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viernes, 24 de octubre de 2014

Un saludo en horas bajas

Estaba a punto de irme a la cama aún recorriendo con la mente el día de hoy, cuando sin pensarlo demasiado, me he decido a empezar esta entrada en el blog. He entrado sólo para saludar a dos personas desde mi ubicación de horas bajas, unas horas bajas que ellos me han proporcionado de una forma tan alarmantemente gratuita que aún no he conseguido asumir.

Nunca he tenido clara esa lección que muchos, sino todos intentamos comprender probablemente en alguna clase de filosofía. "El hombre es malo por naturaleza... o quizá el hombre es bueno por naturaleza, pero quienes provocan que se vuelva malo es la sociedad" -como veis, ni siquiera me incluyo en ella, en la sociedad-. Y digo que nunca acabé con esa teoría realmente aprendida porque mi opinión personal es que no sólo nacemos malos por naturaleza, sino que la sociedad nos hace aún peores. Supongo que si la sociedad sigue avanzando según la manera en la que lo está haciendo, esta llegará a ser una nueva teoría que se podrá instaurar en las futuras clases de filosofía. A veces hay un error que se produce en la naturaleza en contadas ocasiones y que provoca que nazca una persona  buena entre millones de las comunes. Esa persona no sólo será tratada de tonta, sino que además tendrá el sufrimiento tatuado en la frente o tan presente como si así fuera. Todos sabemos que la naturaleza a veces comete errores y falla...

A cada uno le afectan los sucesos de forma diferente. También es cierto que cada suceso por la forma, el tiempo y las circunstancias, toma cierta importancia o carece de ella, independientemente de la persona a quien o quienes les ocurra. Nadie se toma igual, por ejemplo, la muerte de un familiar. Si tu abuelo un día se muere y estabas muy unido a él, indudablemente será un varapalo difícil de sobrellevar. Si en cambio muere tu abuelo pero era una mala persona que te maltrató desde la infancia, no vas a sentir lo mismo aunque tanto el parentesco como las personas, sean los mismos que en el primer caso.

Yo he conocido gente mala. También gente malísima. Sin duda me he encontrado con verdaderas arpías a lo largo de mi vida y tan sólo me he topado con uno de esos errores de la naturaleza una vez. Ese error con nombre y apellidos tiene un punto flaco: yo. Y yo, sin saber si soy una persona buena, una arpía, un error de la naturaleza o una mala pécora, he salido con el defecto de tener el mismo tatuaje que provoca el sufrimiento gratuito.

Hace meses me intentaron hacer daño y me revolví: gané la partida. De nuevo me intentaron hacer daño y gané por segunda vez, pero en el tiempo transcurrido de Agosto hasta el día de hoy, han sido tantos los litigios y los frentes, que al final he perdido la batalla. Finalmente me han hecho daño a mí y a mi error.

Y por todas estas razones, desde aquí os envío mi saludo en horas bajas. Porque sí, porque es probable -y necesario a la vez que justo- que alguna vez os encontréis en las mismas y podáis desde allí recogerlo.

Gracias, aunque nunca lo vayáis a leer, a las personas que me han comprendido y ayudado en este momento.

Matan un sueño, pero no una esperanza. El dolor se pasa, pero el abuso raramente es olvidado.

(Continuará...)


PD: No es que sea demasiado fan de Lily Allen, pero la canción es jodidamente acertada.


2 comentarios:

  1. No sé qué te pasó, pero sea lo que sea, espero que ahora ya estés mejor... El tiempo suele poner a cada uno en su sitio, así que espero que estas personas recojan lo que van sembrando... Y, en lo que a ti respecta, ¡¡¡mucho ánimo, preciosa!!!!

    Besitos!!!!

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  2. HOY. Hoy justo es el día en el que tanto las cosas como las personas han sido puestas en su sitio. Y si se les olvida cuál es su sitio, estaré encantada de volvérselo a recordar.

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