al niño Jesús de la Iglesia porque creía que así, sin ropa, estaba pasando mucho fríoy se lo llevó a su casa. :) Los demás hablan de su época como profesor. Una pena que muriese, yo quería más. :(
Si te ves muy apurada con las dos sagas, puede preguntar que tengo los ebboks o te puedo decir donde conseguirlos. Sé que en el orde no es lo mismo, pero bueno, al menos te lees un poco la historia desde el principio ;)
ResponderEliminarYo de Frank McCourt no me he comprado ninguno más porque por aquí no se encuentran. Me imaginaba que eran más flojos porque bueno, no es lo mismo lo que le ha podido pasar de niño que lo que le pase de mayor, pero vamos, que a mi me gusta mucho su estilo, la forma tan "ingenua" en que te cuenta las cosas, por malas que sean y todo eso. Siempre es una pena alguien muera, sobretodo si es suficientemente bueno como para que alguien le admire.
Voy a mirar en la biblioteca de aquí, que como en mi otro pueblo no hay, no había caído en ello (la falta de costumbre...)
ResponderEliminarJijijijijijiji, yo me fui a la capital. :P No recuerdo si el siguiente era el de su época de profesor, pero las pasó un poco canutas también. xD Se lo he aconsejado a mi madre, a ver si se lo lee y ya tengo dos opiniones con las que contar a la hora de aconsejar el libro, la mía y la suya. :) Yo le admiraba, pero al menos nos dejó sus libros. :)
Yo también soy de las que les cuesta elegir un libro como favorito sobre los demás... Yo soy más de autores favoritos XD Y este honor a día de hoy le corresponde a Henning Mankell (se especializa sobre todo en novela policíaca y en temas sociales y africanos).
ResponderEliminarYo este año he leído mucho menos de lo que me gustaría... A ver si dentro de poco termino con todo lo que tengo entre manos y vuelvo a retomar la lectura, que por falta de ganas no es ... Besitos!!!
Yo creo que me estanqué en Frank McCourt. Cosas que pasan... Pero ahora le estoy dando oportunidades a otros escritores, e incluso a algún español y... Tampoco tenemos nada que envidiar a nadie. Soy español, ¿a qué quieres que te gane? (¡A Eurovisión! xDDD)
ResponderEliminarEstamos en la misma situación me parece. Libro para una casa, libro para la otra, pero no lo abro y me pongo a leer. Cuando lo abra, no lo soltaré...