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lunes, 22 de julio de 2013

Misión 5000 metros lisos (5 kilómetros)

Desde que tenía escasos meses y aunque entonces no podía saberlo, siempre fui más velocista que fondista. Para los que no estéis puestos en el tema y a pesar de que no tiene mucha chicha, la diferencia entre el velocista y el fondista está en que los primeros suelen hacer carreras más cortas pero a más velocidad (por eso lo de velocistas) y los segundos, hacen carreras más largas y no tan rápidas, por lo que suelen necesitar más resistencia, más fondo.

Mi madre siempre me cuenta que antes de que yo naciese, no podría haberse imaginado cómo una niña pequeña podría haber corrido tanto dentro de un tacatá y en un piso con tan poco espacio. Nunca se lo habría imaginado hasta que llegué al colegio y se empezó a ver que era la que más corría de mi clase y de la gran mayoría del colegio a pesar de mi corta edad. En mi clase de párvulos, había un niño (uno de mis mejores amigos) que también corría mucho. Él era más alto, evidentemente más fuerte que yo (bueno, ahora todo el mundo sigue siendo evidentemente más fuerte que yo) y a veces me ganaba, pero cuando ganaba yo y al contrario que otros chicos que se enfadaban porque les ganase una chica, él se alegraba por mí. Sabía de sobra que se alegraba por mí de corazón aunque fuesen carreras tontas en la clase de gimnasia o apuestas que hacíamos en el recreo mientras unas cuántas personas nos miraban. Normalmente cuando yo le ganaba, él trataba de mejorar y esforzarse más para hacérmelo más complicado en la próxima carrera. Yo hacía lo propio, aunque ninguno de los dos conocíamos por aquel entonces el significado que tenían las palabras 'sana competitividad'.

Seguimos así hasta que un día, en plena Navidad, salí con mi madre a comprar. Debía tener unos cinco años y al pasar por la plaza de mi pueblo, vi que había una competición de algo. Le pregunté a mi madre que qué era eso y me explicó que era una carrera muy famosa que se celebraba en muchos sitios el mismo día, el 31 de Diciembre, y que se llamaba San Silvestre.

   - ¡Yo quiero correr también!


Así se lo solté. Mi madre no me hizo mucho caso (así a bote pronto...) y seguimos con las bolsas de la compra de camino a casa.

   - ¡Yo quiero correr en la San Silvestre, mamá!


Entonces mi madre me explicó que para correr allí, había que ser de un equipo, prepararse para hacer unos tiempos porque allí la gente era muy rápida y estaba muy entrenada para correr muy rápido y sin cansarse, les entrenaban también para ir a muchas carreras y muy a menudo, para ganar todos los premios, tenían records de tiempo... Y sobre todo, que eso había que avisarlo también días antes porque te daban un número y te pedían los datos, así que ya no podía ser.

Mi madre no me debió ver muy convencida con la explicación, así que llamó a mi padre para que preguntase si se podía apuntar la gente todavía o no y volvimos a la plaza otra vez con toda la compra y sin saber si iba a correr, si iba ni siquiera poder apuntarme o si nos quedaríamos a mirar para ver si al próximo año me quedaban todavía ganas de intentarlo o no.

Ese día había nevado y hacía muchísimo frío, pero a mí me daba igual, yo quería saber lo que era eso de correr en la San Silvestre donde daban premios a las personas mayores por una cosa tan tonta como correr. Si yo era la más rápida de mi colegio, no sería tan difícil, ¿no?

Llegamos a la plaza y nos hicieron esperar hasta que llegamos a la mesa con unos señores muy serios. Mi madre me dijo que les dijera a los señores que me quería apuntar para correr y que si podía. Me dijeron que habían cerrado las listas hacía ya media hora y que además, a los de mi categoría ya les habían enseñado el recorrido, así que no me podía apuntar. Entre tanto, llegó mi padre y se lo conté. Le dije que me quería apuntar, pero que me habían dicho los señores que no podía porque ya era tarde y les habían enseñado el recorrido a los demás niños. Mi padre se puso a hablar con los hombres que llevaban el tema y les pidió el favor de apuntarme porque me hacía mucha ilusión y bueno, total, era una niña pequeña, me había dado por ahí ese día y tampoco había nada malo. Yo estaba delante cuando se lo decía. Entonces me dijeron que como todavía estaban apuntando a gente en otras categorías, que me apuntaban, pero que comprendiera que el recorrido no me lo podían enseñar porque faltaban escasos minutos para empezar la carrera. Así que yo le dije a mi padre que no pasaba nada y que seguiría al primero y ya está (inocente de mí...).

Allí me juntaron con los demás niños. Era para flipar aquello... Niños con equipación personalizada, zapatillas caras, ropa para correr, bebidas isotónicas, entrenadores personales... Ya digo, de cinco a seis años. Y yo, que venía de la compra con mi abrigo, mis zapatos y mis gafitas. Pero entre todos esos niños, había uno que me resultó familiar... ¡Era mi compañero del colegio! Me hizo muchísima ilusión verle, aparte de por ser una cara conocida, porque así podía hablar con él y decirle que de dónde habían sacado a esos niños tan preparados. Inocente de mí de nuevo, no pensé en que él corría mucho y era otro 'enemigo' más contra el que luchar. Bah, entonces no existía la competitividad en mi cabeza, sólo entre esos niños de ropa pija. Mi amigo me asustó un poquito más si cabe, me dijo que esos niños eran de equipos de fuera del pueblo e incluso de fuera de mi comunidad y que sólo se dedicaban a eso, a ir a todas las carreras que había y ganar todos los premios que podían. Además él llevaba también tiempo preparándose para la misma carrera que yo me había enterado hacía cinco minutos que existía.

Mi padre sólo me pudo dar un consejo antes de salir: 'en la salida, ponte por los primeros puestos, tú al salir, ponte por delante'. Y eso hice, aunque los niños me empujaban (anda que no iban preparados ni nah') y me quedé en una tímida segunda o tercera fila. Dieron la salida y salí disparada a correr siguiendo al primero.

Yo corría y corría, corría lo más deprisa que podía pero de repente, noté que en una de las curvas, ¡me quedé sola! Y entonces no supe que hacer. Resulta que iba siguiendo al primero y, ¡yo era la primera! Deseé como una tonta que alguien me adelantara para poder saber por dónde tenía que ir, hasta que al llegar cerca de la meta, me paré. No sabía por dónde ir. Entonces mi padre me chilló de entre el público que siguiera corriendo, pero yo no sabía por dónde... Alguien me adelantó y terminé segunda de mi categoría. :)

No sabéis lo que sentí en ese momento. Fue... ¡Genial! Lo mejor de todo es que me gustaba tan poco llamar la atención (igual que me pasa ahora, lo paso fatal siendo el centro de atención) que estaba mucho más contenta con el segundo premio que si hubiera sido primera.

Al terminar la carrera, cuando me iba para casa, me volví a encontrar con mi amigo que me dijo que me había perdido de vista, que cómo había corrido. Me dijo que él también había quedado segundo (o tercero, ya no recuerdo, pero creo que fue segundo como yo) en su categoría y que dónde iba. Le dije que a casa a llevar la compra...

   - ¿A casa? Pero si te van a dar una copa y un cheque para que te lo gastes en cosas de deporte en la tienda...


No tenía ni idea de que había quedado segunda como para saber que encima me iban a dar premios y todo... Subí al escenario mientras decían mi nombre y la gente aplaudía y me dieron mi copa y mi cheque, con el que me compré una cinta de gimnasia rítmica, una pelota de baloncesto y unas cuántas cosas más.




Nunca me he preparado para correr y nunca me he apuntado a ninguna carrera más en toda mi vida. Las únicas veces que corría era cuando nos medían la velocidad en las clases de gimnasia, o sea, hasta los 12-14 años. Sé que a esa edad, tuve el récord de la clase con 8.21s, que más tarde bajé a 8.00s y que finalmente dejé en 7.00s a final de curso. Además justo. No sé cuántos metros corríamos, pero digamos que si el récord mundial en la categoría femenina en 100 metros lo tiene Florence Griffith Joyner con 10.49s, debieron ser unos 50 metros o si me apuras, 25 metros.

Más tarde, en unas vacaciones en las que rondaría aún esa edad, mi padre les estuvo contando la anécdota de mi San Silvestre a unos tíos míos segundos con los que estábamos de vacaciones. Mi tío, no se creyó la historia y me dijo que, o le demostraba que hacía tales marcas o no se lo creería. Y yo, como soy como soy, le dije que no se lo creyese. xD Total, que al final entre que mi padre me dijo que él me acompañaba corriendo (eso no era un aliciente, mi padre corría y aún corre a pesar de la edad y la curva de la felicidad, como si llevase un león hambriento detrás persiguiéndole) y que mi tío no iba a dejarme dormir esa noche con las burlitas, decidimos echar una carrera los cuatro -mi padre, él, mi prima dos años más pequeña y yo- y a ver qué pasaba. De 'jurado popular' ambas madres, por si alguno hacía trampas o se necesitaba 'foto finish'. La historia terminó en la playa de Murcia con: mi prima llorando a moco tendido porque no la habíamos esperado (xD), mi padre segundo, mi tío cagándose en mí (la canija esta como corre) y yo primera y haciéndole burla a él por listo. Él que no perdía ni a las chapas... Conste que la carrera iba totalmente en serio, que era tal la competitividad que tenía con una niña tan pequeña que al día siguiente no podía moverse por querer ganar (y a mi padre también, por supuesto, un hombre unos años más mayor y una niña pequeña ganando...). Cada vez que les vemos, me lo recuerdan y también me dicen siempre que quizá si me hubiese preparado, habría podido conseguir algo en este deporte aunque no hubiese sido demasiado. Fue la última vez que corrí.

Camino de los 28 años y sin hacer nada desde aquella edad (12-14, pero nada lo que se dice nada) no tengo mucho que hacer. Ya no voy a ser velocista ni fondista, tampoco voy a ser corredora, no voy a ser cuerpo fitness y ni siquiera veo cercano poder engordar los 6 kilos que me quedan para ser un poquito más feliz, pero me he planteado un nuevo reto: la misión de los 5000 metros lisos.

He empezado ahora y sin poder correr más de dos minutos seguidos. ¡Dos minutos! En serio. Y a un ritmo de mierda, a ver si os vais a creer que voy como Bolt a 45 km/h. Yo no supero los 23km/h. en mi máxima velocidad. Imposible. Quién me ha visto y quién me ve... Como es natural, si no puedo correr más de dos minutos seguidos, para recorrer los cinco kilómetros necesitaría un día completo. Y sin exagerar demasiado. Así que empiezo mi reto aquí y cada fin de semana (si mi tiempo me lo permite) os iré dejando por aquí unos datos acompañados de unas gráficas con mis avances (o mis retrocesos) para ver si algún día consigo llegar a los 5000 metros corriendo. El récord lo tiene Meseret Defar con un crono de 14'16''63. Yo con hacerlo (aunque sea en dos horas) me conformo, ya tendré tiempo de mejorar si me lo sigo proponiendo.


¿Qué será lo próximo? Una vez que lo consiga (que lo dudo) e incluso baje la marca de dos horas a una hora con 59 minutos y 56 segundos... xD Muy fácil, quiero presentarme a alguna carrera. Pero presentarme por participar, por supuesto nunca para ganar, eso ya lo hice una vez y no se volverá a repetir. Quiero participar para llevarme el dorsal a casa y tener la experiencia, porque me den una camiseta, por alguna causa o lucha, por lo que sea. Incluso estoy pensando en apuntarme este año a la San Silvestre Vallecana. Ni que decir tiene que me apuntaría a la popular para ir disfrazada de gilipollas (o de Mamá Noel, también vale) y hacer dos o tres kilómetros de los 10 que creo que son y para casa con una experiencia más en el saco.

Y bien, ¿qué os ha parecido la charla?


11 comentarios:

  1. ¿Y por qué no empiezas con algo sencillo y popular como una san silvestre para cogerle el pulso? ¿mucha gente haciendo el pavo? ¿prefieres algo más formal?

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  2. Pues... Te voy a contar lo que me pasó... Hace ya bastante tiempo (más o menos cuando escribí la entrada) busqué una web donde te podías apuntar y ellos te avisaban al email cuando pudieses ir a inscribirte para no quedarte sin plaza. Era una web de una marca bastante conocida de ropa deportiva, por lo que me dio confianza. ¿Recibiste el email tú? Pues eso... Nunca me escribieron y hoy, a 29 de Diciembre, me da que ya voy tarde. Otra vez será...

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  3. Igual no se realizó la prueba al final o algo...

    Decía lo de las sansilvestres porque suelen ser carreras populares donde casi que ni hay que inscribirse ni nada (no corres de manera oficial pero tampoco es que te impidan meterte a correr por gusto si te apetece). Eso si, mucha gente y demás, no sé si estarías a gusto ahí metida. En una carrera más formalita y tal la gente va a otro rollo y menos masificada.

    Lo de apuntarse a estos eventos, casi mejor buscar las pruebas ya asentadas y hacerles un seguimiento fechas antes para ver las condiciones para apuntarte y los plazos y papeleos y demás.

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  4. Estoy al 100% segura de que se realizará. Tanto que hasta la veremos por la tele. Es la San Silvestre Vallecana...

    Lo de las San Silvestres en realidad no es algo tan sencillo, ¿eh? Parece que no, pero hacerte 3 kilómetros ya es chungo, más cuando debes entrar dentro de un tiempo determinado. Y de 3k no suele haber casi ninguna, la mayoría son de 5k mínimo (que hay pocas) y a partir de ahí, de 10k. De hecho la vallecana creo que es de 10k. Mucha gente cree que puedes ir, apuntarte y ala... En algunas sí, porque están hechas para que vayas empujando el carrito del niño si te apetece, vestido de Papá Noel y parando si te cansas. En otras te descalifican si no cumples con el tiempo, no llegas, etc.

    La que sí quería probar a correr, pero sí o sí y espero que sea mi primera carrera, es la Color Run. Lo malo es que por ahora sólo se sabe que llegará a España y será en Barcelona, de Madrid no se sabe nada...

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  5. Ya, pero las sansilvestres suelen ser más populares y ser más permisibles. De todos modos, si vas por tu cuenta ¿de qué te van a descalificar?. Lo que importa es probarte a ver qué tal te sientes, olvídate de tiempos y demás cosas, ya habrá tiempo de eso :)

    Me sorprende que por ahí haya tan pocas pruebas (en parte también, porque aquí con la crisis y demás ha habido un pequeño boom de pruebas atléticas -sobre todo trails, que hay mucho sendero y sale más barato que cerrar calles y además da proyección internacional por las condiciones de dureza y exigencia-).

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  6. Eso sí, para los más torpecillos tenía que haber algo que pudiésemos hacer. :P

    En realidad no hay pocas, es que, al ser todas el 31 de Diciembre (o la gran mayoría al menos) yo decidí ir a la de Vallecas y por tanto descarté todas las demás. Como no me avisaron a pesar de todo, pues me quedé sin ninguna. A ver si hay suerte con la Color Run de Barcelona.

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  7. Verás que si :). Yo me refería a pocas en el sentido de un calendario más amplio. Si hacen 100.000 san silvestres habrá muchas pero solo podrás ir a una, así que tanto da...

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  8. Pero si encima el plan de ir a esa una sale mal, pues...

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  9. Bah, tu organízate de modo que no dependas de nadie, busca fuentes alternativas y complementarias de información para evitar estas cosas y listo :)

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  10. Sí, yo hace tiempo que dependo sólo y exclusivamente de mí misma.

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