donde se desarrollan relatos o donde viven y sienten sus autores. Los lugares de la escritura y de los escritores se nos presentan en este libro a traves de cincuenta escenarios imaginados o vividos. Lugares remotos en el tiempo de la China o el Japon milenarios, fantasticos escenarios de la imaginacion latinoamericana y abigarrados cafes europeos o norteamericanos. Espacios vividos por mujeres y hombres que con su escritura nos han hecho disfrutarlos, aunque nunca los hayamos pisado.
My rating: 3 of 5 stars
Que nadie se deje engañar por mi puntuación, ésta simplemente se debe a que no es el tipo de libro que suelo leer y tampoco el que podría gustar a todo el mundo; pero el autor del libro, Oier Quincoces Blas, ha hecho un trabajo divulgativo y exhaustivo que vale mucho la pena leer y que, de hecho, se queda incluso corto. A pesar de los cincuenta relatos que pone a nuestro alcance, diría que ha resumido mucho para toda la información que con seguridad tiene a su alcance, aunque es muy placentero leer los relatos teniendo además como acompañamiento los dibujos -de Garazi Fernández de Luco y Beatriz Sancho Carrasco- que te llevan tanto a las personas protagonistas como a los lugares de los que se habla.
Si te gusta la lectura y en concreto saber algo más de la vida de escritores/as variados/as, conocer alguna curiosidad que suele escaparse cuando pasamos superficialmente por su vida, o incluso si te gustaría tener una especie de "guía lectora" para visitar todos los lugares posibles, este es tu libro.
Es una lectura muy fácil y amena, pero que también ofrece algunas frases que quieres recordar por más tiempo. Me repito con la frase del prólogo que ya ha nombrado más gente en las diferentes reseñas, pero es imposible no remarcar de nuevo que: “Leyendo también se viaja”. Y también otras que dejo para la posteridad de mi reseña…
La sugerencia del haiku. El haiku es una composición poética de origen japonés que consta de tres versos de cinco, siete y cinco moras o sílabas, respectivamente.
Notre Dame. Yendo a Notre Dame y mirando hacia arriba, si uno presta atención, se puede oír hablar a las gárgolas. Víctor Hugo les dio voz, como a tantos y tantos mudos por obligación.
Las hermanas Brontë. Una cárcel y un cobijo al mismo tiempo.
The horse you came in a saloon. Todos, absolutamente todos, tenemos un monstruo dentro de nosotros. Y el monstruo cuando está lejos asusta; pero cuando está en nuestro hogar, cuando su respiración es la nuestra, aterra.
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