jueves, 15 de junio de 2023

¿Qué lees? «El papel pintado de amarillo», de Charlotte Perkins Gilman (Ebook)


Mis estrellas

Sinopsis: En 1885, un año después de haberse casado con Charles Walter Stetson, Charlotte Perkins Gilman dio a luz a su hija, Katharine, y al poco tiempo entró en una profunda depresión. El doctor Silas Weir Mitchell, un reputado neurólogo a quien había acudido en busca de ayuda, le diagnosticó agotamiento de los nervios y le prescribió una cura de descanso, un controvertido tratamiento en el que era pionero. «Vive una vida tan hogareña como te sea posible, realiza no más de dos horas de actividad intelectual al día y no toques nunca más una pluma, un pincel o un lapicero»: estas fueron las instrucciones que le dio el médico a la autora. Durante unos meses siguió estos consejos, pero su depresión se agravó, y, según sus propias palabras, se acercó tanto a la frontera de la profunda ruina mental que llegó a vislumbrar el otro lado. Solo haciendo caso omiso de los consejos del médico y volviendo al trabajo logró recuperarse de su depresión. Esta experiencia la marcó hasta tal punto que en 1890 escribió El papel pintado amarillo, un estremecedor relato que constituye una demoledora crítica al tratamiento prescrito por el doctor Mitchell. 

El papel pintado de amarillo by Charlotte Perkins Gilman
My rating: 4 of 5 stars

Érase una vez una mujer con una vehemente obsesión por un tapiz amarillo…

El papel pintado de amarillo es una novela semibiográfica en la que Charlotte Perkins Gilman nos intenta hablar con ciertos toques feministas incluidos, sobre la depresión posparto mal diagnosticada (o mejor dicho nunca diagnosticada) que sufrió después de tener a su hija Katharine y en lo que podría haber derivado si no llega a ser porque logró darse cuenta a tiempo de que lo que lograría sacarla de aquel agujero sería hacer caso omiso a las recomendaciones de los médicos (entre los que estaban amigos, familiares y algunos expertos externos) y se centraba precisamente en lo que le habían prohibido hasta ese momento y su pasión: escribir. Dentro de la novela leemos cómo de una manera un tanto angustiosa, perturbadora y satírica pero a la vez muy acertada, trata de burlarse tanto del diagnóstico (el de casi siempre en mujeres y en aquellas épocas, una “condición nerviosa transitoria”) para el que la aconsejan reposo absoluto en uno de los cuartos de la casa que han alquilado por unos meses y en el que va a tener que convivir durante interminables horas con aquel horroroso tapiz amarillo que cambia de color según la luz, que se mueve, que también huele y que esconde algo… ¡O a alguien! ¿Es que nadie más lo ve? Ella sospecha que sí, pero callan… Y sigue teniendo que soportar aquel color, aquel movimiento y aquel padecimiento porque si dijera la verdad sobre lo que está pasando, se volverían a reír de ella, de su enfermedad…

¿Y si busca una solución final desesperada?


Dejo por aquí también las frases que me parecieron más impactantes del libro:

«Nadie se creería el esfuerzo que representa lo poco que puedo hacer: vestirme, recibir visitas y hacer pedidos».

«Tengo la sensación de que no vale la pena esforzarse por nada, y es horrible lo nerviosa y quejica que me estoy poniendo.

Lloro por nada y me paso casi todo el día llorando».

«¡Pero de alguna manera tengo que decir lo que siento y lo que pienso! ¡Es un alivio tan grande…!»

«El caso es que le estoy tomando un poco de miedo a John».

«Llegué a pensar seriamente en quemar la casa, solo para matar el olor».

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Libro anterior: Reseña de El paciente, de de Juan Gómez-Jurado.

 
Goodreads 4.11
La Casa del Libro Sin valoraciones
Amazon 4.5

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