Sinopsis: El hijo del comendador de la Fresneda ha aparecido muerto en la habitación de un burdel y nadie, salvo su padre, parece querer saber lo que ha ocurrido.
Diego de Torrearuso, comisario de la Inquisición de Zaragoza, tendrá que hacer frente a su primera investigación tras cuatro años en el exilio, y para ello buscará la ayuda de su hermana Inés, una mujer de difícil temperamento a quien sus padres mantienen custodiada entre las paredes de un convento por su vergonzoso comportamiento. Juntos siempre han resuelto cualquier caso y ahora van a tener que enfrentarse a todo un pueblo en busca de una historia que va más allá de la muerte de un joven.
Los muertos siempre sonríen es una aventura ambientada a principios del siglo xvii español que pretende romper algunos mitos sobre lo que nos han enseñado de nuestra historia con un ritmo ligero y natural que te hará sumergirte en la investigación y ser uno más de los investigadores.
Ni el misterio/crímenes ni la novela histórica son estilos que acostumbre a leer o que me suelan gustar, pero debo decir que el libro de Marta me ha mantenido atrapada en la lectura hasta el final, a pesar incluso de que estos días apenas tuve tiempo para leer. Me encantó que la historia te dejase con el suspense y la incertidumbre que se respiraba a cada paso de la investigación de Diego e Inés, y de hecho, queda un final abierto que da pie a que se pueda escribir una segunda parte. (view spoiler)[¿Pasará algo con Inés y Catalina? ¿Volverá Clara? ¿Se reabrirá el caso? (hide spoiler)]. De entre los dos protagonistas, me quedo con Inés (sin desmerecer para nada a su hermano Diego), porque a pesar de ser el ejemplo casi perfecto de una cascarrabias de manual, su carisma te atrapa desde el primer momento y simplemente ves que ese temperamento es tan solo, a mi parecer, la evidencia de una mujer que pertenece a un mundo mucho más adelantado tanto en tiempo real como en pensamientos al que le ha tocado vivir. Y… Seamos sinceros, Diego no sería quien es sin Inés a su lado, ¡los dos forman el tándem perfecto!
El trasfondo de la historia es un poco macabro, pero cómo podría no serlo si todo comienza con el asesinato de Antón, el hijo del comendador de la Fresneda. Por otra parte, ya sabemos que la realidad siempre termina superando a la ficción y a pesar de las sorpresas tras cada descubrimiento, siempre había un cabo que se terminaba escapando y una incertidumbre para conseguir que siguieras con la lectura.
Antes de acabar con la reseña, no quiero dejar a un lado la importancia del trabajazo que hay en cuanto a investigación y búsqueda de información. Se nota que hay cierto conocimiento histórico que cede al lector para que pueda sumergirse aún más en la novela.
No quiero comentar mucho más para dejar ilesos los posibles spoiler, así que… ¡Leedlo! Os gustará.
Las frases que he recopilado esta vez son en su mayoría, las previas al comienzo de cada diferente parte del libro, el cual está dividido en cinco grandes partes completada con varios capítulos normalmente cortos, lo que hace que sea una lectura ligera.
“Ex fructu cognoscitur arbor”. A partir del fruto se conoce al árbol. (Proverbio medieval)
“Impia sub dulci melle venena latent”. Bajo la dulce miel se esconden tremendos venenos.
“Los muertos siempre sonríen. Seguro que lo hacen por verse liberados de los pesares de la vida. Somos los que nos quedamos quienes llevamos la carga de la pérdida”.
Sinopsis: Desde que el ser humano se levantó sobre sus piernas, empezó a caminar, sea en busca de alimentos por supervivencia, huyendo de peligros o para ir descubriendo territorios que advertía en el horizonte.
La marcha a veces era un acto de fe con peregrinaciones a lugares sagrados, otras un acto de reivindicación frente a toda forma de injusticia o violencia, un acto político, "entendiendo la política como una acción colectiva para transformar la realidad cotidiana". Cuando miles y miles de personas toman las calles es porque quieren hacer oír su voz, mostrando su aspiración a "un mundo más justo".
Ponerse en marcha es activar esa intención evolutiva para avanzar, progresar, existir o sea en sentido etimológico tomar posición hacia fuera y marcar el suelo con sus huellas.
Como en otros momentos de la historia, el ser humano sigue en sus intentos de abrir caminos hacia la paz y la noviolencia.
Este es un libro divulgativo sobre la paz y la noviolencia que trata datos objetivos que muchos conocemos, pero con los que no sabemos o directamente no podemos lidiar. Es cierto que te hace sentir incómoda, hace que se te remueva algo, pero… ¿De qué me sirve a mí seguir con todos los patrones para hacer de la vida un lugar mejor para todos si luego viene alguien de arriba y lo arrebata todo de un plumazo? Sería un acierto que las personas más poderosas pudieran leerlo, pero sobre todo, sentir lo que pone, porque no creo que ni aún leyéndolo cambien nada de lo que están haciendo mal. Los autores nos dejan también algunos proverbios, citas e incluso cuentos de los que sacar bonitas moralejas relacionadas con el tema tratado. De hecho diría que han sido mi parte favorita del libro.
Es un libro escrito (o publicado) en 2020. Estoy escribiendo mi reseña en 2022 mientras dos países, supuestamente civilizados, están en guerra hace ya unos meses. Más otros tantos que siguen dentro de ellas y las que llegarán. Que sabemos que preferimos gastar millones en armamento antes que alimentar, vestir o educar a la gente que lo necesita, lo sabemos, pero seguimos gastando dinero en ello. Quizá esta misma educación en la que no queremos invertir fuera el camino real de la paz y la noviolencia., pero no queremos comprobarlo.
Hace tiempo leía un meme irónico que decía algo así como: “Cien coches para la comitiva de Biden… Menos mal que yo ya he comprado mis pajitas de cartón para arreglar el planeta”. Más o menos así te sientes…
A pesar de esto, yo seguiré siendo como el colibrí intentando apagar el gran fuego.
Dejo por aquí mis frases favoritas del libro, que hacen un gran resumen de lo que se puede leer en este libro:
“Los alquimistas dicen: Lee, lee y relee, estudia, ora y trabaja, vuelve a leer, vuelve a trabajar y un día encontrarás”.
Hibakusha, es el término japonés con el que se designa a los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki.
“No hay camino para la paz, la paz es el camino”. Mahatma Gandhi.
“Solo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero”. Proverbio indioamericano.
“Todos comprendieron de qué trataba (la Declaración Universal de Derechos Humanos), todos se comprometieron a defender los derechos humanos, pero ¿cuál es la situación real de esos derechos en la actualidad?”
«El cuento de las tres puertas». Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, mejor será olvidarlo para siempre.
Ahimsa, es el rechazo a ejercer cualquier forma de violencia contra el individuo, la naturaleza, el insecto o la planta.
Rabino Hillel: “Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas a los demás…”
El símbolo de la paz fue concebido como emblema de los opositores al armamento nuclear. La forma indica las letras “N” y “D”. Su diseñador se basó en el código del semáforo británico, donde ambas ramas significan “N” y la barra central “D”, para “Nuclear Disarmament”.
“Hoy, la supervivencia de toda especie humana está amenazada, y, sobre la Tierra, nuestra casa común, se cierne la pesadilla de la catástrofe ecológica y la hecatombe nuclear”.
Sinopsis: La literatura, como la vida, sucede en lugares. Lugares imaginarios, pero también reales, donde se desarrollan relatos o donde viven y sienten sus autores. Los lugares de la escritura y de los escritores se nos presentan en este libro a traves de cincuenta escenarios imaginados o vividos. Lugares remotos en el tiempo de la China o el Japon milenarios, fantasticos escenarios de la imaginacion latinoamericana y abigarrados cafes europeos o norteamericanos. Espacios vividos por mujeres y hombres que con su escritura nos han hecho disfrutarlos, aunque nunca los hayamos pisado.
Oier Quincoces, Beatriz Sancho y Garazi Fernández de Luco nos llevan a través de esta antología por un viaje que pueblan los cafés vieneses y el lisboeta de Pessoa, el madrileño Gijón y el Slavia de Praga, la catedral de Notre Dame de Víctor Hugo, la Villa Diodati que vio nacer a Frankenstein o el Hotel Pera Palace de Estambul donde recaló Agatha Christie antes de subir al Orient Express, la verdadera biblioteca bonaerense que inspiró a Borges para la fantástica suya de Babel, el Monte Tai taoísta como universo de Lao Tse, la Ítaca de Ulises vista por los ojos del poeta Kavafis, pero también el campo de Auschwitz que sufrió Primo Levi, el lujoso Long Bar del Hotel Raffles que en Singapur frecuentaba Kipling, el dadaísta Cabaret Voltaire y el imaginario Macondo de García Márquez.
Que nadie se deje engañar por mi puntuación, ésta simplemente se debe a que no es el tipo de libro que suelo leer y tampoco el que podría gustar a todo el mundo; pero el autor del libro, Oier Quincoces Blas, ha hecho un trabajo divulgativo y exhaustivo que vale mucho la pena leer y que, de hecho, se queda incluso corto. A pesar de los cincuenta relatos que pone a nuestro alcance, diría que ha resumido mucho para toda la información que con seguridad tiene a su alcance, aunque es muy placentero leer los relatos teniendo además como acompañamiento los dibujos -de Garazi Fernández de Luco y Beatriz Sancho Carrasco- que te llevan tanto a las personas protagonistas como a los lugares de los que se habla.
Si te gusta la lectura y en concreto saber algo más de la vida de escritores/as variados/as, conocer alguna curiosidad que suele escaparse cuando pasamos superficialmente por su vida, o incluso si te gustaría tener una especie de "guía lectora" para visitar todos los lugares posibles, este es tu libro.
Es una lectura muy fácil y amena, pero que también ofrece algunas frases que quieres recordar por más tiempo. Me repito con la frase del prólogo que ya ha nombrado más gente en las diferentes reseñas, pero es imposible no remarcar de nuevo que: “Leyendo también se viaja”. Y también otras que dejo para la posteridad de mi reseña…
La sugerencia del haiku. El haiku es una composición poética de origen japonés que consta de tres versos de cinco, siete y cinco moras o sílabas, respectivamente.
Notre Dame. Yendo a Notre Dame y mirando hacia arriba, si uno presta atención, se puede oír hablar a las gárgolas. Víctor Hugo les dio voz, como a tantos y tantos mudos por obligación.
Las hermanas Brontë. Una cárcel y un cobijo al mismo tiempo.
The horse you came in a saloon. Todos, absolutamente todos, tenemos un monstruo dentro de nosotros. Y el monstruo cuando está lejos asusta; pero cuando está en nuestro hogar, cuando su respiración es la nuestra, aterra.
Sinopsis: Tamara vive un amor idílico junto a Cristina; se hicieron novias cuando estaban en la universidad y, tras varios años de relación, acaban de mudarse a un diminuto apartamento. Su felicidad es inmensa, por eso brindan por su futuro juntas en un restaurante de su querido Hatillo, en Caracas. Sin embargo, un hecho “casi” insignificante, lo cambia todo para siempre y Tamara tendrá que soportar un duro destino.
Saned es una mujer tierna, inteligente y optimista, que trabaja cada día para pagar sus cuentas.
La vida de Tamara se cruzará con la de Saned en una historia de superación, amistad y amor verdadero.
¿Será que el amor que acompaña y lo supera todo, es para siempre?
Leer Caricias en el alma podría decirse que ha sido para mí como una montaña rusa. Al principio me ha costado muchísimo meterme en la historia y conectar con los personajes, aunque tampoco tengo del todo claro si ha sido porque más de la mitad del libro se cuenta desde una protagonista que (view spoiler)[pasa por el síndrome del cautivoerio y se mantiene durante un coma que solo le permite escuchar pero no comunicarse con los demás (hide spoiler)] o porque tampoco en todo ese tiempo, dadas las circunstancias, sucede mucho destacable. Es una pena, porque debido al comienzo, el libro se hace lento en exceso.
También he sentido que en ocasiones me saturaba un poco lo que he percibido como falta de sinónimos en la lectura, especialmente a la hora de nombrar a las protagonistas. Cristina, que aparece un poco al comienzo y aún menos al final, y Saned son casi siempre “la mujer de pelo corto” y Tamara, nuestra protagonista, es “la pecosa o la pelirroja” casi en la totalidad del libro. Quizá mi opinión esté equivocada, pero creo que dada la escasez de personajes (Tamara, Cristina, Saned, el par de enfermeras donde solo destaca Rosales y los padres de Tamara), los demás solo están apenas de paso y no se sentiría cargante que se utilizasen los nombres una vez se nos hayan presentado y nos hayamos habituado a ellos.
Por lo demás es una historia de amor entre mujeres que nace del cariño profundo de no poder conocerse y comunicarse, pero sí compartir cada una su trocito de vida y la mayor de las rutinas. Muchas veces el mundo cambia demasiado a tu alrededor cuando tú te limitas a estar quieta (literal o figuradamente al final casi es lo de menos...). Es el primer libro que leo de la autora y me gustaría poder leer alguno más para tener una mejor idea de cómo escribe.
Escribo esto algo pasadas las cuatro de la mañana del día 31 de octubre y estoy… Derrotada. Bueno, quien dice derrotada, dice cansada, agobiada, estresada, agotada, reventada… En fin, creo que se entiende, todo lo que termine en -ada menos emborrachada y encantada, así, a grandes rasgos...
Se puede considerar que la pandemia fue relativamente condescendiente conmigo, con nosotros. Mi familia tuvo COVID, unos asintomáticos y otros prácticamente lo mismo. Mi padre lo tuvo al menos un par de veces también, que sepamos, pero al haber estado aislado en principio tanto mi madre como yo salimos airosas (de nuevo añado el, que sepamos).
Mi abuela se recuperaba de su mastectomía, para después sufrir un ictus y más tarde, este verano pasado, un ciática la arrasaba. Quién sabe si no derivada del mismo ictus… También perdimos a mi tío por el camino. Aunque era aún joven, estuvo enfermo un largo periodo de su vida. Mis abuelos paternos viven ahora en una residencia. La salud aqueja cuando estás cerca de cumplir el centenar de años (94 y próximamente, 98 años) y ahora viven en una residencia. Mi abuelo tiene problemas respiratorios desde hace ya ni se sabe y ha estado ingresado en el hospital hasta hace un par de días. Y unos días antes mi abuela materna, quien ahora vive a caballo entre nuestra casa y la casa de mi tío (su hijo) perdió el equilibrio en el baño de nuestra casa, por lo que fue obligada la visita a urgencias de madrugada. Resultado: cinco grapas en la cabeza.
La vida no da un respiro y ahora se ha cebado. Mis tíos se ocupan tanto de la madre de mi tía (roza los noventa) como a meses alternos también de mi abuela (quien también acaricia esos noventa) y quien ahora es totalmente dependiente.
No puedes pasar un minuto completo sin vigilarla. Conste ante todo que esto no es un reproche, es simplemente una exposición de la realidad en la que vivimos tanto nosotros, como cualquier persona que se enfrenta a cuidar de alguien que depende. Ella intenta levantarse porque cree que puede. Ella intenta caminar porque cree que puede. Pero ella pierde el equilibrio porque realmente no puede. Si una de las dos (mi madre o yo) va a la cocina, la otra se queda con ella. Si una va a la compra (mi madre siempre, desde luego yo soy poca ayuda en ese aspecto), la otra se encarga de darle de merendar o llevarla al servicio. Realmente no la dejamos sola un solo minuto, con además, su consiguiente agobio y muchas veces, incluso gran enfado… Pero necesita estar a solas en el servicio, lo cual suena lógico y…
Hace más de dos meses que no salgo de casa y no respiro aire fresco, aunque dicen que realmente de fresco nada, que estamos viviendo una especie de primavera/verano tardíos. ¿Quién sabe?
Por otra parte mi abuela también empieza a tener algunas lagunas. En ocasiones no recuerda a mi madre y habla de ella en tercera persona:
- Mi hija me cuida. - ¿Quién es tu hija? - No sé… - Tu hija soy yo. - ¿Tú me has duchado esta mañana?
Alguna vez me ha preguntado que por qué tengo ahí (en el salón de mi casa) mis guitarras. - Abuela, las guardo ahí porque yo vivo aquí, esta es mi casa. A pesar de todo y aunque alguna vez no me conozca, siempre me busca para que la ayude a andar. Hemos encontrado una técnica en la que yo me pongo delante de ella con las manos hacia atrás para que ella pueda apoyarse en mí a modo de andador. Soy algo así como un andador humano, aunque creo que incluso esta técnica comienza a fallarnos. El equilibrio cada vez está más descontrolado y me da miedo no poder atraparla si de alguna manera lo llega a perder… Y ella aunque no sepa quién soy, se fía de ir agarrada de alguien. Para levantarse del sofá, tenemos otra técnica. No tolera que le tiren de los brazos, porque dice que le duelen, así que ella levanta un poco el culo y yo con las manos… ¡Epa!
Mañana nos despedimos después de dos meses juntas como siamesas. Cuando no es mi madre la que hace de siamesa, me intento poner yo. No podemos imaginar cómo seguirá todo después de este mes que estará fuera, pero por mi padre la he prometido una tarta de limón para cuando regrese en Navidades. Y bueno… Me seguirá robando trocitos de palmera de chocolate y diciendo que es que le da envidia que me la coma yo sola a pesar de haber merendado como una campeona…
Yo por mi parte, dejo que la música y los libros vuelvan a intentar salvarme.
Poesía feminista y desgarradora implorando que todas nos unamos a esta misma causa, porque juntas deberíamos sumar y no restarnos.
Espero no excederme con las citas y terminar exponiendo demasiado, sino que sean un mero ejemplo de lo que podáis encontraros en sus hojas:
“Es de una sensibilidad tan delicada, como una burbuja, la habilidad de una mujer para disimular su dolor. De ahí esa capacidad mamífera y fuera para reconocer el de otra”.
“Canis caninam non est” (Perro no come perro)"
“Más sabe de la celda quien la habita que quien la crea."
Sinopsis: ¿Y si te diesen un mapa para descubrir quién eres? ¿Seguirías la ruta marcada hasta el final?
Imagina que estás destinada a salvar a tu hermana, pero al final ella muere y la razón de su existencia se desvanece.
Eso es lo que le ocurre a Grace Peterson, la chica que siempre se ha sentido invisible, la que nunca ha salido de Nebraska, la que colecciona palabras y ve pasar los días refugiada en la monotonía. Hasta que llega a sus manos el juego de El mapa de los anhelos y, siguiendo las instrucciones, lo primero que debe hacer es encontrar a alguien llamado Will Tucker, del que nunca ha oído hablar y que está a punto de embarcarse con ella en un viaje directo al corazón, lleno de vulnerabilidades y sueños olvidados, anhelos y afectos inesperados.
Pero ¿es posible avanzar cuando los secretos comienzan a pesar demasiado? ¿Quién es quién en esta historia?
“Me llamo Grace Peterson y nací para salvar a mi hermana”. Con esta frase tan curiosa e impactante es con la que Grace se presenta en El mapa de los anhelos y con la misma que lo hace en su vida en general cuando se hace necesario tener que hacerlo. Grace, en efecto, es hija de un matrimonio con otra hija anterior: su hermana Lucy. Lucy, unos años mayor que Grace, tiene un cáncer que le imposibilita llevar una vida medianamente normal. Cualquier tipo de enfermedad, virus o infección podría llegar a matarla, por lo que los padres de ambas deciden intentar una opción más para salvarla que consiste en tener otra hija, a la misma Grace, y utilizar las células madre del cordón umbilical de esta para el tratamiento.
Grace crece pensando que su único propósito en la vida es salvar a su hermana Lucy y, cuando Lucy muere a los 24 años, Grace, sumida en la monotonía de una vida rutinaria en la que toda la familia vive y de hecho, está unida por ese nexo en común que es Lucy, se queda sin más propósitos en la vida.
Un día hablando con su abuelo, este le hace saber que Lucy le dejó algo así como un regalo póstumo, un juego parecido a esos con los que ella pasaba las horas muertas en el hospital; pero diferente, un juego hecho exclusivamente para ella. Supongo que Lucy comprendió antes de morir cómo su entorno podía quedar marcado si ella finalmente faltaba y de hecho al ser la que más conocía a su hermana pequeña, supo predecir también que probablemente pudiera ser ella quien peor lo podría llegar a aceptar. El mapa de los anhelos no es tan solo un juego, es la mejor solución que encontró para intentar salvar a su hermana de una vida que ahora se le presentaba -más- incierta.
Es el primer libro que leo de Alice y me gusta, me gusta mucho cómo escribe. He percibido un vocabulario muy extenso (de hecho puedes encontrar algunas palabras con sus acepciones compartidas por Grace en el libro), que aunque parezca mentira, es algo que no puedo decir de muchos de los libros que leo y también he leído muchas frases que no sólo me han parecido bonitas o ciertas, sino en las que me he podido ver bastante reflejada. Mientras leía, como siempre, iba escribiendo todas e iba pensando: “Tengo que dejar de apuntarlas o mi final de reseña será interminable…” Pero en el capítulo siguiente volvía a ver otro par de frases más que perfectamente podría haber dicho yo o que me hacían pensar.
Me temo que disto un poco en cuanto a la opinión de otras personas, a las que les ha gustado mucho más el libro por la relación de Grace y Will (Will es la persona encargada de guiar a Grace a través del juego, ya que Lucy no se fía nada de que Grace pueda seguir fielmente las reglas que ella marcó sin saltarse casillas o abandonarlo); pero definitivamente he disfrutado mucho más con las relaciones familiares, la forma de intentar llevar el duelo de la muerte de su hermana/hija/nieta respectivamente y la idea del juego propiamente dicha, que con la relación de ambos. Siento que lo que hizo Lucy preparando ese juego antes de morirse es algo que perfectamente podría hacer yo en un caso similar. En realidad la pareja en mi opinión ha sido lo que menos me ha gustado de la historia. Grace y Will están “condenados” (en el buen sentido de la palabra) a entenderse, pero no he llegado a conectar con ninguno de los dos en prácticamente ningún momento. Me ha parecido algo empalagoso y muy en consecuencia al típico cliché de chica rarita de la que, oh, sorpresa, (view spoiler)[se enamora el malote de turno. Y viceversa. (hide spoiler)]. Lo pongo entre spoilers a pesar de que lo que digo sea totalmente predecible... Y por supuesto, Will no llega en un caballo blanco alado a salvar a la princesa, pero sí tiene que luchar contra sus propios demonios para demostrar al menos que su amor es verdadero. Típico, muy típico...
Siendo honesta y a pesar de que parezca que el amor no esté hecho para mí (o yo no esté hecha para el amor, tanto monta…) me han quedado ganas de volver a leer a Alice.
Como siempre dejo por aquí mis frases posit literarias del libro:
"Si uno vive lo suficiente y mira para atrás, es obvio que no hacemos más que andar en círculos”. Isabel Allende.
“Nefelibata: dicho de una persona, soñadora, que vive en la inopia”.
“Trapisonda. Agitación del mar a causa de pequeñas olas que se cruzan en dinerarios sentidos”. He llegado a la conclusión de que me encuentro justo ahí. Y es aguador intentar mantenerse entre tantas sacudidas”.
“¿Y existe una soledad más grande que la de sentirse profundamente incomprendida?”
“Sin embargo, aquella tarde descubrí que una puede sentir cosas a las que es incapaz de ponerles nombre”.
“Siempre me he preguntado qué sentirá la gente que es guapa, lo sabe y lo usa en su beneficio. ¿Se admiran delante del espejo o también tienen complejos e inseguridades que el resto no percibimos?”
“Mis intereses siempre han sido obsesivos, aunque limitados en el tiempo”.
“Aquí estoy, un día más, un día menos".
“Necesitamos olvidar para respirar”.
“Quizá sea porque en el fondo deseo que algún día alguien encuentre entre mis pedazos desperdigados algo digo de rescatar”.
“…tengo la sensación de que, como te sientes incapaz de cambiar el mundo de ahí fuera, te contentas con ser la reina indiscutible en tu diminuto castillo”.
“Ya te lo he dicho: prefiero ignorar aquello que me parece lejano. Es una tortura hablar de cosas que sencillamente no son ni serán”.
“No encuentro ninguna otra cosa reseñable que valga la pena anotar en el currículum de mi existencia”.
En esencia, cumplir años me aterra porque me pregunto si, en algún momento, cuando llegue este día, seré capaz de decir: “Ahora sí sé quién soy, lo logré”.
“Solo tenía que decir lo que esperaban que dijese, solo tenía que reírme de lo que esperaban que riese. Llevaba toda mi vida perfeccionando el arte del disfraz, hasta el punto de que la máscara que un día decidí ponerme delante estaba tan adherida que ya no era de tela ni de cartón, sino parte de mi piel”.
“ -¿Y si todas las personas que se sienten perdidas como tú o Grace tuviesen a su alcance un mapa? Uno lleno de deseos silenciados, de sueños olvidados, de posibilidades que da miedo recorrer. Un mapa de anhelos. ¿No sería todo mucho más sencillo?”
“Todos merecemos ser especiales para alguien, poder brillar un poquito”.
“…que la mayoría del tiempo me va siento perdida y que no siquiera ser consciente de que me estoy muriendo, de que todos lo hacemos conforme pasa el tiempo, es capaz de hacer que me levante y decida hacer algo útil o interesante con mi vida”.
“Siempre me ha gustado esa palabra: asíntota. Algo que se desea y a lo que te acercas de manera constante, pero que nunca llega a cumplirse”.
“Aún no se había enamorado. Y no había viajado. Y no había aprendido a montar en monopatín o a tocar el piano. Le quedaban muchas cosas por hacer”.
“La Tierra es muy grande, tiene un diámetro considerable, ¿cómo no perderse alguna vez?”
Sinopsis: Sadako tan sólo tenía doce años cuando murió. Una terrible bomba atómica fue lanzada sobre su ciudad, Hiroshima, en Japón, cuando ella contaba dos años de edad. Diez años más tarde, enfermó de leucemia por la radiación de la aquella bomba. La autora ha querido destacar en Sadako su gran espíritu y valentía a la hora de afrontar el futuro que ella sabía que le esperaba.
Sadako y las mil grullas cuenta la historia real de Sadako Sasaki, una niña de nueve años feliz y risueña que vivía en Hiroshima con su familia y cuyo sueño era poder correr en el equipo de relevos del campeonato de su escuela. Su madre solía decir que Sadako había aprendido a correr antes que a caminar y debido a ello, un día de otoño por fin le pudo dar la gran noticia a su familia, la cosa más maravillosa del mundo había sucedido: ¡la habían elegido para correr en el campeonato de relevos de la escuela!
El gran día de la carrera, Sadako por primera vez empezó a encontrarse mal y sufrió el primer mareo que antecedería otros cuantos cada vez más graves y constantes. Al principio no le dio importancia, lo achacó a los nervios y el cansancio del esfuerzo de los entrenamientos para la competición y lo guardó en secreto. Unos meses más tarde, Sadako se desmayó mientras corría en el patio de la escuela y su secreto tuvo que dejar de serlo. Llevaron a la pequeña al hospital donde fue diagnosticada de leucemia a consecuencia de la bomba atómica que había arrasado Hiroshima cuando Sadako tan solo era un bebé.
Mientras está en el hospital, Sadako recibe la visita de su mejor amiga, Chizuko, quien tenía la esperanza de haber encontrado una cura para su mejor amiga basada en una vieja historia que decía que si una persona enferma conseguía hacer mil grullas de papel, los dioses escucharían su ruego y se curaría. Chizuko le cedió la primera, una grulla dorada, la grulla honorífica que decoraría la mesilla del hospital durante su estancia. Todo el mundo mandaba diferentes papeles al hospital para que Sadako pudiera conseguir su promesa mientras su hermano Masahiro iba colgándolas en el techo de su habitación del hospital, tal y como prometió hacer.
(view spoiler)[Cuando Sadako estaba ya muy cerca de lograr su objetivo, la leucemia venció la batalla. Sadako murió el 25 de octubre de 1955 con tan solo doce años. (hide spoiler)]
He coleccionado algunas frases del libro y he copiado también el epílogo de este para poder releerlo con el tiempo y revivir la historia de Sadako.
“Aunque hacía ya nueve años que la bomba había caído sobre Hiroshima, el aire había quedado inundado de radiación, una especie de veneno que permanecía en el cuerpo de las personas durante mucho tiempo”.
“ - Papá, ¿es verdad que tengo la enfermedad de la bomba atómica?”
“Si una persona enferma hace mil grullas de papel, los dioses escucharán su ruego y se curará -y le entregó la grulla-. Aquí tienes la primera”.
“Once… Haz que me ponga bien. Doce… Haz que me ponga bien.”
“Todo el mundo guardaba papel para las grullas de Sadako”.
“La enfermedad de la bomba atómica fue consumiendo, poco a poco, las fuerzas de Sadako. Descubrió lo que es el dolor. A veces los dolores de cabeza eran tan fuertes, que no era capaz de leer ni de escribir. En otras ocasiones sentía como si sus huesos se estuvieran quemando”.
“Tenía que luchar no solo contra la enfermedad, sino contra ese miedo (a la muerte)”.
“Antes de acostarse, Sadako logró hacer una grulla más. Seiscientas cuarenta y cuatro… Fue la última que pudo hacer”.
“De papeles de colores, Emprendieron las grullas el vuelo Hasta entrar en nuestra casa”.
“Bandada de grullas celestiales, ampara a mi hija bajo tus alas”.
Epílogo del libro (view spoiler)[Sadako Sasaki falleció el 25 de octubre de 1955. Sus compañeros de clase hicieron otras trescientas cincuenta y seis grullas para poder enterrar mil junto a Sadako. Su deseo, en cierta forma, se cumplió. Sadako vive y vivirá en el corazón de las personas por mucho tiempo. Poco después de su muerte, sus compañeros de clase reunieron todas sus cartas y las publicaron en un libro. Lo titularon "Kokeshi", como el nombre de la muñeca que ellos le habían regalado durante su estancia en el hospital. El libro circuló por todo Japón y pronto la gente conocío la historia de Sadako y las mil grullas de papel. (hide spoiler)] Los amigos de Sadako comenzaron a soñar con la idea de dedicar un monumento a Sadako y a todos los niños que habían muerto a consecuencia de la bomba atómica. Niños y niñas, a través de todo el país, ayudaron a recaudar fondos para este proyecto. Finalmente el sueño se hizo realidades en 1958 fue inaugurada una estatua en el Parque de La Paz, en Hiroshima. Allí está Sadako, de pie, sobre una montaña de granito que simboliza el paraíso. Con los brazos extendidos al cielo, sostiene en sus manos una grulla dorada. En su honor se creó un “Club de grullas de papel”, y todo los años, el 6 de agosto, Día de La Paz, sus miembros colocan miles de grullas de papel a los pies de la estatua de Sadako, a la vez que repiten el deseo grabado sobre su base:
"Este es nuestro grito, es nuestra plegaria: que haya paz en el mundo."
Sinopsis: El valor de la amistad, el heroísmo como meta y la responsabilidad como motor de la conducta moral encuentran su plasmación definitiva en el mundo que descubre EL PRINCIPITO, añorado planeta del que todos los hombres han sido exiliados y al que sólo mediante la fabulación cabe regresar. Acción y literatura constituyeron el anverso y el reverso de la vida de ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY (1900-1944), que alternó la pasión por la aventura con la meditación sobre el significado último de la existencia.
Podría decir mil y una cosas sobre El principito, pero seguramente aquí o allá, en cualquier parte del mundo, alguien habrá dicho algo similar antes. En mi caso es una relectura continua, al ser un libro tan breve, nunca viene mal volver a leerlo cada cierto tiempo.
Fue el regalo de mi décimo tercer cumpleaños por parte de mi padre. Nunca he tenido demasiada relación con él, pero esta vez admito que fue el regalo casi perfecto. El principito es un libro que se puede leer cuando prácticamente estás comenzando a aprender, en tu adolescencia, cuando eres ya un adulto (mi caso actual), con 50 años, también con 80... Siempre vas a encontrar frases en él que te van a tocar de un modo u otro y, según tu edad, vas a poder aplicarlo a tu vida de una manera diferente.
Es un libro muy corto, con capítulos aún más cortos y muy sencillo de leer para todos los públicos, por tanto, mi único consejo es: leedlo al menos una vez en la vida teniendo presente el niño que alguna vez fuisteis.
"Las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones".
"Derechos, siempre delante de uno, no se puede ir muy lejos..."
"Las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse. Si se trata de una planta mala, debe arrancarse la planta inmediatamente, en cuanto se ha podido reconocerla".
"- ¿Sabes?... Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol".
"- Si alguien ama una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira las estrellas. Se dice: mi flor está allí en alguna parte..."
"¡Es tan misericordioso el país de las lágrimas!"
"Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras".
"Es preciso que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas".
"Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer".
"Te juzgarás a ti mismo. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte a ti mismo eres un verdadero sabio".
"Los hombres ocupan muy poco lugar en la Tierra. Si los dos mil millones de habitantes que pueblan la Tierra se pusiesen de pie y un poco apretados, como en un mitin, podrían alojarse fácilmente en una plaza pública de veinte millas de largo por veinte millas de ancho. Podría amontonarse a la humanidad sobre la más mínima isleta del Pacífico. Las personas mayores, sin duda, no os creerán. Se imaginan que ocupan mucho lugar".
"No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".
"¿No estaban contentos donde estaban? - Nadie está nunca contento donde está".
"Solo los niños saben lo que buscan".
"Los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... Y no encuentran lo que buscan... Y sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua".
Sinopsis: «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas: y esto, como veis, deja sin resolver el gran problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela».
Voy a proceder a pedir perdón precediendo a mi reseña sobre este libro de Virginia Woolf porque hay taaaaantas cosas que decir, que analizar y sobre las que hablar, que me parece que la reseña se va a convertir, para desgracia de alguna persona que decida leerme, más en un comentario de texto que en una reseña como tal.
Nada más comienzas a leer Una habitación propia te das cuenta de que es un libro muy denso, en el que las ideas de Virginia surgen con tanto descontrol que hace fácil que puedas perderte en la lectura. Como ella misma admite, tiene la costumbre de dar vueltas y revueltas a sus cogitaciones. A pesar de ello, creo que es el único ‘pero’ que podría ponerle a este ensayo y es que en contraposición a esta densidad en la lectura, la autora va regando por aquí y por allá su prosa con pequeñas joyas como frases que merece la pena leer, releer y guardar (costumbre que además he adoptado desde hace un tiempo) y metáforas asombrosas especialmente para aquellos que como yo, nos explicamos como un libro cerrado. Un consejo: tened vuestros marcadores preparados (del tipo que sean: post-it, lápiz, cuaderno…) antes de comenzar a leer.
Definitivamente, Virginia Woolf era una adelantada a su época. Si no fuera porque habla de la sociedad en la que vive en ese momento y pone ejemplos de cómo es ésta, podríamos leerla pensando que habla con ideas y emociones que podemos tener la gran mayoría en la actualidad (en el siglo XXI al menos). Realmente no sé si es consciente de todos los temas que está tratando dentro de un mismo ensayo que surgió de una idea simple como es la de las mujeres y su relación con la literatura. Solo con esa idea y en un libro de algo más de 150 páginas es capaz de hablar de temas que incluso ahora están de rabiosa actualidad como son por supuesto: el feminismo, el patriarcado, la existencia o no de lo que podría ser un tercer sexo o quizá una mezcla de los ambos que se conocen hasta el momento con diferentes porcentajes de implicación según la personalidad que tienes o quieres obtener (¡qué idea tan compleja para esa época!) o la salud mental, entre otros. Woolf se plantea, para que se entienda un poco más en extensión esta idea, si no podría existir algo así como un sexo andrógino al menos en cuanto a pensamientos e ideas (¿quizá lo que ahora se llamaría no-binario?) en el que haciendo uso de sus metáforas, fuéramos un poco hombre en cada mujer o un poco de mujer en cada hombre, un sexo en porcentaje, me explico. Si pudiéramos escoger ser algo así como 100% hombre, un 90% hombre y el 10% restante mujer o incluso un 50% mujer o un 50% hombre. Si en aquella época a una mujer ya se la trataba de loca simplemente por tener el deseo de querer escribir, prefiero no pensar en lo que podría decirse de Virginia si expusiese este tipo de ideas tan progresistas en la sociedad del patriarcado que reinaba en su generación y cómo podrían entenderse. Una mujer alentando el feminismo, ¡habráse visto!
Creo que Una habitación propia es un libro que tendría que leer todo el mundo, no especialmente o específicamente las mujeres. A pesar de tener, evidentemente, muchas opiniones subjetivas, también leemos lo que era la sociedad de manera objetiva en la que se vivía en aquellos años. Un tiempo en el que se planteaban si la mujer realmente tenía o carecía de alma (!!) o se cuestionaba (más bien ni se imaginaba) que la mujer pudiera hacer una cosa diferente a cuidar de los niños, el marido, la demás familia, limpiar, lavar, bordar… Y poco más, porque faltándole algo tan básico como el alma, qué podríamos decir de algo así como una opinión propia, algo de libertad o incluso el talento.
Estoy completamente segura de que si Virgina Woolf pudiese viajar en una máquina del tiempo a los años 20 del siglo actual, SPOILER BIOGRÁFICO (view spoiler)[volvería a llenarse los bolsillos de piedras y se iría de nuevo al río Ouse. FIN DEL SPOILER. (hide spoiler)]Sí, afortunadamente la vida ha cambiado (¡qué menos, han pasado casi 100 años!). Ya no se plantea si las mujeres tenemos o no alma… O eso espero. Aunque en muchos sectores sí se sigue viendo mal algo tan natural como que una mujer beba alcohol. Mejor no recordemos el ‘sola y borracha quiero llegar a casa’, porque no sé si el emisor no supo transmitir la idea o quizá fue fallo del receptor si no de ambos, pero el fondo viene a ser el mismo que en aquella época, a las mujeres mejor agüita. Otro ejemplo más es el de Chloe y Olivia. Como bien dice Virginia, no os ruboricéis, estas cosas ocurren a veces. A veces a las mujeres les gustan las mujeres… No nos ruborizamos, en la actualidad podemos hacer cosas peores aún…
En resumen, y en realidad lo que nos ha traído hasta aquí es: ¿Qué necesitaría una mujer para poder escribir? Según Virginia W., una habitación propia y 500 libras al año sería un buen comienzo. ¿Pero qué mujer de la época podía tener una habitación propia? Impensable. ¿Y esas 500 libras? Siempre pertenecerían al marido, fuera quien fuese quien las trajese a casa. Y cito: "La libertad intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos". Y así, supongo, comenzó el alegato que podemos leer en estas páginas.
Como siempre, me guardo las mejores frases que he leído en el libro:
“¿Por qué los hombres bebían vino y las mujeres agua? ¿Por qué era un sexo tan próspero y el otro tan pobre?”
“¿Tenéis alguna noción de cuántos libros se escriben al año sobre las mujeres? ¿Tenéis alguna noción de cuántos están escritos por hombres?”
Sobre las mujeres se preguntan: “¿Tienen alma o no la tienen?”
“El pegar a su mujer era un derecho reconocido del hombre y lo practicaban sin avergonzarse tanto las clases altas como las bajas…”
Mr. Oscar Browning dijo, según parece, que: “la impresión que le quedaba en la mente tras corregir cualquier clase de exámenes era que, dejando de lado las notas que pudiera poner, la mujer más dotada era intelectualmente inferior al hombre menos dotado”.
Mr. Greg: “La esencia de la mujer es que el hombre la mantiene y ella le sirve”.
“Señor, una mujer que compone es como un perro que anda sobre sus patas traseras. No lo hace bien, pero ya sorprende que pueda hacerlo en absoluto”. Cecyl Gray, A Survey of Contemporary Music, pag. 246
“My lines decried, and my employment through And useless folly or presumptuous fault”.
Lady Winchilsea
(Mis versos desacreditado y en mi ocupación considerada una locura inútil o una presunción culpable).
“A Chloe le gusta Olivia…” No os sobresaltéis. No os ruboricéis. Admitamos en la intimidad de nuestra propia sociedad que estas cosas ocurren a veces. A veces a las mujeres les gustan las mujeres.
Mr. John Langdon Davies advierte a las mujeres que "cuando los niños dejen por completo de ser deseables, las mujeres dejarán del todo de ser necesarias".
Sinopsis: Hace unos años me rompí por completo. Tanto como para que tuvieran que atarme a la cama de un hospital psiquiátrico para evitar que pudiera hacerme daño.
No tengo ni idea de cuándo empezó a formarse mi locura.
A lo mejor nací genéticamente predispuesto.
A lo mejor fui macerando una depresión al callarme ciertas cosas por no preocupar a los demás.
O a lo mejor simplemente hay cerebros que de la noche a la mañana hacen crec y se acabó.
Si algo he descubierto en todo este tiempo es que cuando cuentas abiertamente que se te ha pirado la cabeza la gente enseguida le pone el sello de tabú. Aunque este libro lo he escrito para mí, por si las voces vuelven, es para cualquiera que haya pasado o esté pasando por algo parecido, y así romper de una vez por todas el estigma de las enfermedades mentales. Pero si simplemente te apetece jugar a ver el mundo como yo lo vi mientras perdí el contacto con la realidad, este libro también es para ti. Si escuchas bien las voces, descubrirás cosas fascinantes como esta:
NO NECESITAS LLEGAR A TOCAR FONDO PARA RECONSTRUIRTE DESDE CERO
Quizá mi frase suene con cierto tono despectivo, aunque ni es mi intención, ni tampoco creo que al autor pudiera parecerle mal que lo dijera y es que… Este libro es una ida de olla. Y de hecho es literalmente así, este libro habla sobre la ida de olla del autor, Ángel Martín, donde nos cuenta con palabras llanas una época en la que se volvió loco.
Conocía a Ángel Martín más bien de refilón, la tele y yo no somos excesivamente amigas y sus programas o similares no suelen ser algo que vea con asiduidad, pero sí tenía una idea bastante vaga sobre quién era. Lo que nunca me habría podido imaginar era por lo que había estado pasando y es que sí, como él mismo reconoce en el libro, esto de volverse loco es mucho más común de lo que podemos imaginarnos y, a pesar de que muchas veces pueda haber factores genéticos, circunstancias y un largo etcétera de cosas que nos predispongan a ello, nadie está exento de que pueda sucederle.
En general, la salud mental es un tema sobre el que me encanta leer, un grupo al que por suerte o por desgracia pertenezco y perteneceré por siempre y justo ahora que parece que es una materia saliendo del letargo del tabú, no encuentro un mejor momento para leer sobre ello. El fin de semana de este año mientras se celebraba la feria del libro, vi el ejemplar en una caseta y me lo autoregalé.
Como ya digo, aunque fuera superficialmente, conocía a Ángel Martín de verle alguna vez en la tele y con la vaga idea que tenía sobre él, nunca esperé que su libro fuera un Quijote sobrado de literatura (‘movida’, ‘en plan’, ‘lo que me salga del rabo’…), sino justo lo que me encontré, una colección de frases que en ocasiones pueden sonar a libro de autoayuda pero con las que en lo personal, quizá por también mis circunstancias, me he sentido muchas veces identificada. Comprendo que mucha gente no pueda conectar con un libro en el que se cuenta que intentaba dar saltitos para ver si conseguía volar o que intentaba bajar los precios de las tiendas con la mente, sí, lo entiendo, a mí tampoco me ha pasado nunca; pero evidentemente es un libro que trata sobre su locura y puedes, yo al menos pude, sentirte identificado con otras de sus experiencias o adaptarlas a tu propia vida.
Siendo honesta, tenía ganas de leer el libro y no me sentí decepcionada al hacerlo. Es verdad que quizá el último o los dos últimos capítulos no dicen nada nuevo, pero creo que están publicados con la firme intención de poder demostrar al lector que haya pasado por algo similar que no es el final y que de esto también se puede salir. Por cada capítulo nuevo que iba leyendo, coleccionaba una nueva frase que llamaba mi atención o con la que podía llegar a reconocerme. Si juntamos todas estas frases, obtendremos Por si las voces vuelven.
“Si algo he descubierto en todo este tiempo es que cuando cuentas abiertamente que se te ha pirado la cabeza la gente enseguida le pone el sello de tabú”.
“Llegué a dar saltitos en el jardín intentando volar”.
“Lo más raro de salir del ala de psiquiatría de un hospital es que todo el mundo se alegra mucho de algo que en realidad está muy lejos de ser cierto: ya estás bien”.
“Te cuesta respirar, hablar, vivir”.
“…a ratos te derrumbas porque tú y yo sabemos que estarás usando todas tus fuerzas para remontar aunque no se lo parezca a nadie. Y esa es realmente la sensación más dura: la de sentir que, por mucho que te esfuerces, no remontas y que la gente crea que en realidad no te esfuerzas”. “…cuando sabes que te estás esforzando todo lo que puedes y las únicas palabras que recibes son cosas del tipo: pues yo no creo que te estés esforzando”.
“Déjame que insista en algo que ya dije hace rato: jamás juzgues el esfuerzo que creas que no puede estar haciendo alguien basándote solo en lo que ves físicamente”.
“Los demás sí que lo hemos pasado mal y no tú. ¿Y sabes qué? Por tu culpa”.
“Tenemos la cabeza llena de nudos que somos incapaces de deshacer…”
Sinopsis: Tras recitar sus poemas en una velada literaria en Dublín, Frances y Bobbi conocen a Melissa, una escritora que quiere publicar un reportaje sobre ellas. Estas dos universitarias que fueron pareja se verán atraídas hacia ella y hacia su marido, Nick: un matrimonio acomodado que se acerca a la cuarentena y con el que terminarán formando un complejo ménage à quatre.
Ambientada en la bohemia artística irlandesa, esta historia de amores libres y relaciones ambiguas ofrece un retrato honesto de una generación que rechaza las etiquetas. Entre presentaciones de libros, estrenos teatrales y vacaciones en la Bretaña francesa, las conversaciones de los personajes convierten el debut de Sally Rooney en una novela de ideas marcada por unos diálogos ocurrentes y un hábil sentido del humor. La autora indaga en las delicadas crueldades de la interacción humana en una obra inteligente sobre la amistad, el deseo y los celos. Mientras sus personajes descubren el poder que tienen sobre los otros, Rooney articula una adictiva historia sobre el funcionamiento de la inocencia, el impacto de la infidelidad y el espejismo del libre albedrío. Una obra aguda y reveladora que es a la vez una novela de iniciación, una comedia sobre el amor y un alegato feminista.
Seguramente mi reseña sobre este libro habría sido diferente de no haber leído antes Gente normal (de la misma autora); pero habiendo leído ambos, no puedo evitar compararlos y me parecen demasiado similares como para valorarlos más positivamente. Marianne-Connell en Gente normal y Nick y Frances aquí, son relaciones paralelas con historias similares. De nuevo nos encontramos con una relación tóxica hombre-mujer (aunque hay algún destello de relación lésbica que queda en nada) basada, en mi opinión, más en el sexo que en los sentimientos y de nuevo recibimos algún guiño hacia algunos problemas mentales que me gustaría que hubieran sido tratados, pero… Se quedó todo otra vez en agua de borrajas. La autora romantiza por segunda ocasión la anorexia (lo pudimos leer en el anterior libro), la poca aceptación del propio cuerpo, la autolesión e incluso la extraña relación con su padre, un hombre alcohólico del que poco se cuenta. Habría sido muy interesante leer sobre cualquiera de estos temas más que solo rozando la superficie, pero de nuevo todo queda en segundo plano para centrarse en ellos y su extraña relación de tira y afloja.
Es un libro entretenido, se puede leer y, yo también me repito, siento que S. Rooney no escribe mal, aunque hay muchas partes en las que sentí que estaban más para rellenar que otra cosa; pero tiende a desesperarme que no suceda nada más que las idas y venidas de dos personas que siento que a veces no pueden expresarse más allá de subir los hombros o apostillar un: “Vale”. El libro se vende como un ménage à quatre entre el "curioso" matrimonio de Nick y Melissa con las "amigas" universitarias Frances y Bobbi que le queda bastante grande, ya que Melissa y Bobbi apenas tienen un papel relevante en la relación de ambos.
Con un final que queda abierto, podría haber una segunda parte sin problema aunque a mi parecer, si la meta de hacer un segundo libro es seguir con la misma historia sin sentido, sería mejor dejarlo donde ha quedado.
Hay unas cuántas frases con las que me he sentido muy identificada (ya digo que es un libro que se lee muy bien) y he ido apuntando en los estatus para recordarlas:
“Todo el mundo está pasando siempre por algo, ¿no? Así es la vida, básicamente. Un mal trago detrás de otro”.
“Al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará.” (Biblia)
Ella no podía entender que yo no lo quisiera. "Tienes que quererlo, me dijo cuado yo tenía dieciséis años. Es tu padre."
"Estaba bien llorar porque nadie podía verme, y yo no se lo iba a contar a nadie."
31 de diciembre de 2020. Esa fue la fecha en la que publiqué mi última entrada personal en el blog. El 2021 fue un año de m***** y no publiqué absolutamente, pero el tener que meterme -aún más- en mí misma me hizo recuperar la costumbre perdida hace tantos años de leer. Y este 2022 se convirtió en el año en el que comenzaría a leer con asiduidad (¿por qué perdí esta bonita costumbre? Ays la vida, qué de trabas te pone a veces), en el que también empezaría a ordenar la biblioteca que ya estaba creada y confeccionar una nueva a su vez.
A pesar de todo no quería que este año se me pasara sin dejar constancia de que sigo aquí, sigo viva aunque también tuve algunas pérdidas. La salud regular a veces, las malas noticias más habituales que de costumbre y por supuesto que nos gustaría; pero la misma rutina, ¡esa sí que no falla!
Tampoco creo que me pase demasiado por aquí, en realidad solo me leo yo, pero tampoco está mal soltar de vez en cuando algo de peso de la mochila para volver a llenarla, o lo que es lo mismo, vaciar la mente, desnudar el cuerpo en este espacio y volver a llenarlo para seguir esa… ¿Había hablado ya de la rutina?
No sabía si este verano iba a ser una copia del anterior, ¡aunque me lo estaba temiendo! Así que solo lo reservé para intentar hacer cosas pendientes. Y cuando digo cosas pendientes, digo que he retomado proyectos a medio terminar o incluso sin comenzar de años como el 2014… No me importa, es una cosa menos, como cuando comienzas a vaciar el ordenador de cosas que sabes que nunca vas a usar pero que tienes ahí guardadas en alguna carpeta. Como tener libros pendientes, irlos leyendo y que baje un poco la torre, ¿quién no tiene libros pendientes? Lógicamente me va a faltar verano, pero como luego viene el otoño… Y más tarde el invierno…
Sinopsis: Marianne y Connell son compañeros de instituto pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas.
Gente normal es una historia de fascinación mutua, de amistad y de amor entre dos personas que no consiguen encontrarse, una reflexión sobre la dificultad de cambiar quienes somos. La segunda novela de Sally Rooney acompaña durante años a dos protagonistas magnéticos y complejos, dos jóvenes que llegamos a entender hasta en su contradicción más sonada y en sus más graves malentendidos. Esta es una historia agridulce que muestra como nos conforman el sexo y el poder, el deseo de herir y ser herido, de amar y ser amado. Nuestras relaciones son una conversación a lo largo del tiempo. Nuestros silencios, lo que las define.
Como bien diría mi abuela, ¡vaya trajín con estos dos!
Marianne y Connell son esa extraña pareja de lo que llamaríamos ahora, amor tóxico donde sí, en ocasiones se quieren mucho y sí, también se hacen daño y pasan de ellos mismos para luego acostarse y hacer como que están juntos otra vez; pero no, a vista de los demás deben disimilar y tratar de hacer ver que apenas quieren saber nada el uno del otro. No son amigos, no son pareja, parece que tampoco se consideran colegas con derecho a roce (que de hecho es lo que más me parece en lo personal) sino que son algo más profundo que eso… Pero novios tampoco. Definitivamente toda esta ida y venida que hacía que siguieran con sus vidas, pero que les llevaba a reencontrarse una y otra vez como una obsesión por mantener ese cariño y no romper “eso” es lo que me ha impedido lograr meterme en la historia. Lo sé, es un libro que gusta y gusta mucho, pero me uno a las opiniones de que en casi 300 páginas no encuentro más que una pareja complicada de comprender. No voy a mentir, se lee y se lee muy bien, pero para bien o para mal, sentía que no paraban de tropezarse mil veces con la misma piedra y eso me llevaba a aburrirme. Quizá sea mi edad, quizá pueda ser que nunca me pasó algo parecido, pero es verdad que se me ha hecho complicado entender una relación tan extraña como la que comparten. Y en realidad, el libro no tiene más… Porque aunque va dejando toques de ciertos temas interesantes, nunca se adentra a hablar de forma un poco más profunda sobre ninguno de ellos. Hacia el final del libro vi que se habría la veda a un tema que podía darle ese toque especial al libro que creía que le faltaba hablando de los problemas de salud de ambos, sobretodo de los de Connell, un tema que quizá por el momento actual nos suele tocar a todos, aunque sea de lejos. Y a pesar de que es vox populi que los dos deberían charlar con un profesional sobre algunas cosas al menos con cierta regularidad... De nuevo se pasa un poco por encima sobre esto y no conseguimos determinar si ella realmente está bien de salud (¿Depresión? ¿Anorexia…?) y él… Supongo que a vaivenes según el momento.
(view spoiler)[¿Se irá finalmente a New York? Estoy segura de que sí. Y también de que volverá (hide spoiler)] y volverán a continuar con su relación de tira y afloja, ahora te quiero, ahora te quiero pero lejos…
A decir verdad, no me ha disgustado la manera de escribir de Sally Rooney. De hecho he recogido un par de frases muy buenas que voy a dejar escritas por aquí y me voy a poner con Conversaciones entre amigos, a ver qué me espera.
“Eso es el dinero, la sustancia que vuelve real el mundo."
"Nadie extrae una enseñanza demasiado profunda del hecho de sufrir acoso; pero cuando acosas a otra persona aprendes algo sobre ti mismo que no olvidarás jamás."
Sinopsis: Dolor y Memoria son 9 historias de dolor y abandono, de soledad, de miedo y muerte. Historias que parecen corrientes porque sus protagonistas jamás quisieron ser protagonistas. A ellos les es preciso caminar desde la resiliencia para poder seguir adelante y construir el futuro. Son gentes de toda índole que la vida te puede arrebatar de un tiro en la sien -o en la espalda- o en un tren por sorpresa a golpe de destrucción y bombas. Aunque hay muchos más métodos. A todo eso lo llamamos "terrorismo" y, a fuerza de evocarlo, parece que cohabita con nosotros como cualquier mal natural de los que nos afligen: un viento huracanado, la lluvia torrencial? Pero no. El mal en que se inspiran y el terror que provocan los autores juegan contra la buena gente, y la impunidad de la que gozan en muchos de los casos nunca podrá legitimarlos.
El cómic comienza con un prólogo de Raúl López Romo (Responsable de educación. Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo) a mi parecer muy acertado, que define el terrorismo como, y cito: "un extremismo, una radicalización, alimentada por un fuerte sentimiento de odio que lleva a los perpetradores a creer que la suya es la verdad absoluta y que pueden pasar por encima de las ideas y hasta de las vidas de los demás. La deshumanización del otro, que no es visto como un individuo con derechos y libertades, sino como un peligroso enemigo al que eliminar".
A lo largo de nuestra lectura nos vamos a encontrar con nueve historias contadas desde diferentes puntos de vista y también por distintas víctimas con opiniones e ideas dispares; pero que a su vez tienen un mismo sentimiento en común: no quieren venganza, quieren ser escuchados y un reconocimiento que, aunque ya pueda no servir de mucho, quizá consiga poner una tirita en sus almas rotas.
Mención especial a l@s dibujantes, quienes dan luz a cada una de las historias.
Cada historia viene precedida con una cita historica que las acompaña:
Atocha, en el recuerdo y en la historia. “Recordar es la mejor manera de olvidar”. Sigmund Freud. El lechero de Alonsótegui. “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. Jorge Luis Borges. Distancia. “Lo que me asusta no es la opresión de los malvados; es la indiferencia de los buenos”. Luther King. Después de la edad de la inocencia. “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”. George Santayana. En memoria de Publio Cordón. “Nuestro destino es un misterio y quizás el sentido de la vida no sea más que su búsqueda”. Rosa Montero. Pequeña tragicomedia vasca en tres actos. “En la venganza, el débil es siempre el más feroz”. Maurice Barrès. Aquellos terribles años. “La vida solo puede entenderse hacia atrás pero debe vivirse hacia delante”. Soren Kierkegaard. Caminando juntos. “La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Cicerón. Contra todo pronóstico. “El mundo nos rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos”. Ernest Hemingway.