miércoles, 12 de febrero de 2014

¿En qué día vivo?

Hace mucho tiempo tengo la -quizá mala, no lo sé- costumbre de escribir aquí cada vez que mi mente necesita un descanso. No tiene que estar pasando nada especialmente malo, ni siquiera nada especialmente bueno, simplemente pueden estar pasando muchas cosas juntas, a la vez y mis neuronas -que alguna me queda aún- necesitan un parón.

Estamos prácticamente a mitad de semana y ya no sé en el día que vivo. Cada vez tengo más cosas que hacer, por tanto menos tiempo y, para qué engañarnos, de la mayoría de ellas no obtengo recompensa alguna.

Mucho trabajo -y encima la gran mayoría físico, que para mí aporta un trabajo mental extra-, muchos deberes, muchas obligaciones, muchas broncas, malos entendidos y demasiado esfuerzo para tan poco descanso.

Esta semana empezó evidentemente un Lunes, como todas las semanas. Iba a ser mi día libre hasta que me dijeron que por la tarde tendría que pasar un reconocimiento médico. No es nada grave, es el típico examen físico rutinario que a todos nos hacen de vez en cuando, especialmente si practicamos algún deporte o en el trabajo. Te toman las pulsaciones, la tensión, te preguntan la edad, si tienes enfermedades, alergias... Bueno, lo normal, que es una tontería pero... Que a mí me pone MUY nerviosa. Pero cuando digo MUY nerviosa, es MUY nerviosa. Vamos, que algunos médicos me han tenido que tomar la tensión dos veces porque según ellos: 'Esto tiene que estar mal, no puedes dar esa tensión'. Sí, sí puedo... En fin, que para más inri me llamaron para ver si podía ir antes de la hora acordada y, cómo no, me puse más nerviosa aún. Supongo que tendría la tensión y las pulsaciones por las nubes, pero por mi bien espero que aún con esa tontería, sea apta. Ya sólo me faltaba... Al menos este reconocimiento sirvió para eliminar el, cada vez más común, entrenamiento de los Lunes. Sí, también los Lunes ahora...

Después de pasar el primer día un poco a contracorriente, llegó el Martes... Martes en el que, por cierto, empalmé. Primero me fui a 'ese nuevo trabajo' que no es trabajo ni es nada, que tampoco me sirve para nada, pero... Soy ayudante del ayudante de... Y yo quería hacerlo. Así de gilipollas soy. Y puedo decir gilipollas porque para eso es mi blog. :P Salí de casa a las cinco, chaparrón incluido, para volver a las diez. Y todo ese rato me lo pasé entrenando. Sí, entrenando. Corriendo, saltando, haciendo pesas, vamos, lo que se conoce por entrenar. No es que esté muerta, porque normalmente ya entrenaba dos cosas distintas seis veces a la semana, pero dos más, son dos más. Ocho entrenamientos en siete días y aunque a un par no sea casi posible llamarlos entrenamientos, es cansado. De cinco -y media, mientras llego- a siete el primer entrenamiento. Llegué a casa, bebí un poco de agua y me fui otra vez.

Hoy Miércoles lo que me espera es poco más de lo mismo. Primero y como ayer, el primer entrenamiento. Misma hora. Saldré algo más tarde de las siete, vendré a casa, me cambiaré y volveré a salir hasta las diez. Eso si no me he quedado desparramada por ahí... Jo, que yo estoy mayor...

El Jueves -si es que tengo la suerte de llegar hasta el Jueves- será algo más calmado. 'Sólo' me toca darme caña en el gimnasio. Dos horitas y pico, no está mal. Lo he hablado con mi monitor y ha dicho que haga lo que me dé la gana, ni siquiera se atreve a pedirme nada porque sabe el esfuerzo que hago día a día. Es un buen tío, la mayoría de las veces con sus charlas nos hace las dos horas de gimnasio bastante más llevaderas.

En realidad el Viernes me tocaría ir de nuevo a entrenar, pero me voy a saltar el entrenamiento por varias razones. La primera y principal es porque van a operar a mi abuelo -está malito desde hace muchos meses-. Precisamente el Viernes es su cumpleaños. Cumple 90 años. Prefiero estar con él. La segunda es porque voy a estar bastante reventada y necesitaré un respiro. Aunque me sea físicamente posible llevar a cabo eso y algo más si me lo planteo, no me apetece matarme, sinceramente. Y la tercera razón es que estos entrenamientos no me están llevando a nada. Voy mal de moral, la gente no tiene un trato muy justo con respecto a mí -al menos a mi parecer, claro- y no veo una motivación para seguir llevándolos a raja tabla, así que sumando todas estas razones, eliminaré este entrenamiento.

Y bueno, normalmente un Sábado como el que será este Sábado me tocaría subirme a un autobús y demostrar para lo que sirven todos estos entrenamientos, pero como digo, tengo carencia de motivación,  este día será probablemente el que operen a mi abuelo y... Prefiero tomarme la semana con un poco más de 'tranquilidad', aunque viendo el planning, no sé yo si es tranquilidad lo que tengo precisamente.

El caso es que da rabia ser 'la chica que nunca hace nada', o la 'tía vaga', la que 'como no trabaja debería encargarse de...', estar agotada, sin tiempo libre, SIN COBRAR, sin motivación, apoyo y seguir siendo la vaga para todos, o al menos, para muchos. Me gustaría ver a muchas de las personas que dicen o consideran ciertas estas cosas, hacer lo mismo, sin cobrar, llevándose broncas y siendo tratad@s de manera injusta. A lo mejor aguantaban más que yo, no lo niego, pero les llevo dos años de ventaja. Además y por si no fuera suficiente, ahora también estudio y aunque ya había olvidado estos temas, por las noches me toca refrescar conocimientos y hacer deberes.

¿Qué día habíais dicho que era hoy...?


21 comentarios:

  1. Espero que vaya muy bien la operacion de tu abuelo y tu sigue luchando en el campo que sea, que eso da siempre sus frutos. Mucho animo¡¡¡.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Ánimo guapa! y bueno, no tienes que justificar que faltes a los entrenamientos. Todo en la vida son prioridades, y ante todo estás tu y los que te quieren ¿no?

    ResponderEliminar
  3. Finalmente la operación de mi abuelo salió relativamente bien. Y digo relativamente porque, aunque fue con esta operación en concreto con la que mi otro abuelo perdió la vida a causa de una negligencia médica, a mi abuelo en principio no le han quedado secuelas. Aún así tiene 89 años y no se puede separar de la bombona de oxígeno desde hace varios meses. Además a esto hay que sumarle que hay otra persona en mi familia que está enferma y que, aunque me gustaría equivocarme, no está previsto que tenga un buen final. Aparte, creo que no lo he contado (escribiré pronto sobre ello en el blog) pero yo también he estado mal estos últimos meses, tanto por los acontecimientos como físicamente. Si no fuera poco con el percal que tenemos en la familia, me he lesionado. Gajes del oficio pero, ¡qué oficio!

    Ays...

    ResponderEliminar
  4. Dicen que todo lo emocional termina reflejándose en forma física tarde o temprano (la demostración más rápida y fácil es que cuando estamos mucho tiempo en tensión empezamos a sentir problemas musculares de cuello y dolores de cabeza). Quizá el cuerpo se resintió y eso favoreció en cierto modo la lesión, quien sabe...

    Sea como sea, espero que todo se solucione de la mejor manera posible (si la "solución" es terminal, al menos que sea lo más indolora posible, para las personas involucradas).

    ResponderEliminar
  5. Si fuese así, te aseguro que hace tiempo que estaría en cama... Pero sí, tienes razón, todo lo mental tiene efectos en lo físico y a la inversa. Es lo que toca.

    A ver si es verdad que al menos todo ocurre de la manera menos dolorosa, aunque igualmente va a doler bastante.

    ResponderEliminar
  6. Bueno mujer, las personas (y sus músculos) tienen un umbral, una resistencia... pero me reconocerás que se han juntado cosas y que el nivel de exigencia física ahora es superior que otras veces que se han juntado cosas...

    Bueno, ahí va un besico sanador/reponedor :)

    ResponderEliminar
  7. No sé... Estoy un poco estresada, pero también algo más contenta. Es raro. Sí, yo también soy rara, lo sé. xD

    ResponderEliminar
  8. Bueno, si estás contenta entonces chachi, podrás llevar mejor lo otro y/o lo otro tendrá algo de sentido si consigue contentarte.

    Y no, no eres rara, son cosas que le pasan a todo el mundo, pero que no todos admiten o no todos le dan el mismo valor e importancia (hay quienes van por la vida como caperucita por el bosque, sin preocupaciones aparentes, sin prestar atención a nada y metiéndose en la boca del lobo porque saben que siempre hay alguien que les salvará el culo)

    ResponderEliminar
  9. No sé... Sólo sé que no me va la vida en el deporte o en el gimnasio, así que no me estresa el no dar todo. Y si hay quejas, no me pagan, así que o me pagan y me exigen, o no hay qué exigir. Al menos es mi punto de vista.

    ResponderEliminar
  10. Está claro, faltaría más que encima te vengan exigiendo...

    ResponderEliminar
  11. Es exactamente lo que tratan de hacer, exigir.

    ResponderEliminar
  12. ¡ponles calcetines de fibra sintética y el suelo resbaladizo!

    ResponderEliminar
  13. Con el suelo resbaladizo haría justo lo contrario, ¿no?

    ResponderEliminar
  14. Bueno, los pieses tendrían un momento de aceleración brusca seguido de un buen rato de parada de emergencia..

    ResponderEliminar
  15. Lo que me reí yo con eso de "los pieses" con una amiga mía, jajajajaa.

    ResponderEliminar
  16. No sabes lo que me alegra que un palabro de estos mal escrito y usado te haya sacado unas buenas carcajadas :)

    ResponderEliminar
  17. Pero que conste que la artífice y creadora fue mi amiga. Y que lo dijo totalmente en serio además. xD

    ResponderEliminar