Estoy segura de que los 15 juegos de los que voy a hablar quizá no hayan podido marcan un antes y un después en el mundo
gamer, pero por una u otra razón, sí marcaron un antes y un después en mi vida.
Aunque podáis pensar lo contrario dado el poco tiempo que paso en la actualidad jugando con videojuegos, soy una gran aficionada a este hobbie y si no lo practico más a menudo es por dos razones principales: la falta de tiempo libre y la poca disponibilidad monetaria que gastar en este tipo de ocio. Quizá la primera pudiera ser mermada, podría sacar unos cuántos minutos al día para jugar a algún juego, pero con mi sueldo, no podría comprar videojuegos a menudo (a los precios que están y sin pagarme, llevaría sin poder comprar uno desde Febrero...). Como para permitirme una consola de última generación...
A pesar de ello hubo varias épocas en mi vida en las que aparte de tiempo, también tenía medios para jugar a varios tipos de videojuegos en ordenadores, recreativas o consolas.
Hoy os voy a hablar de los 15 mejores.
Pong de Atari
Es el predecesor de todos los juegos. No hay juego más sencillo y a la vez más adictivo. Algo así como la famosa serpiente de los Nokia... Evidentemente no empecé a jugar a este juego cuando salió, ya que se inventó en los años '70, pero sí he jugado y sí guardo un buen recuerdo sobre él.
Un día mi padre fue a buscarme al colegio y eso era algo que no solía suceder, por lo que me quedé bastante extrañada. Yo era muy pequeña, quizá tenía cinco o seis años, o puede que cuatro; pero ya sabía lo que venía a continuación. Mi padre era un adicto al trabajo y antes de pasar por casa me iba a tocar esperar a que hiciera algo por allí.
Cuando llegué, todos los compañeros de mi padre se quedaron conmigo mientras él hacía lo que tuviera pendiente en ese día, pero como solía suceder, el tiempo pasaba y pasaba y mi padre no terminaba. Cuando se acabaron también los temas de conversación (los que pudiera haber con una niña de esa edad) sobre cuáles eran mis materias favoritas, que eran el lenguaje y las matemáticas, pero un poco más las mates (quién me ha visto y quién me ve) e incluso coincidía en gustos con una de las compañeras de mi padre, me ofrecieron jugar a algún juego de los ordenadores que allí tenían. Era la época en la que los ordenadores empezaron a llegar a variedad de trabajos y aunque aún no se sabía muy bien cómo se manejaban, yo siempre había tenido uno en casa y ya más o menos me los conocía.
En aquellos tiempos no era muy diferente a como soy ahora y me negué a que encendieran un ordenador y lo dejasen inutilizable sólo por mí. Aún así decidieron hacerlo y fue la niña de las matemáticas quien enseñó a poner en funcionamiento un juego en el ordenador a un grupo de trabajadores que aún no sabían de ese trasto mucho más allá de simplemente encenderlo. ¿Recordáis que todo se instalaba a partir de MS-DOS? ¡Qué tiempos aquellos!
Jugué un ratito con el Pong, más pendiente de la vergüenza que tenía y de que viniese mi padre que del juego en sí, pero es un juego que recordaré siempre por esta anécdota.
Super Mario
Como bien diría
Jezulín, en cuatro palabras: ¡Cla-si-ca-zo!
¿Existe alguien mínimamente ligado a los videojuegos que no conozca a Súper Mario? ¿Y al de verde? Que sí, que ya sé que es Luigi, pero en la época en la que todos los juegos estaban en inglés, este idioma no era tan común y no había tanta información sobre los videojuegos, para los peques que empezábamos a jugar estos juegos era el segundón, el de verde.
Mis primos tenían la famosa Nes, de vez en cuando la llevaban a casa de mi abuela y podíamos jugar todos juntos. Sólo había dos mandos y entre que yo era la más pequeña, la que no sabía jugar y además la niña, a veces me tocaba esperar a que ellos murieran para jugar, pero alguna vez la dejaban en casa de la abuela y cuando ellos se iban, podía estar un ratito jugando con ella yo sola. Por supuesto el juego estrella, aunque teníamos otros, era el Súper Mario.
Actualmente el único juego por el que he gastado dinero es en el de Súper Mario para la Wii y estoy esperando además que saquen por fin el juego para el iPhone. Dicen que será próximamente, en Diciembre de este año. Y lo mejor de todo, ¡aún tengo la NES! Mis primos la iban a tirar y yo decidí quedármela antes de que pudieran hacer esa tropelía. Lo único malo es que, aunque funciona, necesita algún arreglo puesto que no se ve el juego en la pantalla. La primera vez que la puse funcionó bien, pero ahora no quería ir... Si no funcionara finalmente, miraría comprarme la que ha salido nueva una vez me tocase la lotería esta Navidad.
Prince of Persia
Continuamos en los ochenta con este juego, uno de los que tenía en mi primer ordenador y uno de los que más usaba para divertirme cuando mi padre no tenía que usarlo. Ya sabía ponerlo sola y cuando me daban permiso para poder jugar un ratito después de terminar los deberes o dibujar un rato, intentaba saltar los malditos pinchos sin caer encima de ellos. Pensándolo bien era un juego un poco rarito para una niña tan pequeña, cuando caías en los pinchos, el personaje se quedaba ahí clavado y la sangre comenzaba a salir de sus piernas -sangre pixelada en cuadritos en aquella época, por supuesto-. Y las planchas de hierro algunas veces conseguían espachurrarte la cabeza.
Era bastante difícil jugar de por sí, más aún manejando las teclas del teclado que además de vez en cuando se colgaban con un juego
tan potente para ese ordenador. Ahora lo tengo en el Mac y puedo jugar desde aquí, pero evidentemente no es lo mismo y tampoco ha mejorado nada la jugabilidad, lo que se traduce en que básicamente, sigo cayendo en los pinchos, jejejejeje.
¿Dónde está Carmen Sandiego?
Este fue el juego con el que más geografía logré aprender. Al principio no lograba entenderlo muy bien, no sabía dónde me decían que tenía que viajar para seguir investigando y no tenía ni idea de dónde podía estar ese Sydney, por poner un ejemplo, o cómo identificarlo por el monumento que salía en la imagen o la bandera del lugar que te mostraban. En el colegio aún estaban enseñándonos a leer y desafortunadamente tiempo después descubrí que tampoco iba a aprender demasiado de otros países fuera del mío, o de su geografía y arquitectura.
Tiempo después un día jugando con mi vecino se me encendió la bombilla. ¿Y si cogíamos un atlas e identificábamos las banderas y así el país al que nos tocaba viajar? Suena un tanto básico, ¿y la Wikipedia? Pensad que aún no teníamos siquiera internet e íbamos a base de disquetes... A partir de esa idea pude empezar a aprenderme algunas banderas que no conocía como las de Mónaco, Francia o el famoso Sidney.
Debería buscarlo para jugar algún día...
King's Quest V
Amaba y odiaba por igual tanto este juego como su música. Lo odiaba porque siempre me perdía y porque la musiquita se te metía hasta el
duodenorrr, pero en el fondo me divertía un montón jugar e investigar en las diferentes pantallas.
Los gráficos comenzaban a ser cada vez mejores, aunque aún había cosas que seguían fallando, como cuando apuntabas a una cosa que sabías que tenía que reaccionar en tu ratón, pero no lo hacía y tenías que andar rondando con el puntero hasta que por fin podías clicar. Me encantaba la primera pantalla, una en la que salía una especie de sauce llorón, la del pueblo al completo y ésta, con la que ya sabía que estaba llegando al final.
Me encantaría poder recuperarlo para jugar en el Mac, porque hay algunas cosas que ya no recuerdo del juego y podría ser un re-descubrimiento.
Sonic
Si el juego de Súper Mario era un clasicazo, Sonic no va a ser menos, aunque este esté más ligado a la compañía Sega. Poca gente hay también que no conozca a Sonic o incluso también a los personajes del juego considerados secundarios.
Ya había jugado antes a Sonic en recreativas, en casa de algún amigo o en algún juego que se pudiera conseguir instalar en el PC (recordemos que en los '80 y los '90, los móviles o no existían, o eran bastante básicos), pero fue a raíz de, si no recuerdo mal, caerme de morros con la bici y tener que estar en casa unos cuántos días aburrida, que un amigo de mi padre se ofreció a prestarme una consola Sega nuevecita porque él nunca la usaba. Me la dejó durante tantísimo tiempo que yo ya creía que me la había regalado... Pero no... Me apasionaba jugar con la Sega en el patio de casa en el verano. Llamaba a mi vecino para jugar juntos (tanto él como yo compraríamos una PlayStation con el tiempo), llamaba a mis amigos, a mis primos...
No descarto comprar una Sega de segunda mano si algún día tengo algo de dinero.
Tekken y Street fighter
Cuando era realmente pequeña (os hablo de cuando con 25 pesetas podías jugar un buen rato en las recreativas) siempre este juego y similares era uno de mis fijos.
Tanto mis primos como yo nos solíamos quedar en casa de mi abuela y cuando salíamos por la noche en verano a tomar algo, mis tíos se quedaban con sus amigos en alguna terraza mientras y nos daban unas cuantas monedas de 25 pesetas (¡las del agujero!) para que pudiéramos jugar en los recreativos. Yo tenía siempre mis máquinas fijas: lucha y conducción. Me daba igual el juego que fuera, pero mis favoritas eran siempre esas. Os puedo decir hasta dónde estaban puestas las máquinas en la primera tienda de recreativos que hubo en el pueblo de mi abuela. Y también donde estaban situadas en la segunda tienda, aunque recuerdo casi mejor dónde estaba la favorita de mi primo mayor, la de las burbujitas. En ocasiones esperaba a que gastasen ellos sus monedas en jugar al futbolín y también me unía.
Crazy taxi
Y este juego, (o más bien los similares, porque cuando este salió yo ya no iba a las recreativas) era también mi otro fijo. Lucha y conducción, lucha y conducción. De vez en cuando me unía a alguno de bolitas o de cualquier otra cosa, pero siempre guardaba algo para uno de estos dos juegos. Lo que más rabia me daba era cuando llevaba un rato jugando y al ser una chica (no había muchas) se empezaba a hacer corrillo para verme jugar. En ocasiones perdía a propósito para irme a otra máquina y que la gente no me mirase. Y lo que me jorobaba eso, que perdía partidas de un buen rato jugando...
No os digo lo que significó para mí que más tarde incluyesen pedales, asientos e incluso motos a tañamos real en este tipo de máquinas, aunque yo ya no jugase.
Pandemonium
Para mí fue el juego del cambio. Ya teníamos en casa un ordenador más potente y más actual que el primero que tuvimos en la familia y comenzaba a descargar mi música, hacer mis trabajos en el ordenador... Hasta que un día llegó mi padre y
sin querer borró toooooodo lo que tenía en el ordenador. Música, fotos, imágenes, juegos, archivos... No me preguntéis qué hizo para borrar todos mis documentos y ninguno suyo, pero así fue. Borrados del ordenador y de la papelera de reciclaje, por supuesto. Le dije que si en ese momento me dejaba mirar algunas cosas o descargar algún programa de recuperación, quizá pudiera haber algo salvable, pero estuvo todo el día en el ordenador y cuando pude ponerme con él, no pude recuperar ni una sola cosa de las borradas. No tenía dinero para comprar un disco duro, no sabía aún hacer copias de seguridad, particiones o ese tipo de cosas, así que lo llevamos a una tienda, me hicieron una copia de lo poco que había quedado vivo (tan sólo alguna que otra película) y para que no se me hiciera tan duro comenzar de cero con todo, en la tienda me instalaron de regalo uno de los juegos más actuales que había en ese momento.
Después de todos los juegos a los que había jugado en un ordenador, este era un salto en el tiempo. Mejor jugabilidad (aunque aún seguía jugando con las teclas de un PC), mejores gráficos, una historia más divertida y unos melones saltarines. Digamos que no se me olvidó el disgusto, pero es verdad que se me hizo algo más llevadero.
Tzar
No tengo ni idea de dónde pudo salir este juego, pero juraría que aún tengo el cd de instalación en la otra casa. No tiene unos gráficos excelentes, cierto es, pero es el típico juego con el que empiezas a jugar y no lo puedes dejar. Que si creo luchadores, que si creo campesinos, recolecto, hago crecer mi pueblo...
Dejé de jugar más que nada porque a pesar de crear miles y miles de luchadores, catapultas, tener un buen ejército tanto en tiradores como en torres de lucha y similares, siempre venía el enemigo y de un soplido acababa con mi imperio. ¿Por qué si tenemos los dos un mismo arquero y nos atacamos gana siempre él? Bah... Pero bueno, con el tiempo volvía a ponerlo y volvía a engancharme a jugar. Está visto que no se necesitan grandes gráficos para que un juego te enganche durante horas y horas.
Morpheus
Otro juego que al ser de los más actuales (recordemos que he empezado hablando sobre el Pong) también está aún en mi poder. Me pasa algo parecido a lo que me pasaba con el King's Quest V, hace mucho que no juego y el volver a jugar podría ser un re-descubrimiento, pero desafortunadamente el cd de instalación no es compatible con Mac. Debería buscar por la red porque seguramente haya alguna forma de jugar a él aún teniendo Mac, pero es un juego que a pesar de ser viejo, puede ser bastante divertido aún en la actualidad. Al menos si lo miramos desde el punto de vista de no conocerlo y tener que averiguar cómo montar un puzzle, a qué estancia debes ir para conseguir pistas y un largo etcétera. Me apasionan este tipo de juegos en los que te vuelves loco para dar con la solución final.
Como el Tzar, no sé de dónde salió, pero le tengo un cariño especial.
Tom Raider
Tomb Raider, con Lara Croft al frente, fue primer juego de mi primera consola propia. Si bien antes había tenido en ocasiones una NES prestada y la Sega también de préstamo, hace muchos años en una mezcla de buenas notas, Reyes y cumpleaños, mis padres me regalaron la Play Station. Sí, la uno, la misma que aún conservo y que al ser mía, funciona aún a la perfección.
El juego venía de forma gratuita con la compra de la consola y en ese momento estaba despuntando. Solía quedar con mi vecino para jugar, como de costumbre y con la que era mi mejor amiga en esos años. Entre todos conseguimos los trucos para el juego y aunque nunca los usé, creo que aún los tengo por ahí guardados junto con el mismo juego.
Debería sacar la Play otra vez para reencontrarme con Lara Croft de nuevo.
Final Fantasy
El Final Fantasy ha sido el juego que siempre he querido que me guste y que nunca ha conseguido engancharme. Jugaban casi todos mis amigos, mi mejor amiga jugaba, mi compañera de clase jugaba (y estaba empeñada en que yo también tenía que jugar porque me parecía -según ella- a Aeris) e incluso mis antiguos vecinos jugaban.
Me mudé de allí, si no recuerdo mal, cuando estaba a punto de cumplir nueve años y no volvimos a encontrarnos, pero una antigua vecina me contó que los que quedaron allí les pusieron el nombre de las personas que nos habíamos mudado a personajes de ese juego sólo para poder recordarnos durante algo más de tiempo.
Alguna vez fui a casa de mi mejor amiga a jugar con ella, pero a pesar del empeño en que me gustase, nunca me apeteció probarlo más allá de aquellas tardes sueltas. Lo mismo mañana comienzo a jugar y me engancho, ¿quién sabe?
Crash Team Racing (CTR)
Por el amor de Dios, ¡que no le toque un misil al que va segundo! ¿Alguna vez habéis jugado a este juego? Si el Crash Bandicoot está bien, el Crash Team Racing con compañía está aún mejor. El juego nace de una base muy simple, es un juego mezcla entre carreras y plataformas en el que aparte de tener que llegar primero, debes intentar ir cogiendo premios en la carreras que te facilitaran eso mismo, el llegar a ser primero. Hay trampas que te perjudican, que te ralentizan, que explotan... Y a su vez hay premios que te hacen ir más deprisa o importunar a los demás participantes de la carrera. Pero el misil... El misil es un mundo aparte. Siempre y cuando no vayas primero (entonces no sirven para mucho) el misil es la pieza clave para quitarte a los compañeros que van delante de en medio. Mi vecino pudo piratear la PS en una tienda y comenzó a comprar juegos muchísimo más baratos que en las tiendas, por lo que pude probar un montón de juegos de la consola. Yo la pirateé después en mi casa, pero ya había salido la PS2 y los juegos de la uno empezaban a escasear, más aún los falsificados.
Aún así y si tenéis la oportunidad, el CTR hay que probarlo.
Fifa - PES
Y por último, pero no por ello menos importante, los épicos Fifa y PES (Pro Evolution Soccer). Los típicos juegos de fútbol a los que yo empecé jugando cuando los gráficos eran en píxeles y que han ido evolucionando de una manera que casi da miedo en cuanto a similitud (en una versión algo más que en la otra).
Aún tengo ambos en antiguas versiones para mi Wii y aún sigo jugando con ellos de vez en cuando. El fútbol siempre ha sido un valor seguro para acertar conmigo.