viernes, 3 de mayo de 2013

Una Semilla

"A veces pienso que planté la semilla equivocada y que con la emoción de lo que ansías, la regué demasiado. A veces pienso que hubiera sido una decepción ver crecer algo que no esperabas, pero también pienso que más decepción es aún no ver nada y por eso, también a veces, sigo regando algo inexistente. Con ello no sólo consigo desilusionarme a cada paso, sino que además sumo una pérdida de agua diaria, una decepción constante, una pérdida de la confianza tanto en mí misma como en la dichosa planta y una manera insana de ser demasiado conformista. Quizá no es tan malo ser un cardo en una pradera de flores si lo comparamos con ser un espacio infértil en el que no poder plantar, pero sí poder reemplazar o apoyar algún objeto que haga las veces por ocupar TU lugar. 

Una vez conseguí ver un árbol. Atisbé una rama... Una hoja. Un brote, quizá nada.

Y lo peor no es tan sólo haber perdido un bien tan preciado como la esperanza y ganado el peor de los males para el hombre, el miedo, sino el poder apreciar cómo con un mismo riego y también una semilla de igual o peor calidad, se pueden obtener cosas tan gradualmente diferentes. 

Probablemente sería capaz de comprar una semilla nueva y perfecta. Seguramente con el tiempo podría tratar la tierra para enmendar todos los errores de la vez pasada. Pero, ¿no sería algo contradictorio el tirar la toalla para volverla a coger? ¿No perdería con ello una virtud tan escasa como la paciencia?"


Estoy muy cansada de tantos cambios...